24 feb 2022

Manifiesto contra la guerra desde el ambientalismo

 

Fotografía de la Primera Guerra Mundial

La guerra es el mayor fracaso de la humanidad. Es la imposición de la voluntad y poder de unos pueblos o grupos de poder sobre otros, con un altísimo costo de vidas y destrucción.

Actualmente no hay ninguna razón ética para la guerra, sea este entre países, como está ocurriendo en este momento en Ucrania, Siria, Yemen y República del Congo. Pero tampoco lo hay en los casos de las guerras internas contra minorías, grupos indígenas y migrantes como ocurre en muchas partes y también en Venezuela.

La guerra no sólo destruye vidas humanas e infraestructuras, así como arruina economías y medios de vida, sino también devasta ecosistemas y hábitats naturales.

Esto último no es una visión romántica conservacionista.

La destrucción del ambiente no sólo hace mucho más difícil la vida de los sobrevivientes y los sume en la pobreza, la enfermedad y el hambre, sino que impulsa el mantenimiento de los conflictos a largo plazo.

En la Declaración de Río de 1992 se lee:  "La guerra es intrínsecamente destructiva para el desarrollo sostenible. Por lo tanto, los Estados deberán respetar el derecho internacional que prevé la protección del medio ambiente en tiempos de conflicto armado y cooperar en su desarrollo, según sea necesario."

A la vista de la situación actual, esta argumentación es peligrosamente insuficiente. No sólo acepta la inevitabilidad de la guerra, sino que remite sus daños a la construcción de un futuro sostenible. Es claro que, al inicio de la segunda década del siglo 21, la guerra no sólo afecta al desarrollo sostenible, sino que acelera todos los procesos de destrucción ambiental que ponen en peligro el futuro de la humanidad, desde la aniquilación de la diversidad biológica y el aumento de la contaminación, hasta el cambio climático.

Además. la guerra niega la necesidad ética de considerar la Naturaleza como un componente fundamental de nuestro planeta, que es valioso por sí mismo, que debe tener derechos, al igual que los humanos y por lo tanto debe ser protegido también de los conflictos armados y sus horrores.

Por todo ello, la guerra debería ser considerada como una forma de ecocidio, es decir, como un crimen contra la humanidad.

Los conflictos bélicos actuales no son situaciones que desde Venezuela podemos ver en la lejanía, nos tocan y afectan muy cercanamente. No sólo porque vivimos en un mundo globalizado, sino porque los bandos en pugna, y sus intereses, actúan en el país y nos sumergen en sus lógicas de violencia, saqueo y sumisión.

Por todo esto, repudiados todo acto de guerra y a quienes los propulsan.

Rechazamos la idea de un mundo ya no unido por la defensa de los derechos humanos, la democracia, la protección ambiental, la cultura, la ciencia, y la búsqueda de economías justas y sustentables, sino por las lógicas salvajes de la guerra que ponen en peligro el futuro de nuestras sociedades.

Exigimos el fin de la guerra. De todas las guerras.

Trabajemos por la paz. Paz entre los humanos y también con la Naturaleza.


6 feb 2022

Cultura, ambiente y derechos humanos: 1. Cultura de pescadores

 

Foto: Rafael Sulbarán

Pedro Pablo Palmar Narváez (1924 – 2015) nació en Maracaibo el 29 de junio de 1924. Fue escritor, poeta, decimista, músico, compositor, cantante, guitarrista y cuatrista, “El Indio Palmar” se destacó como uno de los mejores decimistas del país y se le conoció como el poeta popular paraujano.(1)

Paraujanos era el nombre que se le daba a las personas del pueblo Añú, que en tiempos precolombinos ocupaban toda la costa del lago de Maracaibo y el Golfo de Venezuela.

En su juventud desempeñó una serie de oficios desde los de obrero, comerciante y pescador hasta los de poeta, compositor de gaitas y otros ritmos populares. 

En una de sus canciones más conocidas “Constancia de un pescador” describe las muy difíciles y frecuentemente frustrantes condiciones de la vida de los que practican ese oficio. Estas condiciones pueden ser tan duras que lleva a  a abandonar este medio de vida, que más un oficio es una cultura que se pierde en el tiempo a lo largo de la historia de todos los pueblos costeros.

El impacto de la llegada de la industria petrolera en la región a principios del siglo XX transformó toda la región trayendo nuevas maneras de vivir que excluían y marginaban a las culturas tradicionales a la vez que destruían la base ambiental sobre la cual se fundamentaba. Las más afectadas por este proceso de exclusión fueron las más relacionadas con el contacto con la Naturaleza. Ese proceso de destrucción sigue avanzando en nuestra época.

Los derechos humanos ambientales deben trenzar derechos ambientales, culturales y económicos entre otros para avanzar hacia el logro de la realización de la dignidad de todas las personas y principalmente los menos favorecidos.

Esta es la letra de “Constancia de un Pescador”:

Viví de la pesquería 
desde mis primeros años.
Mi oficio es remendar paños,
mi hobby, la poesía.
Las décimas, mi alegría,
me hicieron aborrecer
el trabajo de tener
que pescar en un cayuco
sin comida ni guayuco
ni agua dulce que beber.

De la pesca decidí
no volver a remendar
por no tener que pasar
la vida pescando así.
El cayuco lo vendí,
lo demás lo dejé fiado
y el cotón que había usado
tanto tiempo de guayuco
lo dejé en un semeruco
donde salaban pescado.

Entonces, por intuición,
decidí dejarlo todo
y buscarle de otro modo
a lo mío solución.
La pesca que fue patrón
de mi juventud primera
no me animaba siquiera,
porque la situación mía
era mantenerme al día
con el trabajo que fuera.

Me alejé de la enramada
dejando el timón atrás,
la totuma y el compás
de mi juventud pasada.
La playa que fue celada
por mí también la dejé
porque yo consideré
que ya de la pesquería
sanamente no podría
vivir y la abandoné.


Si quiere oír esta canción cantada por Cecilia Todd puede hacerlo en este enlace 


(1) Los datos biográficos de Pedro Palmar fueron tomados de: la página Sabor Gaitero


Documentos y noticias para entender la situación de los derrames petroleros en Venezuela

 

Foto: NASA Earth Observatory


Aquí les presentamos una serie de textos incluyendo informes, noticias de prensa y artículos académicos que nos pueden dar un panorama de los derrames petroleros como problema ambiental y de derechos humanos, tanto en una perspectiva histórica como desde la situación de los derrames petroleros en la actualidad en Venezuela y otras partes del mundo. 

Ellos son una parte del trabajo de investigación bibliográfica que estamos haciendo en el OVDHA para analizar y comprender los derrames petroleros en Venezuela y el mundo como problema ambiental y de derechos humanos.


INFORMES DE LA SOCIEDAD CIVIL DE VENEZUELA

Aula Abierta (2020) informe preliminar: derrames petroleros en las costas venezolanas: Afectaciones al derecho a la libertad académica, a la salud y al medio ambiente (2012-2021). (2021) En: http://aulaabiertavenezuela.org/wp-content/uploads/2021/06/A.A.-INFORME-PRELIMINAR-DERRAMES-PETROLEROS-EN-LAS-COSTAS-VENEZOLANAS-AFECTACIONES-AL-DERECHO-A-LA-LIBERTAD-ACAD%C3%89MICA-A-LA-SALUD-Y-AL-MEDIO-AMBIENTE-2012-%E2%80%93-2021.pdf

O.E.P. (2021) Reporte: Derrames petroleros en Venezuela (2021) En: https://www.ecopoliticavenezuela.org/2021/09/20/reporte-derrames-petroleros-en-venezuela-2021/#:~:text=Balance%20de%20derrames%20petroleros%20en%20el%202021&text=Tambi%C3%A9n%20se%20incluyen%20en%20estos,de%20Ecolog%C3%ADa%20Pol%C3%ADtica%20de%20Venezuela.&text=Seg%C3%BAn%20estos%20datos%2C%20ocurren%20un,derrames%20por%20mes%20en%20Venezuela.

Provea (2018) En seis años PDVSA derramó 856.722,85 barriles de petróleo al medio ambiente. En: https://provea.org/actualidad/en-seis-anos-pdvsa-derramo-856-72285-barriles-de-petroleo-al-medio-ambiente/

Transparencia Venezuela (2021) Derrames petroleros ¿Son o no un delito ambiental en Venezuela? En: https://transparencia.org.ve/derrames-petroleros-son-o-no-un-delito-ambiental-en-venezuela/#:~:text=Dice%20que%20un%20accidente%20en,generar%20serios%20da%C3%B1os%20al%20ecosistema.


Foto: Rafael Sulbarán


NOTICIAS RECIENTES EN MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOBRE LA SITUACIÓN DE LOS DERRAMES PETROLEROS EN VENEZUELA

Guanipa, M. (2021) Venezuela's coastal villages, fisherman suffer as oil spills rise. En: https://www.reuters.com/business/environment/venezuelas-coastal-villages-fisherman-suffer-oil-spills-rise-2021-10-06/

Gutiérrez Torres, J. (2018) Derrames de petróleo en Venezuela aumentan y gobierno no revela el impacto real. En: https://es.mongabay.com/2018/08/derrames-de-petroleo-rios-contaminacion-venezuela/

Maya, M.J. (2020) CRONOLOGÍA | Petróleo no ha dejado de derramarse durante la administración de Maduro. En: https://runrun.es/rr-es-plus/420436/petroleo-no-ha-dejado-de-derramarse-durante-la-administracion-de-maduro/

NASA Earth Observatory. Troubled Waters. En: https://earthobservatory.nasa.gov/images/148894/troubled-waters

Radwin, M. (2021) Oil spills plague Venezuelan coast, but cleanup efforts are lacking: Report. En: https://news.mongabay.com/2021/10/oil-spills-plague-venezuelan-coast-but-cleanup-efforts-are-lacking-report/

Pellicani, G. ¿Cuántos eventos se han registrado en Pdvsa durante el 2021? https://elpitazo.net/oriente/anzoategui-cuantos-eventos-se-han-registrado-en-pdvsa-durante-el-2021/

Smith, M. (2021) Venezuela’s Crumbling Oil Industry Is An Environmental Time Bomb. En: https://oilprice.com/Energy/Crude-Oil/Venezuelas-Crumbling-Oil-Industry-Is-An-Environmental-Time-Bomb.html

Tal Cual (2020) INVESTIGACIÓN | Pdvsa contamina más de lo que produce. https://talcualdigital.com/investigacion-pdvsa-contamina-mas-de-lo-que-produce/#:~:text=Petr%C3%B3leos%20de%20Venezuela%20(Pdvsa)%20ha,registrado%20en%20la%20historia%20venezolana.&text=Tras%20su%20deterioro%20operativo%2C%20mientras,produce%2C%20m%C3%A1s%20contamina%20y%20enferma.

Venezuelan Observatory of Political Ecology (OEPV) (2020) Why Are More and More Oil Spills Happening in Venezuela? En: https://venezuelanalysis.com/analysis/14984




NOTICIAS RECIENTES SOBRE DERRAMES PETROLEROS EN LATINOAMERICA Y EL RESTO DEL MUNDO

AP. (2022) ONG Oceana dice que pescadores perderán al menos US$ 2.2 millones al año por derrame de Repsol https://gestion.pe/peru/ong-oceana-dice-que-pescadores-perderan-al-menos-us-22-millones-al-ano-por-derrame-de-repsol-noticia/

España. S. (2022) Un derrame de petróleo contamina la Amazonia ecuatoriana. En: https://elpais.com/internacional/2022-02-01/un-derrame-de-petroleo-contamina-21000-hectareas-de-la-amazonia-ecuatoriana.html

La Vanguardia (2022) La magnitud del derrame de petróleo en el mar de Perú es el doble de lo que Repsol calculó. En: https://www.lavanguardia.com/internacional/20220129/8020149/peru-magnitud-derrame-petroleo-mar-barriles-repsol.html

Mongabay Latam (2022) Desastre ambiental en Perú: ¿Qué ha pasado con el derrame de más de 11 mil barriles de petróleo en el mar? https://es.mongabay.com/2022/01/desastre-ambiental-en-peru-que-ha-pasado-con-el-derrame-de-mas-de-11-mil-barriles-de-petroleo-en-el-mar/




Derrames petroleros: Un problema socio-ambiental y de derechos humanos

 


Foto. Rafael Sulbarán


Un derrame de petróleo es la liberación no planificada de un hidrocarburo líquido tal como el petróleo y sus derivados al medio ambiente.

Estas situaciones pueden derivarse por errores en las operaciones, falta de mantenimiento, así como por accidentes ocasionados por personas o eventos naturales. También pueden ocurrir por acciones deliberadas tales como descargas ilegales, ataques armados, saboteos o por consecuencia de la extracción ilícita de combustible.

Frecuentemente el término derrame petrolero se aplica a los vertidos de hidrocarburos al mar, pero también pueden ocurrir en aguas continentales como ríos, lagos y otros cuerpos de agua, así como sobre terrenos secos. 

Los hidrocarburos derramados pueden incluir a petróleo crudo o sus productos derivados, tal como gasolina, diésel, combustible búnker, entre otros, así como desechos y residuos generados por las operaciones de la industria.

Los derrames pueden ocurrir en cualquiera de las fases de las operaciones de la industria petrolera, desde la exploración, hasta la comercialización.

En todos los casos, la contaminación producida por el vertido de estos hidrocarburos al ambiente tiene efectos importantes y potencialmente graves sobre los ecosistemas, personas, instalaciones y equipos. 

La intensidad y duración de estos efectos dependen del tipo, volumen de hidrocarburo vertido y las características del ambiente afectado. De acuerdo con estas variables, la posibilidad de recuperación de los ambientes a la contaminación por hidrocarburo puede ser rápida en algunos casos, pero en otras pueden necesitarse muchos años hasta la restauración completa de las condiciones previamente existentes. 


Los derrames afectan al ambiente y a las personas

En medios acuáticos, el derrame puede ocasionar la creación de una película aceitosa sobre la superficie, la cual puede afectar la capacidad de realizar la fotosíntesis de las algas marinas y perjudicar a aves acuáticas y otros organismos. Asimismo, la toxicidad de los compuestos puede llevar a la muerte por envenenamiento o asfixia de muchos organismos presentes en la zona afectada, tanto en la superficie del cuerpo de agua, como en diferentes niveles de la columna de agua.

Igualmente, a largo plazo la contaminación producida puede alterar la capacidad de supervivencia, productividad o salud de muchos organismos y comunidades acuáticas. 

En aguas dulces, además de los efectos tóxicos sobre los organismos acuáticos, la contaminación de las aguas puede hacerla inadecuada para consumo humano, riego y otros usos. 

Por su parte, la contaminación del suelo por hidrocarburos afecta la flora, fauna y microorganismos del suelo. Igualmente, reduce la fertilidad de los suelos, menoscaba el crecimiento de las plantas, así como afecta la salud de los animales que se alimentan de éstas.

Los derrames de petróleo también pueden afectar a la salud humana. Estos efectos pueden depender del tipo de hidrocarburo derramado, el tiempo y tipo de exposición a los compuestos que componen el hidrocarburo vertido. A corto plazo, la exposición a los contaminantes presentes puede generar irritación cutánea y ocular, problemas respiratorios, neurológicos y estrés. Los efectos a largo plazo son menos conocidos, pero se sabe que muchos de estos compuestos tienen efectos carcinogénicos.

Asimismo, los peces y otros organismos marinos que sean afectados por un derrame no son adecuados para el consumo humano debido a la incorporación de sustancias tóxicas a sus tejidos.

Los derrames también pueden producir daños sobre los medios de vida de las comunidades locales y la

sostenibilidad económica a largo plazo de las mismas. En algunos casos estos eventos pueden generar desplazamientos forzados, deterioros a la salud a largo plazo y perdida de culturas incluyendo patrimonios culturales.

Finalmente, estos eventos pueden producir incendios y explosiones que pueden causar daños y la muerte a personas, animales, destruir vegetación, cultivos, edificaciones o instalaciones.


¿Estas situaciones afectan derechos humanos?

Todos estos impactos vulneran una gran cantidad de derechos humanos. Entre ellos el derecho a un medio ambiente limpio y saludable, el derecho a la alimentación, el derecho al agua potable, el derecho a un nivel de vida adecuado, el derecho a ganarse la vida a través del trabajo y el derecho a la salud, entre otros. 

Por estas razones los Estados están obligados por convenios internacional y leyes nacionales a adoptar medidas hasta el máximo de los recursos de que dispongan, para lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que están siendo vulnerados.

En el contexto de los derrames petroleros estas obligaciones implican que los Estados deben establecer legislaciones, políticas y medios para prevenir estos eventos; controlar y mitigar los derrames que ocurran; rehabilitar y recuperar los ambientes, infraestructuras afectados, compensar los daños sobre las personas y establecer medidas para evitar otros accidentes futuros 


¿Qué pasa si el Estado no cumple con sus obligaciones en este sentido?

En este caso, las comunidades afectadas y las organizaciones de la sociedad civil tienen el derecho a ejercer acciones de denuncia y protesta no violenta, recurrir a los sistemas de justicia incluyendo la internacional y articularse con los movimientos que en todo el mundo luchan por la justicia ambiental relacionada con la contaminación y otros daños provocados por la industria petrolera. 

Foto: Periódico El Libertario





5 feb 2022

Clima21 anunció la creación del Observatorio Venezolano de Derechos Humanos Ambientales

 



El Observatorio Venezolano de Derechos Humanos Ambientales (OVDHA) fue lanzado a principios de enero de este año como programa permanente de Clima21. El mismo tiene como finalidad realizar monitoreo, análisis y difusión de las situaciones ambientales en el país y sus efectos sobre los derechos humanos. 


Este Observatorio nace del hecho de que, dentro del contexto de la emergencia humanitaria compleja que sufre el país, en los últimos años se ha producido una aceleración de los procesos de deterioro ambiental. Este proceso afecta múltiples derechos humanos perjudicando de manera particular a los grupos más vulnerables.


Una dificultad para comprender los impactos de este deterioro es que en Venezuela no se dispone de información suficiente, actualizada y accesible sobre la degradación de los diferentes componentes ambientales. Por ello, frecuentemente el tema ambiental es ignorado, se banaliza y no se prioriza entre las necesidades de actuación para superar la crisis.


En función de estas situaciones, el OVDHA buscará monitorear y difundir información pertinente y fidedigna de la situación ambiental con enfoque de derechos humanos. La información resultante de este trabajo estará disponible para cualquier persona, institución u organización que le requiera con fines de realización de acciones de incidencia, desarrollo de políticas públicas, toma de decisión sobre temas económicos y sociales, así como para la realización de programas de investigación y educación. 


Asimismo, articulará el trabajo de diversos actores sociales, tales como: investigadores, comunicadores, miembros de organizaciones ambientales y derechos humanos, así como a personas preocupadas por los temas ambientales en Venezuela. 


Debido a la multiplicidad y complejidad de los temas ambientales, en su primera fase, se trabajará en dos temas: El monitoreo de los derrames petroleros, tanto en ambientes marinos como continentales, y su impacto sobre los derechos humanos. En paralelo, un grupo de especialistas venezolanos realizarán informes temáticos sobre aspectos específicos de la realidad ambiental venezolana.


Necesitamos de tu apoyo para continuar realizando el trabajo de promoción de los derechos humanos ambientales en Venezuela. En esta primera fase ayúdanos a divulgar la información que iremos publicando tanto en este boletín, como en el resto de nuestras redes sociales. Pronto daremos a conocer otras vías de apoyo.


Nuestras redes sociales en Twitter e Instagram son: @OVDHA_



 


Aportes para entender la conexión entre los derechos humanos y los derrames petroleros

 




Para apoyar el trabajo del Observatorio de Derechos Humanos Ambientales de Clima21 se publicarán en simultáneo una serie de artículos y aportes para entender el tema de los derrames petroleros con enfoque de derechos humanos.

Así podrán leer consecutivamente los siguientes artículos:

1. Clima21 anunció la creación del Observatorio Venezolano de Derechos Humanos Ambientales 

2. Derrames petroleros: Un problema socio-ambiental y de derechos humanos 

3. Documentos y noticias para entender la situación de los derrames petroleros en Venezuela 

4. Cultura, ambiente y derechos humanos: 1. Cultura de pescadores 


26 ene 2022

La educación ambiental como derecho y como compromiso

 


La infancia es una de las etapas más importantes en la vida humana. En ella construimos todos los soportes que nos darán el apoyo necesario para poder afrontar los distintos retos que se nos presenten a lo largo de nuestra existencia incluidos los conocimientos, valores y habilidades básicas para tener vidas productivas, sanas, felices y armónicas.

Por eso la escuela es tan importante y es mucho más que una simple proveedora de información más o menos útiles. Es el gran telar que va a tejer la vida de los niños y niñas con los hilos de la vida.

Y cuando hablamos de la vida, nos referimos mucho más que a las trayectorias vitales de cada una de las personas, es la vida como trama en la cual estamos insertos e interconectados con todos los seres vivos, humanos y no humanos, con todos los fenómenos ambientales, con el pasado de la Tierra, con su presente y con las posibilidades de su futuro.

Alguien dijo que la educación será ambiental o no será. Esa frase no quiere decir que la escuela debe enseñar ecología, aunque un poco no hace daño, sino que nos debería hacer conscientes y responsables de esa trama.

Por ello, cuando hablamos de derechos humanos debemos siempre recordar a la extraordinaria educadora venezolana Luisa Pernalete que dijo que la educación era un “derecho puerta”, es decir que nos abre a las posibilidades de ser y pertenecer a un futuro mejor. Y ese futuro para que sea realmente mejor debe ser ambientalmente responsable.

En ese contexto, la educación ambiental no es un tema accesorio, sino la posibilidad de lograr superar los grandes retos actuales: cambio climático, pandemias, hambre, desastres socio-naturales, entre otros y avanzar hacia el país que queremos.

Por todo lo anterior, Clima21 está comprometida con la educación ambiental en todos los niveles y modalidades 


(aunque no tenga fecha de celebración)


Imagen: "Atado a la Naturaleza" de Claudio Gallina. Artista plástico argentino



26 de enero ¿Día de qué?

 




Sólo por insistir lo dicho en este blog desde el 2011: No existe un Día Mundial de la Educación Ambiental. 

Los días mundiales o internacionales son propuestos y oficializados por organismos internacionales como la ONU, UNESCO, etc. No es este el caso. 

Otros días conmemorados a escala global han sido propuestos por grupos u organizaciones, a veces de manera exitosa. Ellos incluyen temas tan variados como el Dia de La Tierra o el "Día Mundial de la Arepa". Pero en todos estos últimos casos existe un origen y proponentes conocidos. Tampoco es aplicable a este Día de la Educación Ambiental. 

De hecho, la Secretaría del Congreso Mundial de Educación Ambiental ha propuesto una fecha para esta conmemoración (que no es el 26 d enero) pero hasta ahora esta propuesta no ha sido acogida internacionalmente. Asimismo hace varios años propusimos celebrar el Día Nacional de la Educación Ambiental el 4 de octubre en homenaje al nacimiento de Francisco Tamayo, uno de los pioneros más importantes de la educación ambiental en Venezuela.


¿Y entonces por qué mucha gente lo nombra?

Desde el 2010 surgió este bulo de Internet aparentemente sin ninguna base. Curiosamente parece que tuvo su origen en un calendario de efemérides ambientales creado en Venezuela y que luego a través de internet se popularizo en otros países. No me ha sido posible conocer de dónde sacaron los redactores de este calendario la información de la existencia de este evento conmemorativo.

En varias publicaciones que he leído se citan supuestas razones a esta fecha conectándola con las llamadas grandes convenciones mundiales de educación ambiental (Belgrado, Tblisi, Moscú) Estos antecedentes al menos son confusos, ya que en ninguno de estos eventos, ni posteriormente, se propuso un día para celebrar o promover la educación ambiental. 

A pesar de ello, todos los años se sigue mencionando esta fecha en muchas efemérides, artículos de prensa y páginas Web. 


¿Y entonces lo desechamos?

Dicho eso, todos somos libres de celebrar o conmemorar lo que consideremos válido de recordar o promover Incluyendo por supuesto a la educación ambiental. 

Por mi parte, no tengo ningún problema en "celebrar" esta fecha, a pesar de que en Venezuela en materia de educación ambiental no tenemos nada que celebrar a este respecto.

Así que bienvenido sea este recordatorio de que una de las tareas fundamentales para la reconstrucción de Venezuela es el diseño de un plan nacional de educación ambiental e impulsar un movimiento educativo que sea capaz de promover e impulsar en todos los ámbitos la enseñanza de las habilidades, valores y conocimientos necesarios para crear una sociedad ambientalmente sostenible, responsable y ética que garantice nuestro derecho a un ambiente sano, seguro y equilibrado.

¡Que viva la educación ambiental! (en su No-Día)

31 ene 2021

¿Educación Ambiental en Venezuela sin educación ni ambiente? Una mirada desde el optimismo desenfrenado

 




Esperaba publicar este artículo el pasado 26 de enero, fecha que mucha gente identifica como el “Día Internacional de la Educación Ambiental”. Aunque esta efeméride parece haber nacido de una fuente desconocida de Internet y no tiene ninguna base cierta, cada año se vuelve más popular y vale la pena entonces festejar al menos la persistencia de mucha gente en la necesidad de dedicarle al menos un día a la EA. A pesar de esas intenciones, los tiempos se me complicaron, cosas de vivir en Venezuela.


Arrancada de caballo…

Desde los años setenta del pasado siglo se estableció la necesidad de incorporar la educación ambiental (EA) como una necesidad urgente para frenar el acelerado deterioro del ambiente.

Venezuela fue pionera en ese campo. La primera Ley Orgánica del Ambiente en 1976 se incluyó a la EA como elemento constituyente de la "conservación, defensa y mejoramiento del ambiente". 

A partir de allí se desarrollaron programas educativo-ambientales dirigidos a estudiantes de educación primaria, prescolar y universitaria. En paralelo, se generó un importante abanico de programas educativos extraescolares en todo el país realizados por una gran diversidad de organizaciones e instituciones.

A finales del siglo 20 el país realizó un paso más, al incorporar a la educación ambiental como un derecho constitucional.

El nuevo gobierno elegido en 1998 promovió cambios en los enfoques pedagógicos aplicados a la EA desde perspectivas que en distintos momentos fueron bautizados como: “comunitarias”, “de desarrollo endógeno” y finalmente “ecosocialistas”. Muchas de estas ideas resultaron cosméticas y no tuvieron ningún impacto a lo interno.


Del país de las oportunidades al de la crisis humanitaria (o la parada de burro)

Resumir los cambios ocurridos en Venezuela en los últimos años es muy difícil, sobre todo cuando se quiere hablar de las causas del hundimiento de un tema específico como lo es la EA en el país. 

Habría que explicar cómo en las últimas dos décadas a pesar de los descomunales recursos económicos que ingresaron al país durante el ciclo de alza de los precios del petróleo, el país fue cayendo en una espiral de inestabilidad política, conflictos, violencia, desigualdad social, así como una pobreza cada vez más generalizada alimentada por una feroz hiperinflación. 

Esos factores generaron una grave crisis humanitaria, la cual por su naturaleza ha sido calificada como emergencia humanitaria compleja. 

Esta situación afectó entre muchos otros temas a la educación y al ambiente en el país. 


La educación en ruina

Como consecuencia del contexto planteado la educación venezolana está sumergida en una grave crisis.

A manera de ejemplo, en el año 2019 la UNICEF afirmó que en Venezuela más de un millón de niños y niñas estaban fuera del sistema escolar. Asimismo, indicó que cada vez es más difícil que los niños puedan asistir regularmente a la escuela debido a las fallas en los servicios públicos, así como la falta de comida y transporte. En este contexto algunas organizaciones estiman que la deserción escolar en Venezuela ronda el 78% .

A estas situaciones se agrega la deserción de docentes por los muy bajos sueldos y las dificultades para transportarse hasta los centros educativos.

Por otra parte, el gobierno ha desarrollado una política de estrangulamiento económico y hostigamiento contra las universidades públicas.

La pandemia de COVID-19 agravó todas estas situaciones. El gobierno nacional estableció lineamientos para la realización de actividades a distancia. Las mismas no tomaron en cuenta las graves deficiencias en los servicios eléctricos y de conectividad, así como la imposibilidad para la mayoría de los docentes y estudiantes de tener acceso a equipos y conexión telefónica con la cual realizar actividades educativas en esta modalidad.

Por estas razones la pandemia está profundizando las inequidades y el rezago educativo en la mayoría de los estudiantes de Venezuela.

Para nada es sorprendente que en este proceso de destrucción se fueran perdiendo los avances logrados en materia de educación ambiental.


País sin salud ambiental y un gobierno ecocida

En simultáneo, el deterioro ambiental del país es cada vez mayor y sin precedentes en su historia .

 Si se jerarquizan los problemas existentes usando indicadores de intensidad y extensión, aparecen dos situaciones alarmantes: La grave crisis de acceso al agua y por otra una serie de políticas dirigidas al saqueo y despojo de los recursos naturales de los territorios.

En el tema del agua, un estudio reciente afirma que el 99% de la población tiene problemas para abastecerse de agua . En esta situación amplias regiones tanto al norte del país, como en otras zonas, incluso en la propia área metropolitana de Caracas, sufre de cortes del suministro de agua que puede ir entre varias semanas, hasta varios meses continuos.

Una segunda situación ambiental nace de la imposición y expansión de un esquema de minería de depredación y saqueo que está afectando una superficie cercana al 40% del territorio nacional. La misma está causando el deterioro de todas las cuencas hidrográficas y generando una deforestación cada vez más acelerada. Adicionalmente, esta actividad está produciendo una grave contaminación por mercurio a la vez que está impulsando un crecimiento sin precedentes en la tasa de infección de malaria 

Adicionalmente, la explotación minera en su mayor parte está siendo controlada por bandas delincuenciales y grupos irregulares que imponen su dominio territorial a través de la violencia armada, la extorsión y la corrupción, produciendo graves violaciones a derechos humanos y poniendo en peligro la paz de la Nación   .

En este contexto, la EA como política de Estado fue desapareciendo de las políticas públicas cada vez más hasta que su muerte no fue lamentada por nadie.


¿Y entonces que hacemos con la educación ambiental?

Con un panorama como el expresado el pesimismo estaría muy justificado. Pero también es cierto que la misión de la educación es siempre una apuesta a futuro basada en la creencia que a través de la educación es posible cambiar para mejorar.

Ese optimismo no parte de desconocer de manera irresponsable la situación actual. Por lo contrario, nace de comprender que seguir el actual camino de destrucción nos llevaría a situaciones aún más graves. Por ello, a partir de esa dolorosa conciencia  es necesario comenzar a trabajar en los cambios necesarios.

Comencemos repensando la educación ambiental de Venezuela. Ya no es válido creer que es suficiente con dar clases de ecología o incluir algunas actividades banales en los programas de estudio. Necesitamos una educación que le dé a toda la población herramientas que les haga posible participar la construcción de un país sustentable.

Habrá que hacer ensayos y construir modelos replicables de buena educación ambiental. Para ello habrá que convencer a los organismos internacionales y los cooperantes de que es necesario invertir en educación ambiental para la reconstrucción nacional. 

Nada de eso es fácil en las actuales circunstancias. Por ello habrá que recurrir al terco y más desenfrenado optimismo.

Eduquemos, eduquémonos, construyamos espacios, razones y momentos para la educación ambiental.


5 jun 2020

Saliendo de la trampa ambiental en Venezuela


Recientemente fueron publicados dos excelentes trabajos de investigación periodística que buscan narrar la realidad ambiental del país.

Uno de ellos es de Olgalinda Pimentel y publicado en el portal La Gran Aldea: “Se  vuelve turbia la falta de agua potable en Venezuela” que se puede leer en este enlace

El segundo de María Ramírez Cabello publicado en El Correo del Caroní titulado “Depredación minera frente a los ojos del tepuy Roraima” que puede ser conseguido en este enlace

Estos trabajos nos permiten reflexionar sobre la situación ambiental del país y aún más cómo podemos salir de la actual situación.

En Venezuela podemos hablar de un número importante de daños ambientales producto de una gestión Estatal cada vez más ineficaz y deliberadamente desconocedora de los procesos de destrucción ambiental que están sucediendo en el país ¿Cuáles de ellos serán los más importantes?

Cuándo se quiere conocer cuál es el nivel de impacto de un daño ambiental, es necesario recurrir a indicadores que midan el nivel de daño o deterioro que se ha producido. Estos pueden incluir indicadores de intensidad del daño, extensión del daño y duración del daño.

El primero puede medirse en términos tanto ecológicos (ecosistemas deteriorados) o humanos (número de personas afectadas) El segundo estaría medido en términos de la superficie afectada. En términos temporales el tercer indicador estaría relacionado con el tiempo necesario para lograr la recuperación del daño. A estos indicadores se pudiera incluir uno relacionado con el costo de recuperación, mitigación o restauración del deterioro que haya ocurrido.

En Venezuela distintos especialistas y organizaciones han discutido sobre cuáles son los principales problemas ambientales del país, pero raramente se analizan los mismos en función de los indicadores antes mencionados. Por lo que lo que  se indica únicamente es la percepción de los especialistas o de la organización que ha emitido esa opinión.

Sin entrar en la necesaria cuantificación de los valores de esos indicadores, es posible hacer una primera aproximación a la magnitud cualitativa de los mismos a partir de la información disponible.

De todos los procesos de deterioro ambiental que actualmente están ocurriendo emergen dos monstruos.

El primero es la crisis de agua para uso humano, afectando principalmente la zona norte y montañosa del país.

 Aunque los estimados varían se conoce que aproximadamente un 87% de la población no tiene acceso permanente al agua. Es decir estamos hablando que más de 22 millones de personas tienen limitado su derecho al acceso al agua. 

De ese número, un porcentaje bastante grande recibe agua por tuberías con una frecuencia que puede ir entre dos semanas y varios meses. En amplias zonas de la Guajira venezolana, Paraguaná, Sucre y varias ciudades de los llanos venezolanos el agua por tuberías dejó de ser suministrada  en algunos casos desde hace más de un año. 

Asimismo, mucho más de 2 millones de personas nunca tuvieron conexión a una tubería de suministro de agua. En algunas partes la situación es tan grave que existen reportes de poblados abandonados por falta de agua.

Actualmente en una gran parte de Venezuela las familias y empresas deben comprar el agua que necesitan a precios cada vez más altos y bajo condiciones de especulación, cartelización y otros esquemas delincuenciales o recurrir a fuentes informales de agua.

A esto se une que la calidad del agua que se suministra no cumple con los estándares legales que debería tener el agua para consumo humano.

Los costos estimados para mejorar la situación de suministro de agua en Venezuela hasta un nivel sólo mínimamente suficiente sobrepasan los cientos de millones de dólares americanos y tiempos de ejecución de varios años.

Todo ello representa una grave violación a los derechos humanos de un porcentaje muy alto de Venezuela posiblemente afectando a un número superior a los 20 millones de personas. Situación que tiene efectos sobre el derecho a la vida, salud, trabajo digno, vivienda adecuada y muchos otros.

El segundo problema afecta principalmente, pero no únicamente, el territorio al sur del país. En este caso la expansión de una forma de minería de depredación y saqueo sin ningún control ni limitación sobre los daños cometidos, nl sobre las graves violaciones a los derechos humanos que está generando.

Un estimado grueso permite decir que la minería está afectando una superficie cercana al 40% del territorio nacional. Asimismo, está deteriorando todas las cuencas hidrográficas al sur del país y generando contaminando por mercurio que está afectando a un número de personas que pudiera acercarse al millón de personas. 

Adicionalmente, se acelera de manera vertiginosa la tasa de deforestación de los bosques  amazónicos venezolanos y sus efectos están redundando en un crecimiento sin precedentes en la tasa de infección de malaria, la cual no sólo afecta a la población local, sino que está siendo exportada a todo el país e incluso fuera de nuestro territorio.

Por otra parte, muchos de los daños que actualmente se están produciendo por causa de la actividad minera pueden considerarse que son a perpetuidad, ya que es muy difícil estimar los tiempos de recuperación cuando pueden estar en escalas de cientos de años.

Asimismo, sí se decidiera invertir en procesos de restauración ecológica, los costos pudieran ser astronómicos y por un número de años totalmente incierto.

En este caso tenemos muy altos los indicadores de extensión, intensidad, duración y costo.

Por supuesto que existen otros problemas en el país, algunos de ellos muy graves, incluyendo el terrible deterioro de la diversidad biológica, que va desde una extracción cada vez insustentable de peces y otros animales y plantas usadas como alimentos, extracción ilegal de maderas y leña, así como de animales silvestres para exportación.

Adicionalmente se viene produciendo un grave deterioro de los sistemas de recolección de desechos sólidos domésticos. Así como el abandono del control de la contaminación y de la obligación de realización de estudios de impactos ambientales como requisito obligatorio de todo proyecto que pueda generar deterioro ambiental.

Igualmente, los hechos parecen indicar que se perdió gran parte de la capacidad del Estado para la gestión de desastres de origen socio-natural.

Sin contar con ese tsunami llamado cambio climático que ya nadie parece querer saber de eso en Venezuela.

La trampa

En varias zonas del mundo se usaron, y quien sabe sí aún usan, trampas para cazar animales para el aprovechamiento de sus pieles. Uno de esos aparatos está formado por dos grandes mandíbulas llenas de dientes afilados que por un mecanismo se cierran de golpe atrapando e hiriendo de muerte a la presa. Además la víctima, en caso de que quede viva, no puede huir porque la trampa está encadenada a una estaca o árbol.

Usemos esta analogía para entender los problemas ambientales de Venezuela.

Si pensamos en los dos grandes temas ambientales, que analizamos al principio vistos sobre la geografía del país, son las dos mandíbulas de una enorme trampa para osos que atraparon a Venezuela y le clavaron profundo sus afilados colmillos. 

Pareciera además que estamos encadenados a esa trampa sin poder escapar.

Los otros problemas profundizan nuestro dolor y daños.

Escapando de la trampa

Lograr liberarse de una trampa como las mencionadas más que un problema de fuerza es de inteligencia, persistencia y voluntad de ser libre. Si luchamos con sólo fuerza, los dientes se clavaran más en la carne.

Inteligencia en este caso es reunir las fuerzas del país en un trabajo articulado y constante. Sin acción en común todo esfuerzo es sólo un espasmo.

Inteligencia es saber que necesitamos ayuda externa, alguien tiene que buscar un buen palo para hacer palanca para abrir la trampa, Para conseguir ayuda debemos ser capaces de explicar bien a otros lo que nos está pasando y lo qué necesitamos. Es muy importante contarlo de manera clara sin pasiones ideológicas o simplemente viscerales. 

Tres herramientas serán necesarias: Solidaridad, nadie nos tomará en serio sino tienes intención de apoyar para ser apoyado; Educación, ya que para unir más gente hay que formar y formarnos y un Punto de Apoyo fuerte donde toda acción pueda reunir fuerzas: El mejor actualmente es el marco internacional de derechos humanos.

Inteligencia es saber persistir y no rendirnos. Ni la muerte podrá ser una derrota ya que muchos más deben seguir adelante.

La voluntad la tenemos ¿sí?

Voy por mi gente, por Canaima y toda la Amazonía, por el futuro que nos mereceremos sólo sí nos lo ganamos.


23 may 2020

Laudato Si´: Una mirada desde el ambientalismo


Jan Siberechts, San Francisco predicando a los animales, 1666


He tenido la inestimable experiencia de haber sido invitado en los últimos años en tres ocasiones a dictar talleres sobre la Encíclica Laudato Si´ dirigidos a comunidades religiosas católicas. 

En todos los casos informé previamente que mi enfoque estaría centrado en un análisis del valor y utilización de este texto no desde una perspectiva religiosa, sino desde una ambientalista y de derechos humanos. Para mi alivio en ninguno de los casos me pusieron ninguna objeción a esa condición. 

También vale la pena  comentar que mi acercamiento a este texto fue desde el respeto por las ideas religiosas y la necesidad de articular un gran movimiento de transformación conformado por la mayor cantidad de personas posibles sin considerar sus creencias, bases culturales e ideologías. Este movimiento será necesario para poder cambiar el rumbo de destrucción y muerte que subyace a los modelos económicos y de desarrollo imperantes en la actualidad.

Esas experiencias me han permitido revisar repetidamente el texto de la Encíclica y poder ir acercándome a sus valores e incluso a lo que considero sus debilidades. 

Sobre la base de esa experiencia, y aprovechando que se están cumpliendo cinco años de la publicación de ese documento,  les comparto un resumen y algunas reflexiones sobre el mismo.  En particular mi intención es facilitar la aproximación a la Encíclica por diferentes personas, católicas o no.

Pido a las personas conocedoras de temas teológicos su benevolencia por cualquier error en la interpretación de esos temas realizados por un lego en esa materia.

Primero las presentaciones

Laudato Si´ es el título de la segunda Encíclica, o carta pastoral, del papa Francisco. Su nombre nace de la frase inicial del Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís: “Alabado seas, mi Señor” escrito por San Francisco de Asís en el siglo XI de nuestra era. 

Su tema central es “el cuidado de la casa común”: Un llamado desde el catolicismo a comprender nuestro planeta como legado de todos los seres humanos  del cual somos responsables por razones tanto espirituales como éticas.

Lo positivo y negativo de un texto complejo

Esta Encíclica es un documento relativamente extenso (187 páginas) en el cual se combina conocimiento científico con elementos del dogma católico. 

En los temas científicos, su lenguaje e información pareciera provenir directamente de los reportes de los organismos internacionales sobre el deterioro ambiental. Ello se combina con una abundancia de citas a escritos religiosos con los  que se intenta enlazar las ideas provenientes de las ciencias ambientales con las provenientes del dogma católico. De hecho compiten continuamente dos formas de lenguaje que parecen no terminar de encajar y lo hacen complejo de seguir. 

Estas características (largo y complejidad) representan una primera dificultad para que un mayor número de personas se apropien del texto, al menos en Venezuela. He consultado con algunas personas, incluyendo religiosos y no muchas lo han leído y algunas apenas sí lo conocen. Pareciera que se necesita de puentes que acerquen a más personas a los aspectos esenciales de la Encíclica.

Entiendo que una Encíclica no sería una Encíclica sin teología, pero en mi opinión la profusión de citas religiosas y de elementos no basados en el conocimiento empírico puede en algunos casos representar una barrera para acercar un documento con ideas muy importantes pero que incluyen elementos que no son necesariamente compartidos por personas fuera del ámbito católico.

Parece que, como dice una amiga, se necesita urgentemente una edición de este Encíclica titulada algo así como: “Laudato Si´ para todo el mundo (incluso para ti, católico)”.

Por otra parte, aunque algunos pueden creer en que es inevitable la existencia de un conflicto entre las visiones de la ciencia y la religión (1) no necesariamente esto tiene que ser evidente. Podemos encontrar conexiones extraordinarias entre ambas formas de conocimiento tal como se puede apreciar (y disfrutar) en el libro “Pertenecer al Universo” escrito por el físico y ambientalista Fritjof Capra y el monje benedictino David Steindl-Rast (2). Para mí, esta Encíclica puede ser una oportunidad para ahondar en el diálogo entre ciencia y religión cada vez más necesario para encontrar respuestas que orienten las transformaciones que precisamos actualmente. 

Siguiendo con el análisis, el documento es claramente de naturaleza política en la medida que toma partido por las personas más pobres y vulnerables, señala de manera directa responsabilidades y llama a la acción a actores concretos. Este enfoque puede ser polémico, e incluso incómodo, para algunas personas que quisieran una posición menos militante de la iglesia. Por lo contrario, desde mi punto de vista este un punto fuerte, ya que evita la hipocresía y el lenguaje elíptico de textos que hablan de los problemas existentes, pero nunca de los responsables de estas situaciones, tal como si hubieran  sido generados por entes abstractos o situaciones derivadas del azar. A su vez la “opción por los pobres” es una doctrina de la iglesia católica frecuentemente criticada y combatida (incluso dentro de la Iglesia católica) pero cada vez más necesaria particularmente en el contexto de la crisis venezolana (3) a la vez que en  Latinoamérica cada vez más tiene un rostro indígena (4).

Otro elemento que me parece positivo, es el uso de un marco sistémico socio-ambiental. 

A partir del mismo, los temas relacionados con el deterioro global del ambiente son enlazados directamente con los problemas sociales desde una clara perspectiva integral. En tal sentido expresa de manera enfática que no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental. Asimismo, considera que la ecología humana es inseparable de la noción de bien común, un principio que cumple un rol central y unificador en la ética social.

Esta mirada compleja de la situación ambiental es necesaria a mí entender para no caer en las re-simplificaciones habituales de muchos medios de comunicación. Pero a la vez, tiene como problema que resulta difícil de ser comprendida por muchas personas que nunca han sido formadas para la comprensión de la complejidad de los sistemas socio-naturales.

El ambiente en Laudato Si´


Desde un punto de vista ya directamente ambientalista, este es un documento que tiene elementos muy importantes. Extraigo unos pocos de ellos:

Parte de declarar al clima como bien común de todos y para todos.  Ratifica que el cambio climático es una situación real e innegable y que sus efectos serán muy graves. Asimismo, reafirma que este fenómeno es el resultado de la actividad humana y señala al “consumismo inmoral” y el uso de combustibles fósiles como causas del fenómeno.

Reconoce el acceso al agua potable de calidad como derecho humano.  Alerta sobre el problema de la baja calidad del agua disponible por las personas más pobres y critica duramente la privatización del agua como contrario a la realización de este derecho por parte de muchas personas.

Subraya que miles de especies vegetales y animales desaparecen cada año debido a la acción humana. Asimismo resalta la importancia de ecosistemas como son la Amazonia, la cuenca fluvial del Congo, los grandes acuíferos y los glaciares, así como los océanos.

Denuncia que la Tierra parece convertirse cada vez más en un “inmenso depósito de porquería”. Y advierte que la degradación ambiental, generada por el actual modelo de desarrollo afecta la vida de las personas, su dignidad y derecho a ser felices.

Realiza una muy dura crítica al modelo político y económico dominante en la actualidad y lo hace responsable de las agresiones ambientales que sufren las personas más pobres, la explotación de los recursos de los países en desarrollo por los industrializados. Asimismo recrimina el ocultamiento de los problemas por parte de países industrializados y empresas, así como la débil reacción internacional ante los problemas ambientales.

Adicionalmente, y este punto es para mí uno delos más admirables,  plantea un enfoque espiritual de la vida y la relación entre los seres humanos y el ambiente.

 Así expresa que, la paz interior de las personas tiene mucho que ver con el cuidado de la ecología y con el bien común, y, que ella se refleja en un estilo de vida equilibrado unido a una capacidad de admiración que lleva a la profundidad de la vida. Asimismo, afirma que la paz implica la amorosa conciencia de estar conectados de las demás criaturas, de formar con los demás seres del universo una preciosa comunión universal.

Propuestas de cambio

Luego de este diagnóstico de la situación socio-ambiental del mundo, esta carta pastoral expone la necesidad de hacer cambios profundos en los estilos de vida, los modelos de producción y consumo y las estructuras de poder. 

Entre las recomendaciones que plantea incluye unas a nivel global, incluyendo la urgencia de desarrollar políticas para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero,  establecer regulaciones a nivel gubernamental para frenar el calentamiento global,  y crear instituciones internacionales fuertes para actuar en este camino.

Asimismo, establece que cada persona debe realizar cambios en sus hábitos. Presenta ejemplos tales como el uso de transporte público, plantar árboles y el apagar luces innecesarias. Asimismo, recomienda la formación de redes comunitarias para responder a los problemas sociales.

Igualmente señala a grupos particulares tal como las comunidades indígenas y cristianas. De las primeras indica que deben convertirse en los principales interlocutores del diálogo sobre medio ambiente. Para las segundas señala que deben ser protectores de la obra de Dios como  parte esencial de una existencia virtuosa.

Finalmente, reafirma que la solución a los problemas requiere educación en la responsabilidad ambiental, en la escuela, la familia, los medios de comunicación, la catequesis y que esta educación debe ser capaz de motivar a conformar estilos de vida responsables con el ambiente.

Me detengo un momento en este último punto para subrayar mi total acuerdo con darle una especial importancia a la educación. Asimismo enfatizar que no es una educación teórica sino una capaz de generar cambios en los estilos de vida en las personas.

En síntesis

A pesar de algunas debilidades, la Encíclica Laudato Si´ es una extraordinaria hoja de ruta para actuar en defensa de la Naturaleza como sistema protector de la humanidad y de sus derechos. En la práctica actuar en este sentido puede convertirse en una tarea muy difícil sino contamos con orientaciones éticas y espirituales en conjunto con las herramientas y capacidades de la ciencia.

En el caso de Venezuela, estas acciones no pueden estar desconectadas del hecho de que el país está sumergido en una emergencia humanitaria compleja que está destruyendo los medios económicos, las capacidades para vivir una vida digna, incluyendo las relacionadas con temas ambientales y la existencia misma de millones de personas.  

Entre los afectados la enorme mayoría son personas pobres, campesinos e indígenas. Estos últimos inmersos en una guerra creada por la codicia del oro que destruye el corazón mismo de sus culturas y amenaza con convertirse en un etnocidio.

Por lo tanto Laudato Si´ debería ser un estímulo para reflexionar y en particular actuar desde la ciencia y la espiritualidad en defensa de todas las personas, en particular de los más vulnerables. Valdría la pena recordar la profunda reflexión de Santo Domingo “No quiero estudiar en pieles muertas (en referencia al material de los pergaminos) mientras que haya personas que mueren de hambre”.

Pero a la vez,  puede actuar como primer paso en el camino del  reconocimiento de una espiritualidad profunda inmersa en la Naturaleza y que es necesario dejar atrás la idea de la superioridad y dominio de los humanos sobre el resto del mundo. 

Al inicio de este artículo coloqué una reproducción de una obra del pintor flamenco Jan Siberechts que representa a San Francisco predicando  a los animales, santo y acción que inspiró a esta Encíclica. 

Creo que es hora que con humildad comencemos a oír como la Naturaleza no sólo nos habla sino que nos invita a ser parte integral de su ser.

Loado seas, mi Señor,
por nuestra hermana la madre tierra,
que nos sustenta y gobierna
y produce distintos frutos
con flores de colores y hierbas...

San Francisco de Asís, 1224 o 1225
 


(1) Krauss, L. 2015. Ideology Subsumes Empiricism in Pope's Climate Encyclical. https://blogs.scientificamerican.com/guest-blog/ideology-subsumes-empiricism-in-pope-s-climate-encyclical/?print=true
(2) Capra, F., Steindl-Rast, D. y T. Matus (1994) Pertenecer al universo. Encuentros entre ciencia y espiritualidad. Edaf. España.
(3) Trigo, P. S.J. 2013. La opción por los pobres en Venezuela. Revista SIC 751. Disponible en: https://revistasic.gumilla.org/2013/la-opcion-por-los-pobres-en-venezuela/
(4) Palacio, J. s.f. La opción por los pobres, hoy, tiene rostro indígena. REAPM.  Disponible en: https://redamazonica.org/2019/11/la-opcion-por-los-pobres-hoy-tiene-rostro-indigena/




Quiero agradecer profundamente a varias personas que me dieron la oportunidad para acercarme y reflexionar sobre Laudato Si' En particular a Deborah Van Berkel presidenta de Sinergia; el hermano Miguel Ángel Espinoza OP de la Comisión de Justicia y Paz, así como Liliana Rodríguez OP ambos de la orden Dominicos en Venezuela y Karina Estraño coordinadora de Todos por el Futuro.




16 mar 2020

Ambientalismo en tiempos de coronavirus


Artista: Dr. Love

¿Tiene sentido tener una mirada ambientalista en este momento cuando una pandemia está afectando a un número importante de países en el mundo?

Para mí sí. El ambientalismo, debería ser ante todo una posición ante la vida y la manera como los humanos nos relacionamos con el resto de la vida sobre la Tierra.

Esta posición nace de la conciencia de que los humanos somos una parte de la compleja red de relaciones que conforma la biósfera, la “envoltura” viva que cubre nuestro planeta.

Asimismo que nuestra sociedad depende de maneras muy  profundas de las contribuciones que aporta la Naturaleza a nuestra sociedad. Y que todo daño que se produzca en la red vital que nos sustenta tendrá como consecuencia sufrimiento y muerte sobre los humanos.

Por tales razones, todas nuestras acciones deben estar basadas en la responsabilidad y respeto con nuestro  vínculo con la Naturaleza.

Por ello, se me ocurre proponer una serie de ideas ambientalistas sobre cómo actuar en este momento en que el mundo y Venezuela entra paulatinamente en cuarentena.

Para hacerlo más visual e interesante me voy a apoyar en algunas imágenes de obras de artistas de “Street Art” (Arte callejero o arte en la calle)





1. No perdamos el foco ambiental. 
Descorramos la cortina. Toda epidemia nace del grave deterioro ambiental y el saqueo sin límites de la biodiversidad. Ello unido al crecimiento urbano y las políticas de desarrollo sin ninguna base ambiental ni humana.

Poner fin a la aparición de epidemias cada vez mayores implica cambiar de manera drástica las relaciones entre las sociedades humanas y la naturaleza. Tenemos que exigir que toda medida para actuar frente a la epidemia sea mucho más que una serie de acciones puntuales para frenar la situación y se trabaje de manera activa en sanar las bases ambientales de nuestra salud.





2. Miremos el problema desde su verdadera perspectiva
Sí, la epidemia es un problema grave1que  y global. Pero, ¿es tan importante? 

Para muchos en Venezuela quizás no sea el más importante. Aquí casi 7 millones de personas pasan hambre, la malaria se estima que este año puede alcanzar los 2,5 millones de casos, y el dengue y otras enfermedades matan mucho más gente que el coronavirus. 

No subestimemos el poder de la actual pandemia, pero que esta situación no esconda la terrible verdad que vivimos.




3. Oigamos a la ciencia 
En este momento nuestra salud, la de nuestra familia y la de nuestras comunidades depende de que sigamos las orientaciones de las instituciones científicas médicas del mundo. La mayoría de las mismas son de sentido común. 

Seamos difusores responsables de las mismas, a la vez que combatamos la pseudo-ciencia, los mitos y las mentiras que se están difundiendo actualmente.





4. El agua es el recurso más valioso
La recomendación más importante en este momento es lavar nuestras manos frecuentemente. 

Esta indicación puede ser muy difícil de seguir para la mayoría de los venezolanos que no tenemos garantizado el derecho al acceso al agua. 

Por ello debemos aprender y enseñar a usar el agua de manera eficiente y responsable, a la vez que exigir al Estado a que cumpla su obligación de garantizar este derecho a todos los venezolanos.






5. Seamos un hilo importante de las redes que mantienen nuestras comunidades
El distanciamiento social jamás debe significar indiferencia. Tengamos contacto con los que nos rodean y apoyemos a las personas que lo necesiten. 

En este momento en todas las comunidades hay personas mayores que viven solas, personas con situaciones de salud graves y personas que necesitan ser acompañadas para que no se derrumben por la ansiedad. Con un poco de sentido común podemos ayudar al bienestar de nuestras comunidades sin poner en peligro nuestra salud. Asimismo, necesitamos  mantener los vínculos que generan información, contacto, documentación de situaciones e incluso apoyo y consuelo.




6. Actuemos como barrera contra la contaminación informativa
Igual que la contaminación ambiental, las mentiras, contenidos manipulados y otras formas de desinformación que se transmiten por las redes y algunos medios de comunicación, generan daños a los tejidos sociales y deterioro de nuestra salud emocional. 

En una situación como la actual la desinformación puede dañar a muchas personas.

Seamos responsables con los contenidos que compartimos. Convirtámonos en difusores de información útil y positiva.




7. Ejerzamos la solidaridad activa
En nuestro país la enorme mayoría de la población es pobre. Muchos de ellos en condiciones de pobreza crítica. Cada persona en estas condiciones depende de lo que puede ganar o conseguir cada día.

Una situación de confinamiento o cuarentena puede convertirse en una catástrofe humanitaria.

Dentro de nuestras posibilidades apoyemos a todo el que podamos. Hagamos verdad el lema de que nadie quede atrás.





8. Desarrollemos hábitos de una vida sana con sentido común
Mahatma Gandhi  dijo "Seamos el cambio que queremos ver en el mundo". Si creemos que es necesario un cambio social que lleve a trabajar con la Naturaleza y no contra ella, para evitar nuevas y más destructoras epidemias tenemos que empezar por nosotros mismos.

Desarrollemos hábitos alimenticios y de comportamiento que nos ayuden a tener una verdadera salud integral, incluyendo incorporar la naturaleza a nuestras vidas.

Pero, a la vez, tenemos que ser inteligentes, no todo "remedio natural"  es sano. Algunos pueden poner en peligro la salud de las personas e incluso pueden ser factores de destrucción ambiental.





9. Mantengámonos en acción

Las medidas de cuarentena no nos impiden mantenernos activos dentro de nuestras posibilidades. Quizás es el momento de avanzar en tareas importantes que tenemos pendientes. 

Algunas de ellas seguro que son importantes y las urgencias cotidianas nos quitaron las posibilidades. 

Quizás una de ellas es sembrar, cuidar y proteger la vida.




10. Cuidemos nuestra ecología interior

Estas situaciones son para mucha gente abrumadoras y pueden disparar procesos de angustia y depresión. 

Por ello es muy importante tanto cuidar nuestro ambiente interno, como el externo. El modo más importante de superar muchas de las adversidades es teniendo un propósito en nuestras vidas. 

En el extremo de las situaciones, el psiquiatra austríaco Viktor Frankl nos dejó este consejo: “Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”. 

Mientras avanzamos en esa dirección, la música, los libros, el buen querer y el cuidado de otros seres vivos pueden ser elementos importantes para sanar nuestra ecología interna.



Finalmente trabajemos todos juntos para salir con bien de esta situación. Cuídense mucho.

25 feb 2020

Cuatro años del Arco Minero del Orinoco: Preguntas pasadas, respuestas presentes y acciones futuras




Hace cuatro años, el 24 de febrero de 2016, apareció en Gaceta Oficial el decreto que creó la Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco, conocida como Arco Minero del Orinoco o AMO.

Desde el principio esta acción del gobierno nacional generó muchas dudas en una enorme cantidad de personas que se preocupaban por la conservación ambiental y el futuro del país.

El decreto establecía el mega-proyecto minero más grande que jamás se había realizado en Venezuela ocupando más del 12% del territorio nacional, el cual incluía una importante cantidad de territorios indígenas, cuencas de ríos, ecosistemas boscosos y áreas de extraordinario valor ambiental y social.

Asimismo, los voceros oficiales hablaban de que en este desarrollo minero participarían 150 empresas internacionales y utilizaría procedimientos y tecnologías probadamente  dañinas y destructivas.

Pero a la vez, intentaban vender ese proyecto como una maravilla de protección ambiental y defensa de los derechos humanos.

En particular prometieron (y lo próximo es un resumen literal de promesas presentes en los discursos):

  • Que sería realizado “respetando los principios del ecosocialismo”.
  • Que se preservarían las “culturas originales” y “respetarían los derechos de los pueblos indígenas”.
  • Que tendría “como centro la conservación del ambiente y el desarrollo social”.
  • Que estaría dirigido a “rescatar la dignidad y proteger a los pequeños mineros de Venezuela”.
  • Que las operaciones mineras preservarían “los recursos naturales”.

Pero la promesa más importante implícita en el discurso, pero trascendente en ese momento que se estaba iniciando la mayor crisis económica sufrida por el país: Seríamos de nuevo un país rico.

Con respecto a esas promesas nos hicimos en ese momento las siguientes preguntas (*):

1. ¿De qué ecosocialismo estaban hablando? Y en particular:

  • ¿Sobre cuáles principios ecosocialistas se fundamenta el desarrollismo, el extractivismo y la depredación ambiental?
  • ¿Sobre cuáles principios ecosocialistas se destruyen las fuentes de agua, los bosques, el suelo y todo ser vivo?
  • ¿Sobre cuáles principios ecosocialistas se desconocen los derechos de la madre tierra?
  • ¿Cuáles principios ecosocialistas hacen más importante la riqueza material que el agua, la salud y la vida?

2. ¿Cómo este proyecto preservará los derechos de los pueblos indígenas? Y más aún:

  • ¿Cómo la destrucción de sus territorios y los recursos de los cuales dependen protegerá los derechos de esos pueblos?
  • ¿Cómo lo hará el desconocimiento de sus derechos territoriales y el principio de consulta previa, libre e informada?
  • ¿Cómo pasar de pueblos libres a obreros de empresas transnacionales preservará esos derechos?

3. ¿Cómo se asegurará la conservación del ambiente y el desarrollo social? Y en concreto: 

  • ¿Cómo se garantizarán los derechos ambientales de los venezolanos ¿Se exigirán las obligaciones ambientales a las empresas derivadas de los artículos  127, 128 y 129 de la Constitución Nacional y las leyes ambientales de la república?
  • ¿Cómo se garantizará el derecho a la salud de los habitantes locales según lo establecido en el artículo 83 de la Constitución?
  • ¿Cómo se garantizará el derecho a la seguridad de todos los venezolanos según lo establecido en el artículo 55 de la Constitución?
  • ¿Cómo se logrará el control ambiental necesario para asegurar la protección ambiental?

4. ¿Cómo se promoverá la defensa de la dignidad y la protección de los mineros? 

  • ¿Cómo es posible garantizar la dignidad de un minero en un territorio controlado por bandas criminales?
  • ¿Cómo van a proteger a los mineros en un país en que fue destruido todo el sistema de seguridad social y desaparecieron los derechos de los trabajadores?
  • ¿De cuál protección se habla sí esos trabajan en las peores condiciones laborales posibles?

Y para aquellos que ven como bien supremo las ganancias económicas sin ninguna otra consideración humana, ni ambiental, era necesario preguntar:

¿Realmente valen la pena esas supuestas ganancias? 

Es decir cuál será el balance para el país cuando se tomen en cuenta los costos reales de esa operación. Para ello sería necesario calcular:

  • Los costos causados a la Nación producto de los daños ambientales que serán generados por este mega-proyecto. En particular será necesario contabilizar los costos derivados de la destrucción de cuencas, bosques, biodiversidad y por los efectos de la contaminación
  • La magnitud de los daños sociales y culturales producidos por la explotación minera. En particular los costos derivados de los efectos destructivos sobre las comunidades indígenas y campesinas locales, la desaparición de culturas, la violencia social y la violación de derechos humanos.
  • Los costos producidos por los daños políticos y económicos que estos proyectos dejen como legado. Resultará necesario calcular los daños producto de la corrupción generalizada debido a la presencia de la economía minera, así como la desaparición de economías alternativas, pero también debido a la insustentabilidad innata de todo proyecto minero.


Esas preguntas nos la hicimos hace cuatro años y las respuestas a todas ellas las hemos tenido a lo largo de este tiempo y son un catálogo del horror.

Jamás nos hubiésemos podido imaginar que la situación pudiera ser tan traumática y destructiva para nuestro país. Tampoco que la distancia entre lo prometido y la realidad fuese tan grande y contrastante como si fuese un retrato en negativo.

Frente a las promesas realizadas, la realidad de las zonas mineras puede definirse a partir de las siguientes características:

El modelo de minería prometido, uno de operaciones de gran escala implementada por grandes empresas transnacionales actuando de manera legal, ordenada y responsable, se convirtió en la realidad en uno de saqueo y destrucción masiva bajo el control directo o indirecto de la delincuencia organizada y la anuencia o participación de funcionarios gubernamentales. Ella se realiza con la participación de cientos de miles de mineros que no cuentan con ninguna protección o apoyo, trabajando a veces en condiciones de semi-esclavitud y bajo el régimen de terror de las bandas locales.

Dentro de ese contexto, en la práctica el Estado venezolano desapareció de las zonas mineras y fue sustituido por la “Ley” de la violencia y la sangre ejercida por actores armados violentos, que ejercen un poder total sobre las mismas.

A partir de esa realidad,el 12% de zona definida por el decreto se amplió hasta ocupar un aproximado del 40% del país afectado por un crecimiento masivo de actividades mineras de pequeña y mediana escala, principalmente en los estados Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro, pero ya también en otros cinco estados.

Derivado de la corrupción y la incapacidad institucional producto de estas circunstancias, la explotación de los recursos minerales ocurre sin cumplir con ninguna regulación legal o control, violando así toda la normativa ambiental del país y generando enormes daños ambientales que tienen y tendrán un muy pesado lastre para el desarrollo del país y sus habitantes.

Este daño está generando consecuencias ya presentes: Todas las cuencas de la Amazonía venezolana están contaminadas con mercurio, miles de personas en la región tienen muy altos niveles de mercurio en sus cuerpos, cientos de miles de personas están en riesgo de intoxicarse con este elemento y sus derivados. Una grave epidemia de malaria surgida como consecuencia de la alteraciones ambientales en las zonas mineras está expandiéndose tanto en el número de personas infectadas, como el número de zonas geográficas afectadas.

Asimismo la actividad minera existente es causante de graves violaciones a los derechos a la vida, al ambiente sano, cultura y protección de los pueblos indígenas y los trabajadores.

Adicionalmente, las probables enormes ganancias derivadas de la explotación de los recursos extraídos, en su mayoría no servirán para el financiamiento del Estado, sino para enriquecer de manera inmoral a una minoría.

Y finalmente, la actual situación pudiera promover conflictos violentos derivados de la ocupación y control de territorios para la explotación de "minerales de conflicto" por diversos actores armados, tales como los ocurridos en la República Democrática del Congo y otros países.

¿Y qué podemos hacer en este momento?

La magnitud de la destrucción, así como la obcecación, la ruindad y la codicia aparentemente sin límites de los dueños del poder nos ponen en circunstancias muy difíciles. Esas circunstancias son aún peores cuando nos encontramos en el medio de una emergencia humanitaria compleja que nos afecta a todos. Es muy fácil caer en la desesperanza y la apatía. Incluso algunos ya se han doblegado al dominio impuesto desde el régimen.

Una alternativa puede provenir de las propuestas de Viktor Frankl, un psiquiatra austriaco que vivió una de las peores experiencias de adversidad que persona humana puede vivir, ser un prisionero judío en un campo de concentración nazi. Este autor sobrevivió para dejar una posible respuesta ante estas situaciones. El escribió, pensando en cómo actuar frente a condiciones extremas:

“Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”.

Esa frase suena a resignación o abandono de la lucha, pero no lo es. En nuestro caso esa idea se convierte en propósito y camino a través de estas acciones:

  • Necesitamos reconstruir un país de todos donde ninguna persona quede atrás. Cuando hablemos de nosotros, hablemos de cada venezolano y del país de todos. Es decir derrumbemos el muro de la polarización en el cual nos encerraron y nos dividieron.Construyamos el país donde la libertad, la justicia social, la solidaridad y la responsabilidad sean los valores que nos guíen.
  • Necesitamos reconectarnos con el mundo. Otros países sufren problemas similares a los nuestros. Algunos ya tienen una larga experiencia luchando contra regímenes opresivos y proyectos desarrollistas. Juntos podemos implementar más y mejores acciones de resistencia.
  • Necesitamos crear una nueva narrativa de país. Ya debemos dejar atrás la idea de un país rentista y extractivista en el que el poder y el dinero se concentran en el gobierno, y en contraste comencemos a construir un proyecto de país donde a partir de nuestra extraordinaria diversidad biológica, social y cultural podamos ser prósperos, responsables y sustentables con el esfuerzo de todos..
  • Necesitamos reconquistar nuestro derecho a luchar por nuestro futuro. Este es nuestro país y será el de nuestros hijos sólo si todos desde sus posibilidades y circunstancias actuamos por lograr ese cambio.

Todos estos esfuerzos son necesarios porque Venezuela, la de todos, la de la maravillosa Naturaleza, bien los vale.