21 ago 2019

La Tierra en llamas





Leo con mucha preocupación las noticias sobre el gran incendio al sur del Brasil, el cual es quizás sólo el evento más extenso de la enorme cadena de incendios que está sucediendo en todo el mundo.

España (tanto en el continente europeo como en Canarias), Francia, USA, Paraguay, Bolivia, Indonesia...

Años tras año. Incendio tras incendio. Nuestro planeta está literalmente ardiendo.

Las consecuencias de estos eventos serán devastadoras, tanto en el nivel ambiental como humano. Bosques destruidos es igual a vidas y futuros destruidos, a miseria, hambre y enfermedad.

Los políticos en el mundo comienzan a repartirse culpas y responsabilidades, como si eso sirviera para algo. Pero lo peor es la cantidad de personas que aplauden y repiten sus irresponsables intentos de aparentar inocencia apuntando a otros.

Los dos responsables principales en este mundo son la codicia y la estupidez. Sólo ellas explican tanta destrucción tanta deshumanidad, tanto odio.

Codicia y estupidez sin ideología ni religión. Simple hambre de riqueza y creencia que el daño no tendrá consecuencias.

Me siento triste.

Desde hace más de sesenta años los científicos del mundo han alertado sobre las consecuencias de la destrucción del ambiente, sobre creer que los humanos tenemos derechos sobre la naturaleza y sobre crear modos de vida que se mantienen sobre la depredación del ambiente.

Los llamaron locos, hippies, comeflores y abraza-árboles.

Dijeron que eran enemigos del progreso y de las personas. Que eran comunistas (si era en un país capitalista) o imperialistas (si la alerta se hacía en alguna nación socialista).

Los hippies tenían razón. Pero ahora sólo nos queda salvar lo queda y esperar que sea suficiente.

En este momento una adolescente sueca navega por el Atlántico para llevar a las grandes y posiblemente inútiles reuniones sobre el cambio climático un mensaje de los jóvenes del mundo a los que estaban llamados a crear acuerdos y respetarlos y ahora no respetan ni lo que acordaron.

La llamarán hippie, loca, enemiga del desarrollo. Buscarán destruirla.

Me siento angustiado.

Leo una noticia relacionada con el incendio en Brasil donde se critica que el mundo no reaccione con esa situación al igual que reaccionó por el incendio de la Catedral de Notre Dame.

Me parece estúpida y sesgada la referencia.

Pero aún peor. En Venezuela llevamos años destruyendo y envenenando nuestra parte de la Amazonía y no veo titulares en todo el mundo denunciando eso.

Eso es el precio del oro.

Organicémonos para defender nuestro ambiente, nuestra vida y la de nuestros hijos.

El futuro es ya...