12 abr 2015

Carta abierta a Guillermo Barreto, Ministro de Ecosocialismo y Aguas



Sin educación no puede haber gestión participativa del ambiente



Ciudadano Guillermo Barreto, 
Ministro de Ecosocialismo y Aguas
Su despacho.

Me dirijo a usted en este momento que ha sido nombrado para este importante cargo, con el fin de llamar su atención sobre un tema que considero  preocupante: La eliminación de la Dirección General de Educación Ambiental y Participación Comunitaria (DGEAPC) que ocurrió como parte del proceso de reorganización del ya desaparecido Ministerio de Ecosocialismo Vivienda y Hábitat.

Esta infortunada, y a mi entender equivocada, decisión desechó la extensa e importante trayectoria que tuvo esta dirección dentro del antiguo Ministerio del Ambiente. La DGEAPC fue clave para el establecimiento de políticas públicas como la incorporación de la educación ambiental en los currículos educativos en el país, la formación de educadores en temas ambientales, la realización de procesos de articulación y apoyo con otros países de la región, la asesoría a otros entes del Estado y el diseño de estrategias, políticas y orientaciones para el trabajo educativo en la gestión ambiental, entre otros logros. Asimismo, impulsó desde sus inicios procesos participativos, en un principio con las Juntas Ambientales, hasta llegar a los Consejos Comunales. Por otra parte, fue un ente articulador con otros organismos del Gobierno Venezolano como ministerios, gobernaciones y municipios, a la vez que vinculó las políticas de gestión ambiental del ministerio con organizaciones y movimientos de la sociedad civil del país, así como con Universidades, empresas y otras instituciones.

La labor de la DGEAPC fue fundamental para el establecimiento de una política de gestión
ambiental con enfoque social. Esta reconoce la necesidad de educar a la población en materia ambiental y promover la participación de la sociedad como elemento fundamental de la gestión del ambiente. Es por ello que la educación ambiental pasó a tener rango constitucional a partir de la Constitución Bolivariana de 1999; e igualmente está contemplada como estrategia de gestión en toda la normativa ambiental venezolana, así como en los tratados firmados y ratificados por la República.

Como muestra de estos compromisos internacionales: El Convenio sobre la Conservación de la Diversidad Biológica, a partir del desarrollo del su artículo 13, se ha propuesto la implementación de una Iniciativa mundial sobre Comunicación, Educación y Conciencia Pública. Igualmente, la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático establece  la realización de programas de educación y concienciación pública, los cuales han sido reafirmados en la COP 20 a partir de la Declaración Ministerial de Lima sobre la Educación y la Sensibilización.

La desaparición de la DGEAPC fue a mi entender el resultado de la acción de sus enemigos, tanto internos, en el propio ministerio, como fuera de el mismo. Contra su existencia se alegó la “transversalidad” de esos temas en todos los programas del ministerio, lo que supuestamente hacía innecesaria esta Dirección. Argumento falaz que desconoce la educación como proceso sustantivo y formal, el cual no puede ser asumido desde el empirismo educativo; igualmente omite la necesidad de establecer una rectoría que permita orientar, coordinar, promover y articular las diferentes acciones que se implementen en el país. Otros criterios en su contra incluyeron que las acciones educativas debieran ser asumidas por el ministerio de educación y no por el que tiene  la competencia ambiental. Esta opinión ignora la diferencia entre los procesos educativos que se realizan en instituciones educativas y aquellos que ocurren y deben ocurrir en todos los procesos, espacios y situaciones de la vida del país como parte de la gestión ambiental. Por supuesto los ministerios con competencia ambiental y educativa tienen que coordinar sus acciones, y esto se  ha venido realizando desde hace muchos años. 

En el fondo, la negación a aceptar la necesidad de generar políticas públicas en materia de educación y la participación ambiental es una expresión del desconocimiento y desprecio por los temas sociales. Situación que infortunadamente aún prevalece dentro de ciertos sectores de la sociedad venezolana, incluyendo el gubernamental, a pesar de la retórica a favor de los mismos.

Por supuesto, la DGEAPC  había caído en un letargo e ineficacia progresiva. Pero ello no fue responsabilidad de sus funcionarios a lo largo del país, sino de la pérdida de orientaciones y capacidad profesional, los escasos presupuestos y la falta de conocimiento en temas de educación ambiental de algunos de sus directores. De hecho, uno de los signos más significativos de la pérdida de capacidades fue el abandono de los procesos de seguimiento y articulación con  las grandes discusiones en materia de educación ambiental que están ocurriendo en nuestra región y del liderazgo que en estos temas Venezuela siempre había tenido. Esta desidia llegó al extremo cuando en el pasado Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental, cuyo eje fue la Educación Ambiental Comunitaria, el Gobierno del Perú, anfitrión del mismo, realizó una invitación formal al MINAMB para que presentara la experiencia de Venezuela en este tema, invitación que no fue aceptada sin que aparentemente mediara ninguna razón.

Ahora hay una nueva oportunidad de rectificar esta situación. En el Decreto de creación del Ministerio de Ecosocialismo y Aguas se establecen las competencias del Viceministro de Ecosocialismo Ambiental las cuales  incluyen: ”Diseñar, impulsar y desarrollar planes, programas y proyectos orientados a la investigación, educación y divulgación para la promoción de la ética ecosocialista y la conservación y el uso sustentable de la diversidad biológica y sus componentes”. Aunque la redacción es para mí poco clara, pareciera que esta función permitiría que volviera a crearse la Dirección General de Educación Ambiental y Participación Comunitaria., y en tal sentido darle cumplimiento al artículo 107 de nuestra Constitución y al artículo 15 numeral 5 de la Ley Orgánica del Ambiente e incluso a la Estrategia Nacional de Educación Ambiental y Participación Comunitaria diseñada y aprobada en el MINAMB:

Por todo lo anterior, le pido que aproveche esta situación y promueva que el ministerio a su cargo  restablezca la DGEAPC de tal manera que puedan avanzarse en las políticas y acciones necesarias para educar y promover la participación de la sociedad en la solución de los problemas ambientales del país. 

Estoy seguro que en caso de que así lo decidiera, muchos apoyaremos las acciones positivas e incluyentes que se realicen a favor de lograr que sea garantizado nuestro derecho a ser educados ambientalmente.

En tal sentido, le sugiero que convoque de manera abierta a las Universidades,  ONG, movimientos sociales y comunicadores que realizan acciones de educación ambiental, los cuales en conjunto con las instituciones del Estado que tienen competencias en este campo podremos ofrecer propuestas para avanzar en este sentido.

Finalmente, es importante entender que sin educación, ni participación no podrá haber ni gestión ambiental eficaz, ni más Ecosocialismo que el nombre del ministerio.




Dr. Alejandro Álvarez Iragorry
Coordinador del Foro Venezolano de Educación Ambiental (Red FOVEA)
Animador Nacional de la Comisión de Comunicación y Educación (CEC) de la IUCN.
Miembro del Consejo Directivo de la ONG EcoJuegos

(Todas las opiniones que en esta carta se expresan son de mi absoluta responsabilidad y no comprometen a las organizaciones en las cuales participo)