27 ene 2013

Elogio a la educación ambiental: Un homenaje en su NO día







A mi padre que nació un 26 de enero hace 83 años y que con su austeridad y disciplina marcó mis búsquedas actuales.



Tomé prestado la esencia del título de un imprescindible artículo de Pablo Meira para hablar del porqué la educación ambiental en nuestro país tiene una historia y unas características que la hacen una acción fundamental para poder avanzar hacia un mejor país (1).

Asimismo, me parece interesante y divertido contar esta historia en los días cercanos al 26 de enero, fecha en la cual una parte de las personas e instituciones venezolanas tienen la convicción de la existencia de una “efeméride” relacionada con la educación ambiental (2).

La educación ambiental venezolana: Una historia en cuatro tiempos

Contar la historia de la educación ambiental en Venezuela es recorrer el curso de un río que  va creciendo a medida que diferentes tributarios van sumando sus aguas y mezclando colores, olores, químicas y vida, haciéndose ancho y profundo, Pero también encontrando raudales, aguas bravas y cañones que estrechan su cauce.

Este río lo han navegado muchas personas. Ahora que las vemos en retrospectiva, podemos ser críticos, pero también debemos ser respetuosos y agradecidos. Cada etapa tuvo sus razones y sus sinrazones. Pero los que nos precedieron nos trajeron hasta esta playa y ahora podemos mirar hacia adelante con confianza de que la parte difícil del viaje ya pasó.

De la educación para la conservación a la educación ambiental


En los años 40 y 50 del siglo pasado se inició un proceso de transformación frenética en todos los ámbitos del país, desde lo económico hasta lo cultural. En esta situación los recursos naturales comenzaron a ser saqueados con la excusa de que de esta acción surgiría la Venezuela moderna que dejaría atrás el atraso y la pobreza que habían reinado hasta avanzado el siglo XX.

Los naturalistas e intelectuales de esa época vieron este proceso con tremenda preocupación, y  consideraron que la única manera de frenar esta catástrofe era educar a la población en la conservación de sus recursos naturales.

Estos pioneros y sus seguidores tomaron las herramientas de su momento: El modelo de gestión ambiental conservacionista y la educación para la ciencia. Pero también creyeron profundamente que había que salir a buscar el país, e ir al encuentro de los paisajes, los seres vivos y las tradiciones culturales que el afán de modernismo estaban dejando atrás.

El surgimiento de la institucionalidad ambiental


El período final de los años 70 resultó crucial para la educación ambiental venezolana. En 1976 se promulgó la primera Ley Orgánica del Ambiente y, como consecuencia de la misma, se crea al año siguiente el Ministerio del Ambiente.

En el otro lado del mundo en ese mismo año se realiza la llamada Conferencia de Tiblisi En dicha conferencia se definieron por primera vez la naturaleza, los objetivos y los principios pedagógicos de la Educación Ambiental.

Estos sucesos llevaron al inicio de la educación ambiental como acción y política pública. En poco tiempo se inicia la “ambientalización” de los currículos escolares en todos los niveles educativos y se comienzan un programa nacional de formación de docentes para la educación ambiental.

Asimismo, ONG y otras instituciones inician proyectos educativos que van a llevar la educación ambiental a una variedad de ámbitos sociales y a la aparición de metodologías y recursos novedosos para el país.

Esta nueva educación se concibe como una herramienta de gestión ambiental, y por lo tanto su función es “problematizar el ambiente” y buscar soluciones a las situaciones existentes.


La educación en búsqueda del desarrollo sostenible


Este nuevo período que inicia aproximadamente en los años 90, está caracterizado por la influencia del paradigma emergente del desarrollo sostenible. Este nuevo marco genera un cambio en los enfoques y metodologías de trabajo, que ahora buscan establecer una educación dirigida al desarrollo humano integral.

Como consecuencia de este impulso, se produce una expansión de programas educativos realizados por  organizaciones de la sociedad civil, instituciones de educación superior y organismos del Gobierno.

Este esfuerzo colectivo se traduce en un movimiento ambientalista que logra convertir a la educación ambiental en una aspiración social, y finalmente a lograr que la nueva Constitución de 1999 la reconociera como un derecho ciudadano.

Polarización, fragmentación, invisibilización


Los últimos trece años representan un período extremadamente complejo y difícil de analizar. Parte de la educación ambiental se hace banal e inefectiva. Pero en contraste, se dan experiencias de gran valor a partir del trabajo de educadores, gestores e investigadores comprometidos, creativos y sensibles  a los temas sociales (3)

Pero el factor que modela esta etapa, es la polarización política sectaria. El ámbito de la educación ambiental que había sido un espacio de encuentro, ahora se hace parte de la pugna política nacional. Esto generó una enorme fragmentación de esfuerzos, aislamiento entre sectores, desencuentros y desconocimientos.

En este contexto, la educación ambiental gubernamental inicia esta etapa de manera muy prometedora, siendo sus momentos cumbres la organización del II Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental en Caracas en el año 2000 y la acción del gobierno venezolano para la creación del Programa Latinoamericano y del Caribe de Educación Ambiental (PLACEA)

Por otra parte, el gobierno busca acercarse a los enfoques de ecología social y educación popular. Por ello enfatiza el trabajo directo con actores sociales prioritarios: tales como campesinos, niños y niñas, y comunidades urbanas populares.

Pero luego de estos éxitos y promesas iniciales, la falta de continuidad administrativa, la desprofesionalización institucional, los escasos presupuestos y la ausencia de marcos de trabajo claros, han generado que estos enfoques hayan tenido un impacto y trascendencia muy escasa. Asimismo, estos mismos problemas han tenido como consecuencia la invisibilización de la educación ambiental dentro de las instituciones de gobierno.

A estas situaciones se suma el hecho de que las políticas gubernamentales han aislado e incomunicado las acciones del gobierno, con las de otros sectores sociales, tales como universidades y ONG que ahora son descritas, no como aliados, sino como enemigos políticos. Por ello se fragmentan y aíslan los distintos esfuerzos que se realizan en el país en materia de educación ambiental.

Por su parte, estos últimos sectores han venido realizando importantes esfuerzos para navegar en estas aguas llenas de escollos. De esta manera, en este período ha crecido de manera importante los programas de formación universitaria en materia de educación ambiental y se ha realizado un importante esfuerzo en materia de investigación educativa en los temas ambientales.

Igualmente, se han articulado actividades educativas con programas de gestión ambiental, se han elaborado una gran cantidad de materiales educativos, se  han establecidos redes de comunicación entre educadores y en los últimos años muchas instituciones se han sumado con entusiasmo al uso de las herramientas de la Web 2.0 para la educación ambiental.

A pesar de estos grandes esfuerzos, la capacidad de estas instituciones para incidir sobre  la cultura ambiental del país ha estado fuertemente limitada por las deficiencias presupuestarias, la falta de articulación, la ausencia de procesos de seguimiento y evaluación y el cada vez menor interés por parte de muchos educadores por formarse en teorías y herramientas de la educación ambiental.

El desafío de avanzar


Pareciese que hubiéramos llegado a un estancamiento en el flujo de esta historia, pero sabemos que todo río  buscará finalmente conseguir su curso para seguir avanzando hacia su destino final.

Para comenzar a destrabar nuestro trabajo, un buen comienzo es valorar lo que hemos logrado hasta ahora.
Aunque usted no lo crea, los educadores ambientales hemos alcanzado una serie de avances importantes, muy a pesar de los obstáculos y de las personas que dicen que ha sido un esfuerzo perdido. Algunos ejemplos de estos son los siguientes:

  • Que en la conciencia colectiva del país se haya fijado el hecho de que Venezuela es un país con una enorme diversidad biológica, y que éste es uno de los principales patrimonios del país (La imagen turística del país es su diversidad paisajista, los avatares del Parque Nacional Waraira Repano son seguidos con preocupación e interés por una cantidad de habitantes de Caracas, entre otros muchos ejemplos)
  • Que una parte importante de la población esté consciente de que existen graves problemas ambientales y que estos los afectan (Hable con cualquier persona luego del surgimiento de una nueva crisis ambiental y verá la preocupación aflorando, aún entre los menos informados)
  • Que muchas instituciones, organismos y empresas consideren los temas ambientales entre sus preocupaciones actuales (En este momento pocos son capaces de decir en público que no les importan los temas ambientales)
  • Que hayan aparecido los temas ambientales en la agenda política del país (Para bien o para mal todos los grupos políticos tienen propuestas ambientales)
  • Que se considere necesario tomar en cuenta la participación de las comunidades como una condición para avanzar hacia la solución de los problemas ambientales (Un verdadero logro que los educadores ambientalista y las ONG ambientales vienen persiguiendo desde los años 80 del pasado siglo)
  • Que se haya logrado el reconocimiento de la educación ambiental como derecho ciudadano (Como diría un viejo profesor mío, esto no es una concha de ajo)


Además de esos logros significativos, la educación ambiental venezolana ha sido pionera en el uso de enfoques y propuestas tales como: capacitación para el desarrollo local, formación de comunidades,  capacitación de grupos prioritarios en temas de gestión ambiental, uso de TIC en la educación ambiental y un largo etcétera.

Por otra parte tenemos que reconocer los retos que aún tenemos por delante. Creo que los más importantes son:

  • Comunicar a la sociedad venezolana el valor de una educación plural y diversa que respete y valore los contextos culturales, creencias y valores legítimos de todos los actores involucrados en la gestión ambiental
  • Trabajar en la creación de una visión de país compartida donde se garantice un ambiente seguro, sano y equilibrado para todos
  • Ampliar y profundizar el derecho a la educación ambiental para todos los venezolanos
  • Establecer mecanismos más efectivos para comunicar mensajes ambientales a todos los involucrados. Estos mensajes deben ser contextualizados, pertinentes y con objetivos claros.
  • Abrir espacios de discusión, intercambio y trabajo con los distintos actores sociales  del país para volver a poner la agenda ambiental entre las prioridades nacionales
  • Extender el desarrollo de programas educativos a temas como: cambio climático global, producción y consumo sostenible, gestión de servicios públicos, gestión de riesgo, etc.
  • Aumentar el nivel de profesionalización de los educadores ambientales.
  • Profundizar el uso de metodologías de evaluación y sistematización de procesos educativos. Dar a conocer los resultados obtenidos.


En función de todo lo anterior, estamos realmente dispuestos a remar todos juntos o por lo contrario ¿Seremos capaces de traicionar las exigencias y obligaciones que tenemos hacia nuestro país y hacia el mundo? ¿Seremos capaces de hacernos responsables de haber convertido la función educadora ambiental en un archipiélago de pequeñas acciones desarticuladas y sin orientaciones claras y por lo tanto ineficientes por obligación?

El río sigue su curso y la educación ambiental en nuestro país seguirá también el suyo fertilizando los suelos por donde pasa y abriéndose paso hacia su mar.



  1. Parte de las ideas presentadas en este artículo fueron sacadas de: Córdova, P., Álvarez Iragorry, A. y González, O. 2009. Comunicación pública de la ciencia en Venezuela: prácticas, actores, y orientaciones. Redes 30 (15): 125-148. 
  2. Sobre opiniones sobre la existencia del Día Internacional (o Mundial) de la Educación Ambiental ver: “¿Día de la educación ambiental? 2. Investigaciones, venezolanismos, rendiciones, conversaciones y propuestas” http://forotuqueque.blogspot.com/2012/01/dia-de-la-educacion-ambiental-2.html “¿Día de la educación ambiental? efemérides fantasmas o los gatos amarrados” http://forotuqueque.blogspot.com/2012/01/dia-de-la-educacion-ambiental.html “¿Día de la Educación Ambiental?” http://forotuqueque.blogspot.com/2009/01/da-de-la-educacin-ambiental.html 
  3. Recomiendo revisar las entrevistas a educadores ambientales venezolanos publicadas en el blog: http://forotuqueque.blogspot.com
  4. Quero, F. 1983. Hacia una educación ambiental en Venezuela., en La defensa del hábitat. Gondelles, R. y otros. Ediciones de la Presidencia de la República, Venezuela.