6 jul 2010

Educadores Ambientales de Venezuela (La gente que está trabajando para hacer un mejor país) 16 – Zulay Poggi


Muchos educadores ambientales y ambientalistas ven con cierto romanticismo lo de “ir a trabajar con una comunidad”. Pero lo cierto es que esta es un trabajo extraordinariamente duro y a ratos frustrante. Las comunidades de personas menos favorecidas, y a ratos excluidas, tienen enormes problemas y su prioridad es sobrevivir cada día. Entonces por qué deberían prestarle atención a unos problemas ambientales que contados de forma académica les suenan tan lejanos y abstractos.

Por eso admiro profundamente a aquellas personas luchadoras que se “echan al hombro” el trabajo de llevar el mensaje ambiental a las comunidades en todos los rincones del país. En particular admiro a todos aquelos que han reflexionado a partir de la experiencia para realizar acciones significativas y pertinentes a los ojos de los pobladores de esas comunidades.

Dentro de este contexto, son extraordinarios los esfuerzos en las áreas de comunidades rurales y pescadores. Allí en ese frente de batalla de la vida, en el que grupos humanos bregan cada día por cosechar los recursos a la naturaleza, es donde se consiguen las situaciones más intensas de la relación entre los humanos y su entorno, es allí donde el ambiente no es un concepto escolar,  si no una vivencia intensa y a veces cruel.

Por todo eso me enorgullece traerles las vivencias y reflexiones de Zulay Poggi, una educadora mención biología egresada de la UCAB y con una maestría en innovación tecnológica del CENDES; institución de la cual es investigadora y desarrolla un doctorado. Miembro de la ONG Asociación Punto Verde de la cual es su presidenta.

Espero disfruten de esta entrevista.

¿Puedes decir por qué eres educadora ambiental?
Porque me preocupa mucho la pasividad de la gente ante la problemática ambiental local y mundial. Creo que es muy importante que a través de una serie de actividades recreativas y educativas, lograr que la gente reflexione sobre el impacto que tiene las actividades que realiza (económicas, del hogar, etc.) en el ambiente.


¿Cómo llegaste a convertirte en educadora ambiental?
En el año 2000 el Ministerio de Ciencia y Tecnología, nos financió un proyecto de educación ambiental dirigido a poblaciones cercanas a la laguna de Unare en el Estado Anzoátegui. Comenzamos realizando estudios ambientales y socioculturales y nos dimos cuenta que uno de los factores que más afectaba la laguna de Unare, era la intervención humana. Por ello iniciamos un programa educativo dirigido a  niños y maestras de las escuelas de Boca de Uchire, el Hatillo y La Cerca, trabajo que fue sumamente difícil. Posteriormente,  incorporamos al programa a las amas de casa de la zona, lo que nos costó bastante trabajo, ya que no encontrábamos la forma de motivarlas para que asistieran a actividades tradicionales como charlas. De esta manera terminamos diseñando un programa de artesanía y ambiente, basado en la enseñanza de técnicas de arcilla y papel mache (que son ambientalmente compatibles y cuyos recursos se encuentra en la zona) para elaborar diferentes tipos de piezas, haciendo hincapié en figuras de aves y peces de la laguna. Mientras ellas elaboraban la artesanía, aprovechábamos de conversar sobre la importancia de preservación de la biodiversidad de la laguna. Durante el programa organizamos charlas con estudiantes de ingeniería ambiental de la UGMA de Barcelona y planificábamos obras de teatro ambiental con los niños de las escuelas (principalmente sus hijos), exposiciones, el autobús de la ciencia de Fundacite Anzoátegui y otras actividades más. Y finalmente, más difícil aún, incorporamos a los pescadores de la zona, mediante un programa de formación sobre  Ley de Pesca y la Ley Orgánica del Ambiente. De esa manera logramos compartir con ellos muchos conocimientos  y  experiencias, lo que sin duda alguna enriqueció nuestro programa.

Creo que durante todo ese proceso, “me convertí” más que en una  educadora ambiental en una promotora ambiental comunitaria. En ese proyecto los educadores ambientales para los niños y para nosotros, fueron realmente los pescadores, las maestras y las amas de casa.

¿Cuál es el proyecto más significativo en materia de educación ambiental en el cual has participado o participas?
 Creo que el más importante fue este que mencioné sobre la Laguna de Unare. No obstante actualmente llevamos a cabo un programa de artesanía y ambiente con la Corporación de Turismo del Estado Anzoátegui CORANZTUR, que ha contado con la participación de más de 1000 personas de las escuelas, la comunidad organizada, productores, pescadores y amas de casa,  que son capacitados en artesanía ambientalmente compatible. Mientras se dictan los talleres, se incorpora el tema ambiental. Este programa lo hemos dictado durante 3 años y a medida que pasa el tiempo lo hemos ido perfeccionando, con la retroalimentación de los participantes. Hemos ido al menos a 25 poblaciones del estado Anzoátegui. Considero que la artesanía es una buena forma de llegarles a las comunidades para incentivarlas a reflexionar sobre los problemas ambientales que los afectan directa o indirectamente.

¿Cómo ves el estado actual de la educación ambiental en Venezuela?
La situación de la educación ambiental la veo bastante grave.
 
A pesar de que en el país “están de moda” los temas del  cambio climático, el ahorro del agua y la energía, más por la escasez,  que por la afectación del problema en sí mismo (el hombre se preocupa por el ambiente sólo cuando el problema le afecta de manera directa), no hemos internalizado estos grandes problemas ambientales y nos limitamos a hacer cambios en nuestras actividades rutinarias muy pequeños,  no ahondamos en el impacto que tienen todas las actividades que hacemos en la casa, en la calle, en nuestro lugar de trabajo.

Por ello se requiere de programas educativos más profundos. Los medios de comunicación juegan un papel muy importante en todo esto. Creo que ellos deben incorporarse con seriedad en el desarrollo de campañas que promuevan la reflexión sobre las modalidades de consumo que tenemos, que es un aspecto relevante que se menciona en el convenio de diversidad biológica.

En el caso de las escuelas, sobretodo en zonas rurales del país, vemos como el tema de la educación ambiental ha cobrado bastante auge en los últimos años. En las, al menos, 40 escuelas rurales, que hemos tenido la oportunidad de visitar,  durante los trabajos de educación ambiental,  observamos  carteleras, avisos, trabajos, proyectos de aula,  etc.,  relacionados con la preservación del ambiente,  sin embargo en los alrededores de las escuelas la problemática de la basura sigue siendo bastante grave. Esto quiere decir que muchos de estos programas que pretenden ser educativos realmente no cumplen con su objetivo. Se quedan muchos en el mensaje y no interfieren en cambios de actitud.

Por eso creo que nuestra tarea es bastante dura y que debe reflexionarse también sobre la forma que promovemos la educación ambiental

¿Qué sería lo más importante que habría que hacer para mejorar la educación ambiental en el país?
Como señalé anteriormente, creo que la participación de los medios de comunicación en el desarrollo de campañas informativas, que sean impactantes y contundentes, que promuevan la reflexión sobre nuestro comportamiento es importante. Igualmente las empresas deben desarrollar más actividades dirigidas a que sus empleados realicen actividades ambientalmente compatibles. En cuanto a los educadores, deben seleccionar y diseñar estrategias que realmente promuevan la reflexión en estos temas tanto a los estudiantes como a los padres.

Un comentario final
Finalmente quiero comentar que no solo los gobiernos, los industriales, los empresarios son los únicos responsables  directos de la problemática ambiental local y mundial (obviamente que tienen una participación importante), sino que  cada uno de nosotros tenemos una cuota de responsabilidad en ello. Por ello los invito a que nos convirtamos en verdaderos educadores ambientales en nuestra casa, en nuestro trabajo y  en la calle.