5 jun 2020

Saliendo de la trampa ambiental en Venezuela


Recientemente fueron publicados dos excelentes trabajos de investigación periodística que buscan narrar la realidad ambiental del país.

Uno de ellos es de Olgalinda Pimentel y publicado en el portal La Gran Aldea: “Se  vuelve turbia la falta de agua potable en Venezuela” que se puede leer en este enlace

El segundo de María Ramírez Cabello publicado en El Correo del Caroní titulado “Depredación minera frente a los ojos del tepuy Roraima” que puede ser conseguido en este enlace

Estos trabajos nos permiten reflexionar sobre la situación ambiental del país y aún más cómo podemos salir de la actual situación.

En Venezuela podemos hablar de un número importante de daños ambientales producto de una gestión Estatal cada vez más ineficaz y deliberadamente desconocedora de los procesos de destrucción ambiental que están sucediendo en el país ¿Cuáles de ellos serán los más importantes?

Cuándo se quiere conocer cuál es el nivel de impacto de un daño ambiental, es necesario recurrir a indicadores que midan el nivel de daño o deterioro que se ha producido. Estos pueden incluir indicadores de intensidad del daño, extensión del daño y duración del daño.

El primero puede medirse en términos tanto ecológicos (ecosistemas deteriorados) o humanos (número de personas afectadas) El segundo estaría medido en términos de la superficie afectada. En términos temporales el tercer indicador estaría relacionado con el tiempo necesario para lograr la recuperación del daño. A estos indicadores se pudiera incluir uno relacionado con el costo de recuperación, mitigación o restauración del deterioro que haya ocurrido.

En Venezuela distintos especialistas y organizaciones han discutido sobre cuáles son los principales problemas ambientales del país, pero raramente se analizan los mismos en función de los indicadores antes mencionados. Por lo que lo que  se indica únicamente es la percepción de los especialistas o de la organización que ha emitido esa opinión.

Sin entrar en la necesaria cuantificación de los valores de esos indicadores, es posible hacer una primera aproximación a la magnitud cualitativa de los mismos a partir de la información disponible.

De todos los procesos de deterioro ambiental que actualmente están ocurriendo emergen dos monstruos.

El primero es la crisis de agua para uso humano, afectando principalmente la zona norte y montañosa del país.

 Aunque los estimados varían se conoce que aproximadamente un 87% de la población no tiene acceso permanente al agua. Es decir estamos hablando que más de 22 millones de personas tienen limitado su derecho al acceso al agua. 

De ese número, un porcentaje bastante grande recibe agua por tuberías con una frecuencia que puede ir entre dos semanas y varios meses. En amplias zonas de la Guajira venezolana, Paraguaná, Sucre y varias ciudades de los llanos venezolanos el agua por tuberías dejó de ser suministrada  en algunos casos desde hace más de un año. 

Asimismo, mucho más de 2 millones de personas nunca tuvieron conexión a una tubería de suministro de agua. En algunas partes la situación es tan grave que existen reportes de poblados abandonados por falta de agua.

Actualmente en una gran parte de Venezuela las familias y empresas deben comprar el agua que necesitan a precios cada vez más altos y bajo condiciones de especulación, cartelización y otros esquemas delincuenciales o recurrir a fuentes informales de agua.

A esto se une que la calidad del agua que se suministra no cumple con los estándares legales que debería tener el agua para consumo humano.

Los costos estimados para mejorar la situación de suministro de agua en Venezuela hasta un nivel sólo mínimamente suficiente sobrepasan los cientos de millones de dólares americanos y tiempos de ejecución de varios años.

Todo ello representa una grave violación a los derechos humanos de un porcentaje muy alto de Venezuela posiblemente afectando a un número superior a los 20 millones de personas. Situación que tiene efectos sobre el derecho a la vida, salud, trabajo digno, vivienda adecuada y muchos otros.

El segundo problema afecta principalmente, pero no únicamente, el territorio al sur del país. En este caso la expansión de una forma de minería de depredación y saqueo sin ningún control ni limitación sobre los daños cometidos, nl sobre las graves violaciones a los derechos humanos que está generando.

Un estimado grueso permite decir que la minería está afectando una superficie cercana al 40% del territorio nacional. Asimismo, está deteriorando todas las cuencas hidrográficas al sur del país y generando contaminando por mercurio que está afectando a un número de personas que pudiera acercarse al millón de personas. 

Adicionalmente, se acelera de manera vertiginosa la tasa de deforestación de los bosques  amazónicos venezolanos y sus efectos están redundando en un crecimiento sin precedentes en la tasa de infección de malaria, la cual no sólo afecta a la población local, sino que está siendo exportada a todo el país e incluso fuera de nuestro territorio.

Por otra parte, muchos de los daños que actualmente se están produciendo por causa de la actividad minera pueden considerarse que son a perpetuidad, ya que es muy difícil estimar los tiempos de recuperación cuando pueden estar en escalas de cientos de años.

Asimismo, sí se decidiera invertir en procesos de restauración ecológica, los costos pudieran ser astronómicos y por un número de años totalmente incierto.

En este caso tenemos muy altos los indicadores de extensión, intensidad, duración y costo.

Por supuesto que existen otros problemas en el país, algunos de ellos muy graves, incluyendo el terrible deterioro de la diversidad biológica, que va desde una extracción cada vez insustentable de peces y otros animales y plantas usadas como alimentos, extracción ilegal de maderas y leña, así como de animales silvestres para exportación.

Adicionalmente se viene produciendo un grave deterioro de los sistemas de recolección de desechos sólidos domésticos. Así como el abandono del control de la contaminación y de la obligación de realización de estudios de impactos ambientales como requisito obligatorio de todo proyecto que pueda generar deterioro ambiental.

Igualmente, los hechos parecen indicar que se perdió gran parte de la capacidad del Estado para la gestión de desastres de origen socio-natural.

Sin contar con ese tsunami llamado cambio climático que ya nadie parece querer saber de eso en Venezuela.

La trampa

En varias zonas del mundo se usaron, y quien sabe sí aún usan, trampas para cazar animales para el aprovechamiento de sus pieles. Uno de esos aparatos está formado por dos grandes mandíbulas llenas de dientes afilados que por un mecanismo se cierran de golpe atrapando e hiriendo de muerte a la presa. Además la víctima, en caso de que quede viva, no puede huir porque la trampa está encadenada a una estaca o árbol.

Usemos esta analogía para entender los problemas ambientales de Venezuela.

Si pensamos en los dos grandes temas ambientales, que analizamos al principio vistos sobre la geografía del país, son las dos mandíbulas de una enorme trampa para osos que atraparon a Venezuela y le clavaron profundo sus afilados colmillos. 

Pareciera además que estamos encadenados a esa trampa sin poder escapar.

Los otros problemas profundizan nuestro dolor y daños.

Escapando de la trampa

Lograr liberarse de una trampa como las mencionadas más que un problema de fuerza es de inteligencia, persistencia y voluntad de ser libre. Si luchamos con sólo fuerza, los dientes se clavaran más en la carne.

Inteligencia en este caso es reunir las fuerzas del país en un trabajo articulado y constante. Sin acción en común todo esfuerzo es sólo un espasmo.

Inteligencia es saber que necesitamos ayuda externa, alguien tiene que buscar un buen palo para hacer palanca para abrir la trampa, Para conseguir ayuda debemos ser capaces de explicar bien a otros lo que nos está pasando y lo qué necesitamos. Es muy importante contarlo de manera clara sin pasiones ideológicas o simplemente viscerales. 

Tres herramientas serán necesarias: Solidaridad, nadie nos tomará en serio sino tienes intención de apoyar para ser apoyado; Educación, ya que para unir más gente hay que formar y formarnos y un Punto de Apoyo fuerte donde toda acción pueda reunir fuerzas: El mejor actualmente es el marco internacional de derechos humanos.

Inteligencia es saber persistir y no rendirnos. Ni la muerte podrá ser una derrota ya que muchos más deben seguir adelante.

La voluntad la tenemos ¿sí?

Voy por mi gente, por Canaima y toda la Amazonía, por el futuro que nos mereceremos sólo sí nos lo ganamos.


23 may 2020

Laudato Si´: Una mirada desde el ambientalismo


Jan Siberechts, San Francisco predicando a los animales, 1666


He tenido la inestimable experiencia de haber sido invitado en los últimos años en tres ocasiones a dictar talleres sobre la Encíclica Laudato Si´ dirigidos a comunidades religiosas católicas. 

En todos los casos informé previamente que mi enfoque estaría centrado en un análisis del valor y utilización de este texto no desde una perspectiva religiosa, sino desde una ambientalista y de derechos humanos. Para mi alivio en ninguno de los casos me pusieron ninguna objeción a esa condición. 

También vale la pena  comentar que mi acercamiento a este texto fue desde el respeto por las ideas religiosas y la necesidad de articular un gran movimiento de transformación conformado por la mayor cantidad de personas posibles sin considerar sus creencias, bases culturales e ideologías. Este movimiento será necesario para poder cambiar el rumbo de destrucción y muerte que subyace a los modelos económicos y de desarrollo imperantes en la actualidad.

Esas experiencias me han permitido revisar repetidamente el texto de la Encíclica y poder ir acercándome a sus valores e incluso a lo que considero sus debilidades. 

Sobre la base de esa experiencia, y aprovechando que se están cumpliendo cinco años de la publicación de ese documento,  les comparto un resumen y algunas reflexiones sobre el mismo.  En particular mi intención es facilitar la aproximación a la Encíclica por diferentes personas, católicas o no.

Pido a las personas conocedoras de temas teológicos su benevolencia por cualquier error en la interpretación de esos temas realizados por un lego en esa materia.

Primero las presentaciones

Laudato Si´ es el título de la segunda Encíclica, o carta pastoral, del papa Francisco. Su nombre nace de la frase inicial del Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís: “Alabado seas, mi Señor” escrito por San Francisco de Asís en el siglo XI de nuestra era. 

Su tema central es “el cuidado de la casa común”: Un llamado desde el catolicismo a comprender nuestro planeta como legado de todos los seres humanos  del cual somos responsables por razones tanto espirituales como éticas.

Lo positivo y negativo de un texto complejo

Esta Encíclica es un documento relativamente extenso (187 páginas) en el cual se combina conocimiento científico con elementos del dogma católico. 

En los temas científicos, su lenguaje e información pareciera provenir directamente de los reportes de los organismos internacionales sobre el deterioro ambiental. Ello se combina con una abundancia de citas a escritos religiosos con los  que se intenta enlazar las ideas provenientes de las ciencias ambientales con las provenientes del dogma católico. De hecho compiten continuamente dos formas de lenguaje que parecen no terminar de encajar y lo hacen complejo de seguir. 

Estas características (largo y complejidad) representan una primera dificultad para que un mayor número de personas se apropien del texto, al menos en Venezuela. He consultado con algunas personas, incluyendo religiosos y no muchas lo han leído y algunas apenas sí lo conocen. Pareciera que se necesita de puentes que acerquen a más personas a los aspectos esenciales de la Encíclica.

Entiendo que una Encíclica no sería una Encíclica sin teología, pero en mi opinión la profusión de citas religiosas y de elementos no basados en el conocimiento empírico puede en algunos casos representar una barrera para acercar un documento con ideas muy importantes pero que incluyen elementos que no son necesariamente compartidos por personas fuera del ámbito católico.

Parece que, como dice una amiga, se necesita urgentemente una edición de este Encíclica titulada algo así como: “Laudato Si´ para todo el mundo (incluso para ti, católico)”.

Por otra parte, aunque algunos pueden creer en que es inevitable la existencia de un conflicto entre las visiones de la ciencia y la religión (1) no necesariamente esto tiene que ser evidente. Podemos encontrar conexiones extraordinarias entre ambas formas de conocimiento tal como se puede apreciar (y disfrutar) en el libro “Pertenecer al Universo” escrito por el físico y ambientalista Fritjof Capra y el monje benedictino David Steindl-Rast (2). Para mí, esta Encíclica puede ser una oportunidad para ahondar en el diálogo entre ciencia y religión cada vez más necesario para encontrar respuestas que orienten las transformaciones que precisamos actualmente. 

Siguiendo con el análisis, el documento es claramente de naturaleza política en la medida que toma partido por las personas más pobres y vulnerables, señala de manera directa responsabilidades y llama a la acción a actores concretos. Este enfoque puede ser polémico, e incluso incómodo, para algunas personas que quisieran una posición menos militante de la iglesia. Por lo contrario, desde mi punto de vista este un punto fuerte, ya que evita la hipocresía y el lenguaje elíptico de textos que hablan de los problemas existentes, pero nunca de los responsables de estas situaciones, tal como si hubieran  sido generados por entes abstractos o situaciones derivadas del azar. A su vez la “opción por los pobres” es una doctrina de la iglesia católica frecuentemente criticada y combatida (incluso dentro de la Iglesia católica) pero cada vez más necesaria particularmente en el contexto de la crisis venezolana (3) a la vez que en  Latinoamérica cada vez más tiene un rostro indígena (4).

Otro elemento que me parece positivo, es el uso de un marco sistémico socio-ambiental. 

A partir del mismo, los temas relacionados con el deterioro global del ambiente son enlazados directamente con los problemas sociales desde una clara perspectiva integral. En tal sentido expresa de manera enfática que no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental. Asimismo, considera que la ecología humana es inseparable de la noción de bien común, un principio que cumple un rol central y unificador en la ética social.

Esta mirada compleja de la situación ambiental es necesaria a mí entender para no caer en las re-simplificaciones habituales de muchos medios de comunicación. Pero a la vez, tiene como problema que resulta difícil de ser comprendida por muchas personas que nunca han sido formadas para la comprensión de la complejidad de los sistemas socio-naturales.

El ambiente en Laudato Si´


Desde un punto de vista ya directamente ambientalista, este es un documento que tiene elementos muy importantes. Extraigo unos pocos de ellos:

Parte de declarar al clima como bien común de todos y para todos.  Ratifica que el cambio climático es una situación real e innegable y que sus efectos serán muy graves. Asimismo, reafirma que este fenómeno es el resultado de la actividad humana y señala al “consumismo inmoral” y el uso de combustibles fósiles como causas del fenómeno.

Reconoce el acceso al agua potable de calidad como derecho humano.  Alerta sobre el problema de la baja calidad del agua disponible por las personas más pobres y critica duramente la privatización del agua como contrario a la realización de este derecho por parte de muchas personas.

Subraya que miles de especies vegetales y animales desaparecen cada año debido a la acción humana. Asimismo resalta la importancia de ecosistemas como son la Amazonia, la cuenca fluvial del Congo, los grandes acuíferos y los glaciares, así como los océanos.

Denuncia que la Tierra parece convertirse cada vez más en un “inmenso depósito de porquería”. Y advierte que la degradación ambiental, generada por el actual modelo de desarrollo afecta la vida de las personas, su dignidad y derecho a ser felices.

Realiza una muy dura crítica al modelo político y económico dominante en la actualidad y lo hace responsable de las agresiones ambientales que sufren las personas más pobres, la explotación de los recursos de los países en desarrollo por los industrializados. Asimismo recrimina el ocultamiento de los problemas por parte de países industrializados y empresas, así como la débil reacción internacional ante los problemas ambientales.

Adicionalmente, y este punto es para mí uno delos más admirables,  plantea un enfoque espiritual de la vida y la relación entre los seres humanos y el ambiente.

 Así expresa que, la paz interior de las personas tiene mucho que ver con el cuidado de la ecología y con el bien común, y, que ella se refleja en un estilo de vida equilibrado unido a una capacidad de admiración que lleva a la profundidad de la vida. Asimismo, afirma que la paz implica la amorosa conciencia de estar conectados de las demás criaturas, de formar con los demás seres del universo una preciosa comunión universal.

Propuestas de cambio

Luego de este diagnóstico de la situación socio-ambiental del mundo, esta carta pastoral expone la necesidad de hacer cambios profundos en los estilos de vida, los modelos de producción y consumo y las estructuras de poder. 

Entre las recomendaciones que plantea incluye unas a nivel global, incluyendo la urgencia de desarrollar políticas para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero,  establecer regulaciones a nivel gubernamental para frenar el calentamiento global,  y crear instituciones internacionales fuertes para actuar en este camino.

Asimismo, establece que cada persona debe realizar cambios en sus hábitos. Presenta ejemplos tales como el uso de transporte público, plantar árboles y el apagar luces innecesarias. Asimismo, recomienda la formación de redes comunitarias para responder a los problemas sociales.

Igualmente señala a grupos particulares tal como las comunidades indígenas y cristianas. De las primeras indica que deben convertirse en los principales interlocutores del diálogo sobre medio ambiente. Para las segundas señala que deben ser protectores de la obra de Dios como  parte esencial de una existencia virtuosa.

Finalmente, reafirma que la solución a los problemas requiere educación en la responsabilidad ambiental, en la escuela, la familia, los medios de comunicación, la catequesis y que esta educación debe ser capaz de motivar a conformar estilos de vida responsables con el ambiente.

Me detengo un momento en este último punto para subrayar mi total acuerdo con darle una especial importancia a la educación. Asimismo enfatizar que no es una educación teórica sino una capaz de generar cambios en los estilos de vida en las personas.

En síntesis

A pesar de algunas debilidades, la Encíclica Laudato Si´ es una extraordinaria hoja de ruta para actuar en defensa de la Naturaleza como sistema protector de la humanidad y de sus derechos. En la práctica actuar en este sentido puede convertirse en una tarea muy difícil sino contamos con orientaciones éticas y espirituales en conjunto con las herramientas y capacidades de la ciencia.

En el caso de Venezuela, estas acciones no pueden estar desconectadas del hecho de que el país está sumergido en una emergencia humanitaria compleja que está destruyendo los medios económicos, las capacidades para vivir una vida digna, incluyendo las relacionadas con temas ambientales y la existencia misma de millones de personas.  

Entre los afectados la enorme mayoría son personas pobres, campesinos e indígenas. Estos últimos inmersos en una guerra creada por la codicia del oro que destruye el corazón mismo de sus culturas y amenaza con convertirse en un etnocidio.

Por lo tanto Laudato Si´ debería ser un estímulo para reflexionar y en particular actuar desde la ciencia y la espiritualidad en defensa de todas las personas, en particular de los más vulnerables. Valdría la pena recordar la profunda reflexión de Santo Domingo “No quiero estudiar en pieles muertas (en referencia al material de los pergaminos) mientras que haya personas que mueren de hambre”.

Pero a la vez,  puede actuar como primer paso en el camino del  reconocimiento de una espiritualidad profunda inmersa en la Naturaleza y que es necesario dejar atrás la idea de la superioridad y dominio de los humanos sobre el resto del mundo. 

Al inicio de este artículo coloqué una reproducción de una obra del pintor flamenco Jan Siberechts que representa a San Francisco predicando  a los animales, santo y acción que inspiró a esta Encíclica. 

Creo que es hora que con humildad comencemos a oír como la Naturaleza no sólo nos habla sino que nos invita a ser parte integral de su ser.

Loado seas, mi Señor,
por nuestra hermana la madre tierra,
que nos sustenta y gobierna
y produce distintos frutos
con flores de colores y hierbas...

San Francisco de Asís, 1224 o 1225
 


(1) Krauss, L. 2015. Ideology Subsumes Empiricism in Pope's Climate Encyclical. https://blogs.scientificamerican.com/guest-blog/ideology-subsumes-empiricism-in-pope-s-climate-encyclical/?print=true
(2) Capra, F., Steindl-Rast, D. y T. Matus (1994) Pertenecer al universo. Encuentros entre ciencia y espiritualidad. Edaf. España.
(3) Trigo, P. S.J. 2013. La opción por los pobres en Venezuela. Revista SIC 751. Disponible en: https://revistasic.gumilla.org/2013/la-opcion-por-los-pobres-en-venezuela/
(4) Palacio, J. s.f. La opción por los pobres, hoy, tiene rostro indígena. REAPM.  Disponible en: https://redamazonica.org/2019/11/la-opcion-por-los-pobres-hoy-tiene-rostro-indigena/




Quiero agradecer profundamente a varias personas que me dieron la oportunidad para acercarme y reflexionar sobre Laudato Si' En particular a Deborah Van Berkel presidenta de Sinergia; el hermano Miguel Ángel Espinoza OP de la Comisión de Justicia y Paz, así como Liliana Rodríguez OP ambos de la orden Dominicos en Venezuela y Karina Estraño coordinadora de Todos por el Futuro.




16 mar 2020

Ambientalismo en tiempos de coronavirus


Artista: Dr. Love

¿Tiene sentido tener una mirada ambientalista en este momento cuando una pandemia está afectando a un número importante de países en el mundo?

Para mí sí. El ambientalismo, debería ser ante todo una posición ante la vida y la manera como los humanos nos relacionamos con el resto de la vida sobre la Tierra.

Esta posición nace de la conciencia de que los humanos somos una parte de la compleja red de relaciones que conforma la biósfera, la “envoltura” viva que cubre nuestro planeta.

Asimismo que nuestra sociedad depende de maneras muy  profundas de las contribuciones que aporta la Naturaleza a nuestra sociedad. Y que todo daño que se produzca en la red vital que nos sustenta tendrá como consecuencia sufrimiento y muerte sobre los humanos.

Por tales razones, todas nuestras acciones deben estar basadas en la responsabilidad y respeto con nuestro  vínculo con la Naturaleza.

Por ello, se me ocurre proponer una serie de ideas ambientalistas sobre cómo actuar en este momento en que el mundo y Venezuela entra paulatinamente en cuarentena.

Para hacerlo más visual e interesante me voy a apoyar en algunas imágenes de obras de artistas de “Street Art” (Arte callejero o arte en la calle)





1. No perdamos el foco ambiental. 
Descorramos la cortina. Toda epidemia nace del grave deterioro ambiental y el saqueo sin límites de la biodiversidad. Ello unido al crecimiento urbano y las políticas de desarrollo sin ninguna base ambiental ni humana.

Poner fin a la aparición de epidemias cada vez mayores implica cambiar de manera drástica las relaciones entre las sociedades humanas y la naturaleza. Tenemos que exigir que toda medida para actuar frente a la epidemia sea mucho más que una serie de acciones puntuales para frenar la situación y se trabaje de manera activa en sanar las bases ambientales de nuestra salud.





2. Miremos el problema desde su verdadera perspectiva
Sí, la epidemia es un problema grave1que  y global. Pero, ¿es tan importante? 

Para muchos en Venezuela quizás no sea el más importante. Aquí casi 7 millones de personas pasan hambre, la malaria se estima que este año puede alcanzar los 2,5 millones de casos, y el dengue y otras enfermedades matan mucho más gente que el coronavirus. 

No subestimemos el poder de la actual pandemia, pero que esta situación no esconda la terrible verdad que vivimos.




3. Oigamos a la ciencia 
En este momento nuestra salud, la de nuestra familia y la de nuestras comunidades depende de que sigamos las orientaciones de las instituciones científicas médicas del mundo. La mayoría de las mismas son de sentido común. 

Seamos difusores responsables de las mismas, a la vez que combatamos la pseudo-ciencia, los mitos y las mentiras que se están difundiendo actualmente.





4. El agua es el recurso más valioso
La recomendación más importante en este momento es lavar nuestras manos frecuentemente. 

Esta indicación puede ser muy difícil de seguir para la mayoría de los venezolanos que no tenemos garantizado el derecho al acceso al agua. 

Por ello debemos aprender y enseñar a usar el agua de manera eficiente y responsable, a la vez que exigir al Estado a que cumpla su obligación de garantizar este derecho a todos los venezolanos.






5. Seamos un hilo importante de las redes que mantienen nuestras comunidades
El distanciamiento social jamás debe significar indiferencia. Tengamos contacto con los que nos rodean y apoyemos a las personas que lo necesiten. 

En este momento en todas las comunidades hay personas mayores que viven solas, personas con situaciones de salud graves y personas que necesitan ser acompañadas para que no se derrumben por la ansiedad. Con un poco de sentido común podemos ayudar al bienestar de nuestras comunidades sin poner en peligro nuestra salud. Asimismo, necesitamos  mantener los vínculos que generan información, contacto, documentación de situaciones e incluso apoyo y consuelo.




6. Actuemos como barrera contra la contaminación informativa
Igual que la contaminación ambiental, las mentiras, contenidos manipulados y otras formas de desinformación que se transmiten por las redes y algunos medios de comunicación, generan daños a los tejidos sociales y deterioro de nuestra salud emocional. 

En una situación como la actual la desinformación puede dañar a muchas personas.

Seamos responsables con los contenidos que compartimos. Convirtámonos en difusores de información útil y positiva.




7. Ejerzamos la solidaridad activa
En nuestro país la enorme mayoría de la población es pobre. Muchos de ellos en condiciones de pobreza crítica. Cada persona en estas condiciones depende de lo que puede ganar o conseguir cada día.

Una situación de confinamiento o cuarentena puede convertirse en una catástrofe humanitaria.

Dentro de nuestras posibilidades apoyemos a todo el que podamos. Hagamos verdad el lema de que nadie quede atrás.





8. Desarrollemos hábitos de una vida sana con sentido común
Mahatma Gandhi  dijo "Seamos el cambio que queremos ver en el mundo". Si creemos que es necesario un cambio social que lleve a trabajar con la Naturaleza y no contra ella, para evitar nuevas y más destructoras epidemias tenemos que empezar por nosotros mismos.

Desarrollemos hábitos alimenticios y de comportamiento que nos ayuden a tener una verdadera salud integral, incluyendo incorporar la naturaleza a nuestras vidas.

Pero, a la vez, tenemos que ser inteligentes, no todo "remedio natural"  es sano. Algunos pueden poner en peligro la salud de las personas e incluso pueden ser factores de destrucción ambiental.





9. Mantengámonos en acción

Las medidas de cuarentena no nos impiden mantenernos activos dentro de nuestras posibilidades. Quizás es el momento de avanzar en tareas importantes que tenemos pendientes. 

Algunas de ellas seguro que son importantes y las urgencias cotidianas nos quitaron las posibilidades. 

Quizás una de ellas es sembrar, cuidar y proteger la vida.




10. Cuidemos nuestra ecología interior

Estas situaciones son para mucha gente abrumadoras y pueden disparar procesos de angustia y depresión. 

Por ello es muy importante tanto cuidar nuestro ambiente interno, como el externo. El modo más importante de superar muchas de las adversidades es teniendo un propósito en nuestras vidas. 

En el extremo de las situaciones, el psiquiatra austríaco Viktor Frankl nos dejó este consejo: “Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”. 

Mientras avanzamos en esa dirección, la música, los libros, el buen querer y el cuidado de otros seres vivos pueden ser elementos importantes para sanar nuestra ecología interna.



Finalmente trabajemos todos juntos para salir con bien de esta situación. Cuídense mucho.

25 feb 2020

Cuatro años del Arco Minero del Orinoco: Preguntas pasadas, respuestas presentes y acciones futuras




Hace cuatro años, el 24 de febrero de 2016, apareció en Gaceta Oficial el decreto que creó la Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco, conocida como Arco Minero del Orinoco o AMO.

Desde el principio esta acción del gobierno nacional generó muchas dudas en una enorme cantidad de personas que se preocupaban por la conservación ambiental y el futuro del país.

El decreto establecía el mega-proyecto minero más grande que jamás se había realizado en Venezuela ocupando más del 12% del territorio nacional, el cual incluía una importante cantidad de territorios indígenas, cuencas de ríos, ecosistemas boscosos y áreas de extraordinario valor ambiental y social.

Asimismo, los voceros oficiales hablaban de que en este desarrollo minero participarían 150 empresas internacionales y utilizaría procedimientos y tecnologías probadamente  dañinas y destructivas.

Pero a la vez, intentaban vender ese proyecto como una maravilla de protección ambiental y defensa de los derechos humanos.

En particular prometieron (y lo próximo es un resumen literal de promesas presentes en los discursos):

  • Que sería realizado “respetando los principios del ecosocialismo”.
  • Que se preservarían las “culturas originales” y “respetarían los derechos de los pueblos indígenas”.
  • Que tendría “como centro la conservación del ambiente y el desarrollo social”.
  • Que estaría dirigido a “rescatar la dignidad y proteger a los pequeños mineros de Venezuela”.
  • Que las operaciones mineras preservarían “los recursos naturales”.

Pero la promesa más importante implícita en el discurso, pero trascendente en ese momento que se estaba iniciando la mayor crisis económica sufrida por el país: Seríamos de nuevo un país rico.

Con respecto a esas promesas nos hicimos en ese momento las siguientes preguntas (*):

1. ¿De qué ecosocialismo estaban hablando? Y en particular:

  • ¿Sobre cuáles principios ecosocialistas se fundamenta el desarrollismo, el extractivismo y la depredación ambiental?
  • ¿Sobre cuáles principios ecosocialistas se destruyen las fuentes de agua, los bosques, el suelo y todo ser vivo?
  • ¿Sobre cuáles principios ecosocialistas se desconocen los derechos de la madre tierra?
  • ¿Cuáles principios ecosocialistas hacen más importante la riqueza material que el agua, la salud y la vida?

2. ¿Cómo este proyecto preservará los derechos de los pueblos indígenas? Y más aún:

  • ¿Cómo la destrucción de sus territorios y los recursos de los cuales dependen protegerá los derechos de esos pueblos?
  • ¿Cómo lo hará el desconocimiento de sus derechos territoriales y el principio de consulta previa, libre e informada?
  • ¿Cómo pasar de pueblos libres a obreros de empresas transnacionales preservará esos derechos?

3. ¿Cómo se asegurará la conservación del ambiente y el desarrollo social? Y en concreto: 

  • ¿Cómo se garantizarán los derechos ambientales de los venezolanos ¿Se exigirán las obligaciones ambientales a las empresas derivadas de los artículos  127, 128 y 129 de la Constitución Nacional y las leyes ambientales de la república?
  • ¿Cómo se garantizará el derecho a la salud de los habitantes locales según lo establecido en el artículo 83 de la Constitución?
  • ¿Cómo se garantizará el derecho a la seguridad de todos los venezolanos según lo establecido en el artículo 55 de la Constitución?
  • ¿Cómo se logrará el control ambiental necesario para asegurar la protección ambiental?

4. ¿Cómo se promoverá la defensa de la dignidad y la protección de los mineros? 

  • ¿Cómo es posible garantizar la dignidad de un minero en un territorio controlado por bandas criminales?
  • ¿Cómo van a proteger a los mineros en un país en que fue destruido todo el sistema de seguridad social y desaparecieron los derechos de los trabajadores?
  • ¿De cuál protección se habla sí esos trabajan en las peores condiciones laborales posibles?

Y para aquellos que ven como bien supremo las ganancias económicas sin ninguna otra consideración humana, ni ambiental, era necesario preguntar:

¿Realmente valen la pena esas supuestas ganancias? 

Es decir cuál será el balance para el país cuando se tomen en cuenta los costos reales de esa operación. Para ello sería necesario calcular:

  • Los costos causados a la Nación producto de los daños ambientales que serán generados por este mega-proyecto. En particular será necesario contabilizar los costos derivados de la destrucción de cuencas, bosques, biodiversidad y por los efectos de la contaminación
  • La magnitud de los daños sociales y culturales producidos por la explotación minera. En particular los costos derivados de los efectos destructivos sobre las comunidades indígenas y campesinas locales, la desaparición de culturas, la violencia social y la violación de derechos humanos.
  • Los costos producidos por los daños políticos y económicos que estos proyectos dejen como legado. Resultará necesario calcular los daños producto de la corrupción generalizada debido a la presencia de la economía minera, así como la desaparición de economías alternativas, pero también debido a la insustentabilidad innata de todo proyecto minero.


Esas preguntas nos la hicimos hace cuatro años y las respuestas a todas ellas las hemos tenido a lo largo de este tiempo y son un catálogo del horror.

Jamás nos hubiésemos podido imaginar que la situación pudiera ser tan traumática y destructiva para nuestro país. Tampoco que la distancia entre lo prometido y la realidad fuese tan grande y contrastante como si fuese un retrato en negativo.

Frente a las promesas realizadas, la realidad de las zonas mineras puede definirse a partir de las siguientes características:

El modelo de minería prometido, uno de operaciones de gran escala implementada por grandes empresas transnacionales actuando de manera legal, ordenada y responsable, se convirtió en la realidad en uno de saqueo y destrucción masiva bajo el control directo o indirecto de la delincuencia organizada y la anuencia o participación de funcionarios gubernamentales. Ella se realiza con la participación de cientos de miles de mineros que no cuentan con ninguna protección o apoyo, trabajando a veces en condiciones de semi-esclavitud y bajo el régimen de terror de las bandas locales.

Dentro de ese contexto, en la práctica el Estado venezolano desapareció de las zonas mineras y fue sustituido por la “Ley” de la violencia y la sangre ejercida por actores armados violentos, que ejercen un poder total sobre las mismas.

A partir de esa realidad,el 12% de zona definida por el decreto se amplió hasta ocupar un aproximado del 40% del país afectado por un crecimiento masivo de actividades mineras de pequeña y mediana escala, principalmente en los estados Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro, pero ya también en otros cinco estados.

Derivado de la corrupción y la incapacidad institucional producto de estas circunstancias, la explotación de los recursos minerales ocurre sin cumplir con ninguna regulación legal o control, violando así toda la normativa ambiental del país y generando enormes daños ambientales que tienen y tendrán un muy pesado lastre para el desarrollo del país y sus habitantes.

Este daño está generando consecuencias ya presentes: Todas las cuencas de la Amazonía venezolana están contaminadas con mercurio, miles de personas en la región tienen muy altos niveles de mercurio en sus cuerpos, cientos de miles de personas están en riesgo de intoxicarse con este elemento y sus derivados. Una grave epidemia de malaria surgida como consecuencia de la alteraciones ambientales en las zonas mineras está expandiéndose tanto en el número de personas infectadas, como el número de zonas geográficas afectadas.

Asimismo la actividad minera existente es causante de graves violaciones a los derechos a la vida, al ambiente sano, cultura y protección de los pueblos indígenas y los trabajadores.

Adicionalmente, las probables enormes ganancias derivadas de la explotación de los recursos extraídos, en su mayoría no servirán para el financiamiento del Estado, sino para enriquecer de manera inmoral a una minoría.

Y finalmente, la actual situación pudiera promover conflictos violentos derivados de la ocupación y control de territorios para la explotación de "minerales de conflicto" por diversos actores armados, tales como los ocurridos en la República Democrática del Congo y otros países.

¿Y qué podemos hacer en este momento?

La magnitud de la destrucción, así como la obcecación, la ruindad y la codicia aparentemente sin límites de los dueños del poder nos ponen en circunstancias muy difíciles. Esas circunstancias son aún peores cuando nos encontramos en el medio de una emergencia humanitaria compleja que nos afecta a todos. Es muy fácil caer en la desesperanza y la apatía. Incluso algunos ya se han doblegado al dominio impuesto desde el régimen.

Una alternativa puede provenir de las propuestas de Viktor Frankl, un psiquiatra austriaco que vivió una de las peores experiencias de adversidad que persona humana puede vivir, ser un prisionero judío en un campo de concentración nazi. Este autor sobrevivió para dejar una posible respuesta ante estas situaciones. El escribió, pensando en cómo actuar frente a condiciones extremas:

“Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”.

Esa frase suena a resignación o abandono de la lucha, pero no lo es. En nuestro caso esa idea se convierte en propósito y camino a través de estas acciones:

  • Necesitamos reconstruir un país de todos donde ninguna persona quede atrás. Cuando hablemos de nosotros, hablemos de cada venezolano y del país de todos. Es decir derrumbemos el muro de la polarización en el cual nos encerraron y nos dividieron.Construyamos el país donde la libertad, la justicia social, la solidaridad y la responsabilidad sean los valores que nos guíen.
  • Necesitamos reconectarnos con el mundo. Otros países sufren problemas similares a los nuestros. Algunos ya tienen una larga experiencia luchando contra regímenes opresivos y proyectos desarrollistas. Juntos podemos implementar más y mejores acciones de resistencia.
  • Necesitamos crear una nueva narrativa de país. Ya debemos dejar atrás la idea de un país rentista y extractivista en el que el poder y el dinero se concentran en el gobierno, y en contraste comencemos a construir un proyecto de país donde a partir de nuestra extraordinaria diversidad biológica, social y cultural podamos ser prósperos, responsables y sustentables con el esfuerzo de todos..
  • Necesitamos reconquistar nuestro derecho a luchar por nuestro futuro. Este es nuestro país y será el de nuestros hijos sólo si todos desde sus posibilidades y circunstancias actuamos por lograr ese cambio.

Todos estos esfuerzos son necesarios porque Venezuela, la de todos, la de la maravillosa Naturaleza, bien los vale.

2 feb 2020

La Laguna de Boleita, los terrófagos y el día Mundial de los Humedales



Manuel Cabrè, Laguna de Boleita (años 30)

Hace unos años me topé con la imagen de ese cuadro del llamado pintor del Ávila, Manuel Cabré (1890-1984) titulado "Laguna de Boleita".

Quedé intrigado. Hasta donde sabía no había ninguna laguna en lo que actualmente llamamos Boleita, el cual es un sector industrial localizado al este de Caracas.

¿Dónde estaba esa laguna y qué pasó con ella?

Luego de muchas averiguaciones y conversaciones con personas mayores conseguí que el lugar donde existió ese cuerpo de agua, es lo que actualmente se llama la urbanización El Marquéz, que era parte de la antigua hacienda Boleita. Específicamente la laguna estaba localizada en el espacio que actualmente es el final de la Avenida Sanz, entre los terrenos ocupados por el edificio de CORPOELEC y la subida al barrio Campo Rico, donde precisamente inicia la calle "La Laguna".

Incluso una amiga me contó que su abuela, una inmigrante portuguesa, a su llegada a Venezuela, vivió en una casa en el barrio Campo Rico. Como ese zona se había poblado de manera no planificada, en sus inicios no tenía servicio de agua por tuberías y los habitantes bajaban a abastecerse de agua en la laguna.

Cuando se urbanizó la zona y fue bautizada como El Marquéz, este cuerpo de agua fue desecado y desapareció de los mapas y la memoria de los habitantes de Caracas. A pesar de ello, según diversos testimonios sigue existiendo de manera subterránea.

Ese descubrimiento me llevó a encontrar que en el Área Metropolitana de Caracas existieron un grupo de cuerpos de agua que los biólogos llamamos lénticos, tales como lagos, lagunas, ciénagas y pantanos que generalmente son cerrados y permanecen en un mismo lugar sin correr ni fluir.

Así descubrí a la laguna de Catia, en la urbanización del mismo nombre, la cual fue un sitio de recreo muy popular a comienzos de siglo 20. La laguna de Espino en los terrenos del actual Valle Arriba Golf Club y también zonas pantanosas como los terrenos al sur de las actuales avenidas México y Universidad en el sector conocido como La Hollada.

En los alrededores de Caracas, conocí a la Laguna de Carrizal (entrada a la actual urbanización Montaña Alta, en Carrizales, Miranda) la Laguna de la Dolorita en el barrio del mismo nombre.. Incluso sitios como El Junquito fueron zonas cubiertas de agua que los campesinos que bajaban con sus cosechas de la Colonia Tovar usaban para descansar y darle agua a sus animales de carga.

Todos ellos fueron humedales,es decir ambientes terrestres que están cubiertos de agua de manera permanente o temporal. Ellos fueron parte de la naturaleza de esta ciudad, pero el desarrollismo que antes llamaban "terrófago" los destruyó. Muchos de ellos tenían una gran importancia para la biodiversidad urbana y la recreación de los humanos. Pero la codicia no tomó en cuenta estas características.

Muchos años después de ese tiempo de crecimiento urbano sin límites ni responsabilidad volvemos a esa situación y actualmente los humedales venezolanos son destruidos por razones ilegítimas y frecuentemente ilegales impuestas por los que anteponen el lucro a los verdaderos intereses del país.

Así entonces, por ejemplo, en este momento el Refugio de Fauna de Cuare, en el estado Falcón está siendo destruido para construir un complejo hotelero por empresarios irresponsables en conjunto con funcionarios corruptos.

Los humedales tienen una enorme importancia para todos. Su existencia es beneficiosa para el mantenimiento de la salud ambiental, muchos tienen importancia para la conservación de muchas especies y son fuente de recursos para muchas poblaciones humanas. Igualmente, bien gestionados pueden tener un enorme valor económico como paisajes naturales y sitios de recreación de importancia turística.

Pero volvieron los terrófagos de la mano de los mafiosos y vuelven a destruir nuestros humedales.

Por ello, debemos actuar de manera urgente para resistir esos actos criminales.

Pero más aún, tenemos que luchar juntos por lograr que los venezolanos tengamos gobiernos democráticos y responsables que conserven la Naturaleza como única forma de garantizar la salud, prosperidad, cultura y felicidad de los habitantes de este país.



26 ene 2020

Soñando sobre educación ambiental en su No-Día (*) O de la educación ambiental como frustración a la educación ambiental de calidad como derecho humano para todos.



Foto: Diario Contraste


Hoy vengo a hablar de uno de mis sueños. En particular de una idea que en este momento de Venezuela suena totalmente desquiciada: Volver a ver en Venezuela  un gran movimiento de educación y educadores y educadoras  ambientales tal como lo tuvo hace unos 30 años atrás.

Realmente necesitamos ir hacia esa meta, pero no con la mirada puesta en el retrovisor, sino en lo que nos hace falta con urgencia ahora.

Cuando empecé a trabajar como educador ambiental, allá por los años 80, ya Venezuela había logrado en muy poco tiempo en convertirse en uno de los primeros países de la región que incorporó la educación ambiental en casi todos los niveles de la enseñanza formal. Pocos años después más de 200 organizaciones ambientalistas declaraban estar realizando programas educativos ambientales en todo el país.

Sé que no todo fue bueno y que además nos dormimos en esa forma de letargo venezolano de creer que ya habíamos llegado a la meta, cuando en realidad apenas habíamos comenzado a caminar.

Y así la educación ambiental fue rodando hacia la ineficacia, la ingenuidad y finalmente a la crueldad.

Luego en los últimos veinte años el gobierno la fue empujando  al sótano más profundo  del abandono, el olvido y la mediocridad. Y, ahora, junto con el resto de la educación está siendo demolida sistemáticamente por el propio gobierno.

¿Les suenan demasiado duras estas opiniones?

Infortunadamente la realidad es más dura que mis opiniones.

Si, fuimos ingenuos creyendo que estábamos haciendo lo suficiente en materia educativa, mientras que todos los problemas ambientales fueron empeorando.  Tan ingenuos que creímos que enseñar conceptos ecológicos era suficiente.

Más recientemente pasamos de la ingenuidad a la crueldad: ¿O no es crueldad enviar mensajes de austeridad en el uso del agua y la electricidad, de la necesidad de conservar el ambiente y de reciclar los materiales, en un país donde para la gran mayoría de la población el agua en tuberías es un privilegio impensable, donde los desechos se acumulan en las calles y las riberas de los lagos, ríos o mares, donde frecuentemente el único combustible es la leña y el alimento es el que te puedes procurar de cualquier manera?

Fuimos aún más ingenuos cuando dejamos la educación ambiental extraescolar en manos de "recreadores" que nunca entendieron de objetivos ni contenidos ambientales en busca de una educación “divertida” pero que nunca fue transformadora.

Asimismo, no reaccionamos a que el ministerio del Ambiente fuese eliminado y sus restos fuesen convertidos en un ente inútil. Tampoco cuando fue eliminada la Dirección General de Educación Ambiental y Participación Ciudadana y sustituida por un espectro sin voz, ni acción.

Vimos cómo los programas educativos de educación primaria y secundaria fueron transformados en recipientes rotos vacíos de todo propósito sensato. Programas que no sólo empujan al país hacia una profunda des-educación, sino que son totalmente incapaces de formar a nuestros niños, niñas y adolescentes con las más mínimas habilidades para actuar de manera consciente y responsable en materia ambiental. Por favor pregúntenle a  cualquier bachiller recién graduado qué ha aprendido sobre aspectos básicos de su realidad ambiental.

Pero lo peor fue que actualmente asistimos a la demolición de todo el sistema educativo nacional. Sistema que necesitó más de sesenta años en convertirse en el principal proceso de ascenso social de las clases populares y motor del desarrollo nacional.

Y como consecuencia, en todo el país, particularmente en las instituciones dirigidas a los grupos más necesitados de educación, vemos como educadores empobrecidos al límite abandonan las aulas, esas que sólo contienen niños hambrientos, localizadas en edificaciones en ruinas. Y en el otro extremo educativo, las universidades públicas aún libres son estranguladas económica y legalmente. Eso en el mejor de los casos, porque  la Universidad de Oriente y otras instituciones universitarias están siendo demolidas con saña por la acción criminal de delincuentes  con apoyo y anuencia gubernamental.

Estamos frente a una catástrofe educativa nacional.

Frente a esta situación es válido preguntarse ¿de verdad necesitamos de la educación ambiental?

Eso suena a pregunta capciosa. Ya que por supuesto necesitamos más que nunca educarnos para poder tener como país, como comunidades y como personas respuestas eficaces ante los desafíos de un mundo que está empeñado en una carrera de destrucción del ambiente.

Más aún, en un país que sufre la mayor crisis ambiental en su historia como nación. Crisis que pone en peligro la vida, la salud y la economía de los pobladores del país no sólo en la generación presente, sino en las futuras.

Es válido decir que sí nuestra nave se está hundiendo es tarde para empezar a aprender a nadar. Yo estaría de acuerdo. Perdimos mucho tiempo valioso en el que los venezolanos no nos educamos en temas importantes para nuestra supervivencia. Pero en aún en el medio de una emergencia podemos aprender cosas muy importantes. Por ejemplo, a ponernos los salvavidas correctamente.

¿Y cuáles son los salvavidas en este caso?

Al igual que en el resto del mundo, hay grandes temas ambientales que son urgentes de atender: La crisis de agua potable, la pérdida de la diversidad biológica, la contaminación que se infiltra en todos los componentes de la biósfera, las amenazas de las catástrofes socio-ambientales y por supuesto la crisis climática.

¿Y eso no es demasiada materia para aprender justo antes del naufragio?

Claro que lo es sí pensamos en términos sólo de trasegar toneladas de conceptos en las mentes de los estudiantes y el resto de la ciudadanía.

Hay que pensarlo en los términos estratégicos del aprender haciendo y del aprender para hacer.

Necesitamos formarnos en habilidades para el uso responsable del agua, el conocimiento, valoración y uso sostenible de los ecosistemas locales (incluyendo los ecosistemas urbanos) técnicas de producción sostenible de alimentos, control local de las causas de la contaminación, técnicas para la gestión de riesgos y estrategias para la adaptación al cambio climático.

Adicionalmente, procesos complementarios como comunicación efectiva, técnicas de evaluación de la realidad ambiental, participación para la solución comunitaria de problemas y sobre todo la valoración y desarrollo de la democracia como eje principal de la construcción de sociedades responsables y sostenibles.

Y esa formación la tenemos que llevar a todas partes, con estrategias específicas para cada grupo.

Hay que educar a comunidades, empresas, sindicatos, medios de comunicación, partidos políticos, instituciones estatales y hacerlo en todas partes donde los venezolanos estemos y actuemos.

Será importante iniciar esa acción educativa priorizando  los grupos más vulnerables: campesinos, personas con limitados medios económicos, comunidades indígenas y mujeres, de tal  manera de que adquieran habilidades para superar los problemas específicos que los afectan.

Y todo ello tenemos que hacerlo en el marco de una educación integral, dialógica, ética, centrada en la gente y sus contextos. Es decir una educación dirigida a aprender a vivir bien y a habitar el mundo con responsabilidad, paz y armonía.

Para lograr estos propósitos necesitamos tener docentes formados, comprometidos, a la vez que protegidos y valorados.

También es importante que se establezcan políticas educativas coherentes que fortalezcan todo el sistema.

Finalmente sería importante que para lograrlo estemos todos de acuerdo en empujar todos con la convicción de la educación es el verdadero salvavidas de nuestro país y nuestra gente.

Ya ven que cuando me da por soñar lo hago en grande. Soy ambicioso cuando sueño el futuro de mi país.

¿Pero de qué estoy hablando sí más atrás dije que la educación, toda ella, estaba siendo demolida?

Esa pregunta me golpea en cada momento y no tengo respuestas sencillas para ella.

Lo que sé es que, en cada momento de crisis de la humanidad algunos creyeron que era posible vivir, convivir y desarrollarse de otra manera. Esas personas estaban convencidas que la dignidad humana podía y debía prevalecer por encima de la opresión, la guerra y la codicia.

Todos ellos comenzaron con un sueño, con una idea, a veces vaga. Frecuentemente con un sentimiento profundo de indignación. Ellos compartieron sus ideas y lucharon por lograr los cambios. Cambios que a veces no vieron.  Y que al final los que buscaron transformar las situaciones adversas con persistencia, valor y honestidad consiguieron conseguir las grietas en los sistemas de opresión y muerte y a través de ellas lograron avanzar y crecer fuera de sus muros.

También sé que la educación es a la vez el método, el objetivo y el derecho. Que se trabaja por la educación educando.

Y además que estoy dispuesto a empujar el cambio y hacerlo posible en el marco del logro de la re-democratización de Venezuela. Y estoy dispuesto a ello aunque no lo vea concretarse.

¿Están ustedes?





(*) Desde hace  varios años un grupo de persona se convenció de la existencia de un Día Internacional o Mundial de la Educación Ambiental y que ese se celebraba el 26 de enero de cada año. Aunque esto no es verdad, la creencia sigue firme. En mi caso terminé como el Sombrerero Loco de Alicia en el País de las Maravillas, que afirma que hay una sola fiesta de cumpleaños cada año, pero podemos celebrar 364 fiestas de No-cumpleaños. Por ello, aunque no exista un día oficial de la educación ambiental puedo celebrar su no-día de la educación ambiental cualquier día que el entusiasmo popular lo indique. Sí les interesa saber sobre por qué digo que no existe un Día Internacional o Mundial de la Educación Ambiental pueden revisar mis artículos publicados en este Blog todos los 26 de eneros desde el año 2012.