Imagen tomada de: http://fundacionlosroques.wordpress.com |
Este es mi homenaje personal a la Fundación Científica Los Roques y su gente que a lo largo de toda su historia se convirtieron en el sitio perfecto para aprender sobre el mar y la gente del mar. En la actualidad el gobierno venezolano está exigiendo el desalojo de la Fundación de la Estación Biológica de Dos Mosquises en el Parque Nacional Archipiélago de Los Roques por razones desconocidas y sin ninguna valoración del extraordinario trabajo que ha realizado esta organización a lo largo de su historia.
I. La formación de ecólogos marinos
Hace 34 años yo era un estudiante de los últimos años de biología y me estaba formando como ecólogo marino: Me sentía casi un discípulo de Jacques Cousteau el ídolo de mi infancia.
En agosto de ese año fui por primera vez a la Estación Biológica de Dos Mosquises en el Parque Nacional Archipiélago de los Roques, administrada por La Fundación Científica Los Roques.
En esa ocasión, junto con un grupo de estudiantes de diferentes universidades del país, hice mi primer curso de ecología marina en el campo. No frente a un pizarrón y viendo una diapositiva. Ni tampoco leyendo un “paper” técnico. Sino literalmente inmersos en la grandiosidad y diversidad de los ecosistemas marinos del Caribe.
Un año después tuve una segunda oportunidad de volver a Dos Mosquises, ahora a aprender Ecología de Arrecifes Coralinos. Este fue un curso intenso tanto en lo intelectual como en lo físico. Teníamos inmersiones diarias para hacer mediciones y observaciones en los arrecifes del archipiélago, para en la noche discutir los distintos aspectos que permiten entender la diversidad y complejidad de los ecosistemas más diversos y a la vez más sensibles de los mares tropicales.
Estas dos experiencias marcaron mi vida profesional. Me di cuenta que a pesar de que tenía una muy buena base educativa, me había faltado la disciplina, la experiencia y el contacto cotidiano con el mar y la gente que busca aprender del mar.
Pero además me permitió acercarme al conocimiento en un ambiente de excelencia educativa. Encontré que en mi país era posible la formación de profesionales como en las mejores universidades del mundo. Y además pude aprender y trabajar con investigadores de extraordinaria calidad y valor como científicos y docentes tales como: Fernando Cervigon, Roger Laughlin, Joaquín Buitriago, Freddy Losada, Ernesto Weil y Juan Urich. De nuevo la excelencia no había que buscarla fuera, estaba en nuestro país y era convocada por la Fundación Científica los Roques.
En los años posteriores, cientos de estudiantes de varias universidades venezolanas tuvieron la oportunidad de formarse como ecólogos marinos en uno de los espacios de trabajo más importantes de nuestro país y una enorme cantidad de información científica nació de sus tesis y sus investigaciones profesionales.
II. La educación para la gente de Los Roques
Treinta años después ya como educador ambiental volví al Archipiélago de los Roques, ahora a hablar e interactuar con los estudiantes de las escuelas del Gran Roque y de la mano de Blanca Elena Machado, Coordinadora de Programas Educativos de la Fundación Científica Los Roques.
De nuevo, más que enseñar, regresé con aprendizajes y vivencias que me marcaron y siguen marcando.
De Blanca Elena aprendí, que la educación no es una profesión para únicamente ganarse la vida. Para ella, ser educadora es una misión y un compromiso con la gente de Los Roques y en particular con sus niños.
Creo que nunca había tenido la oportunidad de ver ejercer un apostolado por la educación como la que la mueve a mantener con enorme esfuerzo y paciencia su misión: la de conectar a los niños de Los Roques con la ciencia nacida en Dos Mosquises y en el resto del Archipiélago.
Pero no es sólo ciencia lo que ella lleva a los roqueños, sino amor por su comunidad y por la maravilla que le rodea. No es sólo verter en ellos conocimientos académicos, sino por el contrario devolverle el conocimiento que ha sido develado en los estudios científicos, para convertirlo en orgullo y sabiduría para defender su tierra y su mar. Por todo ello y más, es que no es casualidad que un plantel educativo en el Gran Roque lleve su nombre.
III. De los ecosistemas amenazados a las organizaciones amenazadas
Realmente será un día muy triste cuando se diga que ya la Fundación Científica Los Roques no podrá seguir haciendo esta labor educativa. En particular ahora cuando en el país se está hablando de “Calidad de la Educación”, y en este contexto ¿algunos gobernantes tendrán el valor de eliminar esta escuela científica y comunitaria que es y espero siga siendo la Fundación Los Roques? Y ¿Cuáles excusas tendrán frente a los profesionales que se formaron allí, a los estudiantes y en particular a los roqueños para desconocer este extraordinario legado educativo e impedir su desarrollo futuro?
Pase lo que pase, volveremos a Los Roques a aprender y a enseñar. Tengo la esperanza que será siempre en conjunto con la Fundación Científica Los Roques.
Este artículo fue originalmente publicado en el Portal de Desarrollo Sustentable. Agradezco la Fundación Tierra Viva y Alejandro Luy la oportunidad de escribir sobre mi experiencias con la FCLR.
Excelente experiencia de campo, Alejandro. Bueno es poder contarla. Y estoy seguro de que volverás a Los Roques y verás de nuevo esos logros de las buenas instituciones y de las buenas personas.
ResponderEliminarExcelente experiencia de campo, Alejandro. Bueno es poder contarla. Y estoy seguro de que volverás a Los Roques y verás de nuevo esos logros de las buenas instituciones y de las buenas personas.
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