22 may 2017

El país de la vida: Apuntes sobre la biodiversidad




Hoy es día mundial de la biodiversidad. Eso suena a cosa de científicos, pero es la fiesta de la vida. Suena también a que en Venezuela no estamos para fiestas. A pesar de ello, hablar de la variedad de la vida es mucho más que ciencia y celebraciones inadecuadas, es un reencuentro posible con lo que somos y lo que podemos ser.

Venezuela debe reconstruirse desde una nueva perspectiva. Ya no podemos ser vistos como el país del petróleo y las políticas populistas, tenemos que ser percibidos como lo que somos: Un país lleno de vida.

La biodiversidad está mezclada con nuestro pasado, presente y futuro, con nuestra cultura y nuestras esperanzas. Está en mi vida, la tuya y la de todas las personas.

En homenaje a la vida contemos algunas anécdotas, reflexiones y deseos sobre la biodiversidad en la vida cotidiana de la Venezuela actual.

El señor Johnny
Lo conocí en San Diego de Cabrutica, un pueblo al sur del estado Anzoátegui, durante un taller para mostrar a comunidades locales el valor de la biodiversidad. Representaba el típico llanero zamarro, hablador y bromista.

En el taller hablábamos sobre el valor de las especies locales para sus comunidades. Cada vez que se nombraba una especie, él decía: “Ese bicho sabe sabroso”, “También comí de eso”… Luego de un rato, yo andaba un poco fastidiado porque me estaba convirtiendo el taller en un torneo gastronómico, y le pregunté: “Señor Johnny, usted como que ha comido hasta zamuro” a lo que me respondió inmediatamente: “¡Noooo! ese bicho es muy duro”…

No estamos dando respuestas a las comunidades pobres sobre cómo usar la biodiversidad para mejorar sus condiciones de vida. Nos empeñamos en contarle cosas que no le importan, ni les benefician de ninguna manera. Mientras tanto las comunidades siguen usando los recursos naturales a su alcance, a veces de manera inadecuada. Ellos no son científicos ni conservacionistas, son gente pobre y lo que le importa a la gente pobre es vivir como se pueda.

En la Venezuela que necesitamos deberemos conectar de manera responsable, respetuosa y con justicia las necesidades de las personas con su biodiversidad.

Pendare
Es una comunidad indígena piaroa (Uwottuja) localizada en el río Sipapo en el estado Amazonas. Allí aprendí que hay más de una manera de entender el mundo y su biodiversidad.

Los indígenas leen su entorno como un reservorio de recursos y significados. Lo que para nosotros es simplemente “selva” y “bichos” para ellos es alimento, herramientas, medicamentos, creencias, religión, cultura, identidad y muchas cosas más. Todo su entorno es parte integral de sus vidas.

Hace muchos años, el mundo occidental y su visión materialista de la naturaleza, comenzó a intervenir en sus vidas y su cultura. Luego la llegada de la fiebre del oro a sus vidas fue, y es, un acto criminal. La mina destruye sus vidas, sus costumbres y su biodiversidad. En palabras de un líder Ye´kuana del Caura: “Cuando los mineros se retiran de una zona, sólo dejan división, conflictos y destrucción”. Una antropóloga me dijo: “La destrucción de la biodiversidad y los ríos es la destrucción de las culturas indígenas”. El Arco Minero es la bomba final que pende sobre ellos.

En la Venezuela que necesitamos entenderemos que la biodiversidad es nuestra principal riqueza y que las comunidades indígenas pueden y deben ser guardianes de los mayores tesoros de nuestro país.

Sumito
Sumito Estévez es un cocinero que ha sabido manejar su marca personal para convertirse en una celebridad por mérito propio. Junto con otros especialistas en el arte de la cocina ha trascendido de las formas tradicionales de la “buena mesa” para trabajar a partir de los ingredientes y culturas locales y convertirlos en productos de exportación.

Este artista de la cocina ha entendido que utilizar y transformar la cultura gastronómica del pueblo margariteño exige dedicación y respeto. Pero a la vez de audacia y creatividad. Todo ello para convertir a un plato de pescadores en algo que pueda interesar a muchos, a la vez que beneficia al pescador y al ambiente.

La comunidad de científicos y ambientalistas de Venezuela no hemos sabido acompañar esas propuestas. En ocasiones han sido atacadas, despreciadas o miradas con mucha desconfianza. En ese sentido hemos sido enormemente hipócritas al criticarlo, mientras a la vez callamos los desmanes de los mercaderes de la fauna y la flora venezolana, los grandes explotadores, los que han llevado nuestra industria pesquera y nuestros pescadores a la ruina.

En la Venezuela que necesitamos conectaremos la biodiversidad con nuestra cultura de múltiples maneras para hacer de lo venezolano una marca de orgullo y valor para el mundo, pero en particular para nosotros mismos.

Guaire
Trichomycterus mondolfi es el nombre científico de un pequeño bagre habitante de la cuenca del río Tuy. Fue también bautizado como bagre de Chacaito entre otros nombres locales. Pero sus nombres no le dicen nada a la enorme mayoría de los habitantes de esa cuenca.

A pesar de ello tiene una gran importancia. Su presencia o ausencia habla de la salud de los ríos. Sólo está presente en las cabeceras de cuerpos de agua no contaminados.

El crecimiento de Caracas no tomó en cuenta a la naturaleza. Así fueron convertidos sus ríos y quebradas en cloacas al aire libre y fue excluida su biodiversidad. Esta acción ha tenido costos muy altos para la ciudad y los tendrá aún mayores cuando nos haga falta esa agua limpia que una vez tuvimos y compartimos con el bagre de Chacaito y muchas otras especies.

En la Venezuela que necesitamos entenderemos que destruir el ambiente en nombre de un supuesto desarrollo es una estupidez suicida, que el agua, los bosques y todos los demás componentes de nuestra riqueza biológica son los seguros de vida de nuestra sociedad.

Boleíta
Es una zona urbana al este de Caracas. En la colonia una gran hacienda le dio su nombre al lugar. Allí el maestro Cabré, pintó dos cuadros de una laguna hoy desaparecida. Más adelante en ese sector abundaban huertos de migrantes portugueses que abastecían de verduras la ciudad. Luego fue convertida en zona industrial y más recientemente se transformó, de nuevo, en un área donde se mezclan de manera caótica usos industriales, comerciales y residenciales.  La biodiversidad desapareció.

O quizás no. Al menos no del todo. Les cuento un secreto. Los domingos en la calle Santa Ana de Boleíta se hace un mercado popular. Allí encontrarán a una señora que vende unas de las mayores y mejores variedades de ajíes que he visto y probado.

En la Venezuela que necesitamos valorizaremos nuestros productos naturales y nuestra cultura como la esencia de lo que somos y el potencial de lo que llegaremos a ser.

Pajaritos
La industria del turismo de naturaleza está creciendo de manera importante y es una alternativa importante en países como Costa Rica y Colombia.

Venezuela es el sexto país de mayor diversidad de aves en el ámbito global. Además su enorme variedad de paisajes hace posible que aquí convivan especies representativas de muchas regiones biológicas.

Al principio del gobierno del presidente Chávez, un estudio sobre potencial turístico, pagado por el ejecutivo nacional, mostró el enorme potencial que el país tenía en el tema de turismo de naturaleza y sugirió fomentar rápidamente esta modalidad turística. Estas recomendaciones nunca fueron aplicadas.

En la Venezuela que necesitamos la biodiversidad utilizada de manera sustentable será un componente central de nuestra riqueza como nación. Riqueza de un país sin hambre, ni miseria.

Herpetología
Ese es el estudio científico de los reptiles y los anfibios.

Esos grupos de animales representan una enorme paradoja: Los científicos que los estudian conocen la enorme importancia de esas especies para la salud de los ecosistemas. Pero para muchas personas representan animales atemorizantes o repugnantes.

Entre las especies de reptiles un pequeño grupo de serpientes son venenosas y pueden ser peligrosas. Pero a la vez, su acción de control sobre plagas como ratas y ratones hace que su presencia en los espacios naturales sea inestimable.

Sólo científicos bien formados y con capacidad para comunicarse con el resto de la sociedad pueden ayudar a tender puentes entre estas realidades. Su labor debe ser educar sobre cómo el respeto y la información pueden ayudar a convivir a los humanos con estos animales.

Tenemos que formar muchos herpetólogos más. Diego Arellano era uno de ellos. Fue asesinado.

En la Venezuela que necesitamos, la defensa de la vida será integral. Toda vida es necesaria. Todos somos parte de la trama de un país que crecerá en un gran árbol de la vida.

Futuro
¿Seguiremos ignorando esas realidades? ¿Seguiremos encadenados a la idea de que el petróleo y el oro son sinónimos de riqueza? ¿Seguiremos con los ojos cerrados al tesoro vivo de nuestra biodiversidad? ¿Seguiremos promoviendo la cultura de la muerte y no la de la vida?

Hay una Venezuela posible, próspera, sana y ecológicamente equilibrada frente a nosotros, podemos alcanzarla.

Feliz día de la biodiversidad.

18 may 2017

La raíz de la vida: Ser biólogo en tiempos difíciles


Ilustración: EDO



¡Oh yo, vida! Todas estas cuestiones me asaltan…
Walt Whitman


Escribo estas líneas en memoria de Diego, Armando y las más de 50 personas asesinadas sólo en este año en el contexto de las protestas que se vienen realizando en Venezuela. Son mis propias reflexiones sobre lo que para mí significa ser biólogo en estos días, por ello me perdonan si hablo en primera persona.

1

“Bio” es una raíz de origen griego que significa vida. Es usada para construir palabras como biografía, biología, biofilia y bioética.

Cuenta mi madre que desde niño tuve aptitudes para la biología. Lo dice, porque según ella, me la pasaba horas enteras mirando la actividad incesante de las hormigas en sus hormigueros. Más adelante disfrutaba viendo documentales de la naturaleza en el antiguo Canal 5.

No sé si para ser coherente con este interés decidí ser biólogo. Para muchos esta resolución es parecida a la de ser economista o taxista: Conseguir un medio para ganarse la vida. Pero no todos lo vemos de esa manera. Aunque por supuesto esperaba que ser biólogo me ayudara a ganarme la vida, esa era sólo una parte de lo que me  gustaba de esa ciencia.

Un biólogo es un científico que estudia el fenómeno de la vida. Pero personalmente creo que uno no puede estudiar algo que no ama. Es como ser médico o artista. En esas profesiones quienes no sientan, en cada caso, un compromiso con la vida de sus pacientes o con el arte, quizás puedan llegar a ser profesionales exitosos, pero su trabajo siempre será imperfecto.

Para mi ser biólogo es un compromiso ético con la vida sobre la Tierra. Desde esta perspectiva los biólogos queremos estudiarla para entender el milagro de la vida. Y luego a partir de allí poder expandir su fuerza en miles de aspectos aplicados a nuestra existencia humana. Acciones que deberían hacerse en permanente diálogo respetuoso con la Naturaleza.

Hablar de compromisos con la Tierra o la Naturaleza suena a discurso populista o a fantasías hippies. Pero la experiencia global nos recuerda que tratar de imponer dinámicas que ignoren los procesos naturales, generalmente termina en degradación humana, cuando no en tragedias.

2

En los últimos años me he ido acercando cada vez más al mundo de los defensores de los derechos humanos.  En principio el trabajo de estas personas no parece tener nada que ver con el de un biólogo por muy perdido que esté.

Pero los derechos humanos parten de una premisa: todos tenemos el derecho a tener vida digna y en libertad. A su vez es claro que si no existen las condiciones ambientales mínimas simplemente estos derechos no pudieran existir.

Piensen por un momento como es vivir en una comunidad donde el agua llega cada cuarenta y cinco días, no hay servicio de cloacas, ni de recolección de desechos. Esos sitios existen en Venezuela, muchos de ellos muy cerca de cada uno de ustedes.

Vivimos en un país con un enorme grado de injusticia ambiental y luchar contra ella también es parte de la labor de alguien que ama la vida.

Algunos creen que esos problemas se solucionan con una buena gestión ambiental realizada por gente profesional, honesta y con sentido de justicia. Sí, eso es parte de lo que se necesita, pero a ello necesitamos unirle una ética de la naturaleza. Algunos autores lo han llamado también ética de la sustentabilidad. No es sólo ser eficientes, es conectar las necesidades humanas actuales y futuras con las dinámicas territoriales y hacerlo desde el respeto por la vida.

En un mundo interconectado todo al final se cierra en un gran ciclo. La ciencia de la vida, los derechos humanos, la naturaleza y el amor por la vida.

3

En estos días me dijeron varias veces que la labor de los grupos ambientales es apoyar en las labores de conservación ambiental y no estar haciendo política.

Y por eso me he preguntado varias veces, para qué sirve trabajar por la conservación de la biodiversidad (la expresión de la vida), la lucha contra los efectos del cambio climático (el futuro de la vida) cuando nuestra juventud, los supuestos beneficiarios de esas acciones, están siendo masacrados día a día. Para qué construir un futuro sustentable cuando se están robando el futuro (la vida de nuestros jóvenes).

Recientemente me golpearon algunas noticias: Ver en mi línea de tiempo de Twitter un llamado a asumir las tareas del reciclaje, al lado del anuncio de la muerte de otro joven; igualmente la que anunciaba la muerte trágica de un colega biólogo amante de las serpientes y colaborador de la vida (ayudaba en la elaboración de suero antiofídico)

Cuidado. Por mi cabeza nunca ha pasado la idea de que los grandes temas ambientales deberían ser desechados o no son importantes en este momento. Por lo contrario, lo son más que nunca. Pero ellos deben estar en el contexto de nuestra realidad.

Venezuela necesita una nueva manera de pensarse y esa debe ser ambiental.

Para ello debe rescatar de los baúles del olvido que somos un país megadiverso, es decir lleno de vida y que podemos utilizar esa riqueza para ser un país donde no haya hambre ni miseria. Pero también reconocer que somos un país vulnerable y complejo que necesita respuestas frente a las realidades de la falta de agua, la contaminación, la desertización y el cambio climático. Es nuestra obligación crear los caminos hacia esa nueva Venezuela vestida de verde.

Pero también necesitamos defender nuestros derechos. Eso comienza por defender nuestra Constitución amenazada por un intento fraudulento de desconocerla y destruirla.

Sé que eso no es fácil. Ya me vilipendiaron por opinar que había que defender la Constitución. También me advirtieron que lo único responsable que podía hacer era incorporarme al debate de la Constituyente ambiental, porque ese proceso iba, opóngase quien se oponga. Eso quiere decir de manera antidemocrática.

Por favor pregúntense ¿cuál es la finalidad de modificar los artículos de la Constitución referidos a los derechos ambientales? ¿Qué significa desarrollar “…constitucionalmente, con mayor especificidad los derechos soberanos sobre la protección de nuestra biodiversidad y el desarrollo de una cultura ecológica en nuestra sociedad"? ¿Pregúntense cuáles son esos derechos soberanos?

Me parece muy poco sensato e incluso suicida hacerse el ciego, el sordo y el mudo ante esas realidades. Quién no defiende sus derechos será siempre un esclavo.

En estos días me ha tocado hablar de derrames petroleros, pero se me ha trancado en la garganta el deseo de hablar más bien de la vida y la muerte de los jóvenes en Venezuela y que sin ellos a quién puede importar la estupidez y decadencia de las instituciones que deberían estar encargadas de la protección ambiental.

Se necesitaba un artista para entender que eso era un falso dilema.

El gran humorista EDO interpretó de manera inmejorable lo que necesitaba decir y no sabía cómo hacerlo. Con su imagen nos enseñó cuál debería ser el objetivo y camino de todos los que amamos la naturaleza y la vida en Venezuela: Lograr hacer valer el grito de ¡No más derrames! ¡Luchemos por la vida!

Gracias EDO

7 may 2017

Ambientalismo de emergencia (2): La democracia como condición para el ambientalismo


Foto Plataforma contra el Arco Minero


En la primera parte de este artículo, concluimos que en la actual crisis venezolana la acción principal de las organizaciones ambientalistas debería centrarse en la defensa de los derechos ambientales de todos los ciudadanos. Asimismo que esta acción tiene una enorme importancia como parte de la construcción de un país democrático, pacífico, libre y sostenible, a la vez que es la única garantía de la protección y conservación del ambiente a largo plazo.

Estas consideraciones son de enorme importancia en el contexto de la crisis actual de Venezuela que está llevando a la población hacia una crisis humanitaria compleja sobre la cual están incidiendo factores ambientales que agravan los problemas de salud, alimentación y seguridad existentes (1) En tal sentido, las organizaciones ambientales deben asumir un fuerte compromiso con la población venezolana y con el rescate de la democracia como único camino a la construcción de una sociedad sustentable.

Pero para muchos, este trabajo de defensa de la democracia es exclusiva responsabilidad de los políticos y los defensores de los derechos humanos, pero nunca de los ambientalistas. Esta idea está fuertemente arraigada en muchas organizaciones venezolanas de las que podemos llamar “técnicas” (2) en contraposición con los movimientos ambientales de base que frecuentemente han tenido un enfoque político más definido y militante.

Esta perspectiva está relacionada con la historia de estas organizaciones en el país, principalmente las que se crearon a partir del modelo de las grandes ONG de conservación ambiental de alcance global (3). En función de ello, una parte importante de las mismas trabajaron apartadas de todo activismo o conexión con los temas políticos y de las situaciones de conflicto socio-ambiental que se han venido produciendo en el país.

En contraste con estas circunstancias, la historia y propósitos de las organizaciones y del movimiento ambiental en gran parte del mundo han estado – y están – directamente ligadas al crecimiento y fortalecimiento de los espacios de democracia y de ampliación  de la vigencia de los derechos humanos.

En el presente artículo vamos a revisar la relación entre la democracia y el origen del movimiento global ambiental y las organizaciones que lo conforman. Así como el por qué éstas tienen – y deben tener – un papel importante en la defensa de las libertades, garantías y procesos que definen esta forma de gobierno.

De la democracia al ambientalismo

Al describir la historia del ambientalismo algunos autores citan hechos y personajes que a lo largo de la historia humana realizaron acciones o propuestas en pro de la conservación ambiental o señalan a distintos personajes tales como investigadores y divulgadores en temas ambientales (4).

Estos autores confunden la historia de las ideas, preocupaciones y el conocimiento ambiental con la historia del ambientalismo como movimiento social. Por supuesto que hay conexiones entre ambos procesos, pero el ambientalismo es un fenómeno social  y por lo tanto no surge hasta tanto la sociedad civil se organiza para actuar en los temas ambientales que le afectan (5). En ese sentido, ese movimiento se inicia en algunos países del mundo a mediados del siglo XX.

El origen de este movimiento puede trazarse a partir de los años 1960 y comienzos de los años 1970 del siglo pasado. Época en la cual se generó una profunda reacción en grandes sectores de la sociedad como producto de una serie de denuncias y alertas sobre los efectos de la degradación ambiental.

Algunos de los hitos importantes de ese momento fueron: Libros como la “Primavera Silenciosa” de Rachel Carlson en 1962, “The population bomb” de Paul Ehrlich de 1971 y la publicación del Informe del Club de Roma “Los Límites del Crecimiento” en 1972. Igualmente, eventos como la Conferencia de la Naciones Unidas sobre Medio Ambiente Humano en 1972, así como el extenso trabajo divulgativo y político de científicos como Barry Commoner y Murray Bookchin (6) entre muchos otros.

Como consecuencia de esta toma de conciencia social, se formaron una importante cantidad de organizaciones ambientalistas (7) principalmente en Norteamérica y Europa, las cuales posteriormente lograron incidir en el desarrollo de las primeras leyes dirigidas al control de la contaminación y la preservación de ecosistemas. A partir de este origen, los movimientos ambientalistas del mundo crecieron y se diversificaron de acuerdo con las características sociales y culturales particulares de cada país y región (8).

Ahora bien, la pregunta que resulta importante en este caso es ¿cuáles fueron las condiciones que permitieron el surgimiento del ambientalismo en esa época y en esos países? Del análisis de ese momento y sus circunstancias es posible extraer al menos cuatro factores:

  • La existencia de una ciencia fuerte y comprometida. El ambientalismo tiene una importante deuda con científicos profesionales bien formados, que a partir de sus logros académicos tuvieron la conciencia y las posibilidades de dar a conocer al público los efectos destructivos del crecimiento económico y la responsabilidad de empresas y gobiernos sobre estas situaciones. Es importante enfatizar que estos científicos actuaban en países con un desarrollo científico sólido y que tuvieron los medios para divulgar información de interés pública hacia audiencias cada vez más grandes fuera de los círculos académicos.
  • La existencia de sociedades con medios de comunicación autónomos basados en el derecho a la libre expresión de las ideas. La información proveniente de los científicos y  organismos internacionales fueron discutidos y divulgados por muchos medios de comunicación. Esto ocurrió en muchos casos, aun cuando las noticias difundidas no fueran favorables a los grandes intereses económicos y políticos.
  •  La existencia de sociedades con un nivel educativo avanzado. La expansión de la instrucción, particularmente la científica, en cada vez mayores sectores de la sociedad, tuvo como consecuencia que la sociedad tuviera una alta valoración de la ciencia y sus productos. Debido a ello, los aportes de los científicos que alertaron sobre el deterioro ambiental fue aceptado y valorado por sectores importantes de la población.
  • El reconocimiento de los derechos ciudadanos a la participación y la libre asociación. Todas las condiciones anteriores facilitaron el desarrollo de organizaciones sociales ambientales únicamente en países que reconocían, tanto el derecho ciudadano a participar en la toma de decisiones en los temas que afectan a la ciudadanía, como a su vez el de hacerlo a través de organizaciones autónomas creadas con ese fin.
Tales circunstancias se dieron en países con un nivel económico alto (9) pero particularmente en aquellos donde los derechos humanos y las libertades individuales y colectivas estuvieran protegidos por leyes e instituciones.

Podemos corroborar esta afirmación cuando observamos que, por el contrario, no se produjeron movimientos ambientales relevantes en países con regímenes autoritarios, sin importar su enfoque ideológico.

Posteriormente, estos vínculos fueron reconocidos por distintos gobiernos con propósitos diferentes: desde aquellos que han procurado promover una mayor conciencia ambiental en la población, hasta aquellos que buscan restringir la capacidad de los ciudadanos para incidir en temas ambientales que afecten intereses económicos o geoestratégicos.

Infortunadamente estos últimos han sido mayoría y los ejemplos abundan, desde el proceso de desinstitucionalización y de retroceso en materia de gestión ambiental sufrido por nuestro país en los últimos años (10) hasta el avance del anti-ambientalismo en los EEUU (11).

En resumen: el origen y crecimiento de los movimientos ambientalistas nacionales parece relacionarse de manera importante con la consolidación de espacios de democracia.

Asimismo, queda claro que para que estos movimientos puedan alcanzar y mantener una masa crítica social suficiente para incidir en las políticas públicas de los países, será ineludible defender y promover la existencia y desarrollo de los factores antes mencionados en cada uno de los países (11).


Del ambientalismo a la democracia

Esta historia parece tener moralejas: Los ambientalistas venezolanos, en primer lugar debemos promover el desarrollo de vínculos fuertes con los hacedores de ciencia, comunicadores, educadores y organizaciones de defensa de los derechos humanos.

Para generar estos vínculos se deben superar las tradicionales relaciones funcionales (intercambio de información, asesoría profesional, etc.) y convertirse en un movimiento interdisciplinario de rescate de los derechos ambientales venezolanos.

Pero a la vez esta acción deberá articularse con: 
  1. La lucha por una ciencia de calidad en el marco del derecho humano al desarrollo. Sin una ciencia nacional fuerte el ambientalismo se hará inefectivo y banal
  2. La lucha por la defensa de la libre expresión y la libertad de pensamiento. Sí la información ambiental no llega a todas las personas sin trabas, ni condicionamientos ideológicos sectarios o de otro tipo; no habrá comunicación ambiental posible.;
  3. La lucha por una educación de calidad para todos. Sin educación no habrá más que miseria y destrucción ambiental, y
  4. La lucha por el derecho a la participación y asociación. Sin participación ciudadana la gestión ambiental es una herramienta de dominación y sin libertad de asociación simplemente no existirá ningún movimiento ambiental.


Vincularse de esta manera tendrá como consecuencia que el ambientalismo nacional se convierta en un factor democrático y democratizador en un marco de defensa de los derechos humanos. A la vez, que nos permita participar activamente en la tarea de construir el país que necesitamos.

Y esta es una tarea urgente.


NOTAS

(1) Sobre la crisis ambiental actual es posible mencionar: El grave desabastecimiento de agua que es el peor sufrido por el país al menos en los últimos cincuenta años y que está afectando principalmente a los sectores más pobres de la sociedad. Asimismo, son importantes los efectos sobre la población de situaciones como la existencia de importantes focos de contaminación, degradación de ecosistemas que son la base de servicios ambientales y la destrucción de la biodiversidad.
(2) Organizaciones dirigidas al desarrollo de proyectos implementados bajo criterios técnicos en temas de interés para la conservación ambiental principalmente desde un enfoque global.
(3) Al respecto de las ONG internacionales. En el artículo en Mongabay: "Organizaciones Internacionales para la Conservación" describe a las organizaciones internacionales como: "...como consultores ambientales para los gobiernos y las grandes corporaciones interesadas en disminuir la contaminación, establecer áreas protegidas y conservar la biodiversidad".
(4) Algunos autores citan a diversos personajes incluyendo santos (San Francisco de Asís), gobernantes, científicos e intelectuales como iniciadores de la ideas ambientales. En el caso de Venezuela este es el enfoque utilizado en la popularización de Simón Bolívar como pionero del conservacionismo venezolano a partir del Decreto de Chuquisaca de 1825 (ver: http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/27598/1/capitulo2.pdf)
(5) En estos artículos hemos definido al ambientalismo o ecologismo como un movimiento sociopolítico que propugna la defensa de la naturaleza y la preservación del medio ambiente.
(6) En el caso de estos dos autores y precursores del ambientalismo, su contribución literaria es extensa y ocupa un período que abarca desde los años sesenta, hasta prácticamente sus muertes, a principios de la segunda década del siglo XXI.
(7) Uso el término actual de ambientalista. Pero para esa época era más común el de ecologista.
(8) El ambientalismo en algunos países de Latinoamérica se desarrolla a partir del tronco común pero posteriormente sigue una ruta propia en gran parte ligada a las luchas de sectores populares, tanto indígenas, campesinos y sectores urbanos, como producto de los conflictos sociales generados por situaciones de injusticia ambiental.
(10) En Venezuela en los últimos años se ha incrementado un proceso de destrucción intencional de las instituciones ambientales; un estrangulamiento económico de las instituciones académicas y científicos que generaban la mayor parte de la información ambiental;  la marginación de toda organización y experto que sea disidente frente a las políticas gubernamentales, así como la desacreditación y desprecio de la ciencia como factor importante en el desarrollo de políticas y programas de gestión ambiental. El último de estos fenómenos puede observarse en el enfoque dado a la Estrategia Nacional de la Conservación de la Biodiversidad 2010-2020 
(11) En el caso de los EEUU, desde científicos hasta activistas han denunciado como intereses corporativos han intervenido de manera fraudulenta y antidemocrática en las decisiones gubernamentales para evitar los controles ambientales que limitarían sus beneficios y poder. En tal sentido estas prácticas han sido denunciadas en libros tal como “Merchants of Doubt” de Naomi Oreskes y Erik Conway, o el documental “Before the flood” producido por Leonardo Di Caprio y Martin Scorseze. Este proceso destructivo  logró recientemente un avance importante debido al ascenso al poder de Donald Trump como representante de las corporaciones que han promovido el ataque contra la credibilidad social de la ciencia y las organizaciones ambientales.
(11) Más adelante necesitaremos preguntarnos cuáles fueron las condiciones para el origen de movimientos de base que incluyeron elementos ambientales, tal como ocurrió en diversos países de América Latina a partir de la reivindicación de territorios, acceso a recursos o la defensa de los derechos de las comunidades frente a la acción de degradación ambiental y expoliación de recursos por parte de empresas y gobiernos.