31 oct 2010

Educadores Ambientales de Venezuela 19 – Nora Ruiz



Puedo comenzar la presentación de esta entrevista como una carta de recomendación: “Mediante la presente hago constar que tengo conocimiento y trato desde hace casi veinte años con Nora Ruiz” esto suena excesivamente formal, pero es verdad, y desde que la conozco me impresionó su carácter aparentemente muy suave, pero de extraordinaria fortaleza y tenacidad.

Nora trabajó por muchos años como Coordinadora del Programa Juegos Ecológicos en los Parques, realizado por INPARQUES en la ciudad de Mérida. Allí no sólo tuvo una labor destacada, sino que además se convirtió en una formadora de educadores ambientales, muchos de los cuáles actualmente realizan una importante labor educativa desde muchas instituciones, tanto merideñas, como de otras partes en la región andina.

Este bagaje de trabajo en formas de educación ambiental no convencional, la llevaron a estar como nadie preparada para el trabajo con comunidades en distintas zonas de los Andes, y en los últimos años a desarrollar un excelente trabajo de participación comunitaria y educación ambiental en el Monumento Natural Laguna Urao, de la cual ya es uno de sus duendes protectores.

Así que con orgullo y satisfacción (porque me costó un poco conseguir esta entrevista) les dejo con la voz de Nora Ruiz.

¿Puedes decir por qué eres una educadora ambiental?
Luego de veinte años de trabajo en áreas protegidas como técnico del Sistema de Parques de Venezuela, he llegado a la conclusión que ser  educador o interprete ambientales es la única vía posible para mejorar la apreciación y el respecto de las comunidades y cualquier actor social hacia el ambiente y la importancia de su protección a futuro, a través de procesos de educación y sensibilización y no de simples restricciones, que en la mayor parte de los casos generan reacciones negativas en la colectividad, comprometiendo  el dialogo necesario entre las partes y  el eficiente desempeño de los técnicos y educadores en la conservación del mismo.

¿Cómo llegaste a convertirte en educadora ambiental?
Desde muy joven, mi padre que es periodista de profesión, nos llevaba en largos paseos por los pueblos de Mérida, contándonos a mis hermanos y a mí las historias y leyendas de los sitios que visitábamos, que incluían la singular Laguna de Urao, donde actualmente laboro y por la que siento un especial cariño.

Años más tarde, ya graduada comencé mi trabajo en INPARQUES, allá por  el año 1988,  sin embargo la educación ambiental no tenía mayor peso en los programas de manejo en la región y básicamente se circunscribía a las tradicionales charlas en escuelas. Sin embargo, mi incorporación al instituto ocurre a través   del Programa Juegos Ecológicos en los parques de recreación, donde fui guía y luego coordinadora. Este Programa me permitió adentrarme en los procesos de sensibilización ambiental y con el transcurso del tiempo, teniendo como soporte la experiencia del Juego como herramienta, tuve oportunidad de experimentar con los docentes y las comunidades. Hoy día la interpretación y la educación ambiental funcionan como un  eje transversal en todos los procesos de gestión, que tienen lugar en las áreas protegidas donde trabajo.

¿Cuál es el proyecto más significativo en materia de educación ambiental en el cual has participado o participas?
Desde el punto de vista de formación profesional, sin lugar a dudas el Programa Juegos Ecológicos, a través del cual accedí a una serie conocimientos que complementaron lo que yo conocía como forestal. Por otra parte, en los talleres que realizamos durante más de diez años, con profesionales convencidos de la importancia de los procesos educativos ambientales, nos capacitamos en herramientas novedosas de planificación  y evaluación que actualmente se hacen imprescindibles en los proyectos de educación ambiental.

En la actualidad, estamos iniciando  conjuntamente con los Guardaparques del Monumento Natural Laguna de Urao, en Lagunillas, estado Mérida, el Programa Guardaparquitos, para los grupos indígenas, que esperamos sea un logro a corto plazo.

¿Cómo ves el estado actual de la educación ambiental en Venezuela?
Considero que estamos perdiendo espacio ya que no nos hemos adecuado  rápidamente a los nuevos lineamientos en materia de participación comunitaria; entender cómo funcionan y hacerlos nuestros, es una tarea laboriosa pero necesaria que nos permitirá  abonar el terreno para sembrar  nuestro mensaje. Sin embargo, los educadores ambientales tenemos una ventaja, somos muy flexibles y podemos encajar perfectamente y apropiarnos de muchos procesos en el seno de las comunidades para llevar nuestro mensaje de conservación.

¿Qué sería lo más importante que habría que hacer para mejorar la educación ambiental en el país?
Fortalecer,  mediante la capacitación y la formación de valores  ambientales a los actores claves  (educadores, líderes locales, gobiernos locales, consejos comunales, etc.), para generar en el seno de la sociedad procesos de reflexión y discusión, lo que sería el punto inicial a nuevas propuestas de conservación ambiental originadas de estos procesos internos en cada localidad o comunidad donde se necesiten.

Un comentario final
Probablemente en el momento histórico que vivimos, sea una utopía alcanzar cambios decisivos  en la colectividad en lo que respecta al cuidado de nuestros recursos naturales, aun así, el educador ambiental está consciente de esta situación y sin embargo seguirá abordando este tema, porque  sabe, que es una forma de vivir  y de enseñar muy particular, por la que vale la pena seguir trabajando.

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