Manuel Cabrè, Laguna de Boleita (años 30) |
Hace unos años me topé con la imagen de ese cuadro del llamado pintor del Ávila, Manuel Cabré (1890-1984) titulado "Laguna de Boleita".
Quedé intrigado. Hasta donde sabía no había ninguna laguna en lo que actualmente llamamos Boleita, el cual es un sector industrial localizado al este de Caracas.
¿Dónde estaba esa laguna y qué pasó con ella?
Luego de muchas averiguaciones y conversaciones con personas mayores conseguí que el lugar donde existió ese cuerpo de agua, es lo que actualmente se llama la urbanización El Marquéz, que era parte de la antigua hacienda Boleita. Específicamente la laguna estaba localizada en el espacio que actualmente es el final de la Avenida Sanz, entre los terrenos ocupados por el edificio de CORPOELEC y la subida al barrio Campo Rico, donde precisamente inicia la calle "La Laguna".
Incluso una amiga me contó que su abuela, una inmigrante portuguesa, a su llegada a Venezuela, vivió en una casa en el barrio Campo Rico. Como ese zona se había poblado de manera no planificada, en sus inicios no tenía servicio de agua por tuberías y los habitantes bajaban a abastecerse de agua en la laguna.
Cuando se urbanizó la zona y fue bautizada como El Marquéz, este cuerpo de agua fue desecado y desapareció de los mapas y la memoria de los habitantes de Caracas. A pesar de ello, según diversos testimonios sigue existiendo de manera subterránea.
Ese descubrimiento me llevó a encontrar que en el Área Metropolitana de Caracas existieron un grupo de cuerpos de agua que los biólogos llamamos lénticos, tales como lagos, lagunas, ciénagas y pantanos que generalmente son cerrados y permanecen en un mismo lugar sin correr ni fluir.
Así descubrí a la laguna de Catia, en la urbanización del mismo nombre, la cual fue un sitio de recreo muy popular a comienzos de siglo 20. La laguna de Espino en los terrenos del actual Valle Arriba Golf Club y también zonas pantanosas como los terrenos al sur de las actuales avenidas México y Universidad en el sector conocido como La Hollada.
En los alrededores de Caracas, conocí a la Laguna de Carrizal (entrada a la actual urbanización Montaña Alta, en Carrizales, Miranda) la Laguna de la Dolorita en el barrio del mismo nombre.. Incluso sitios como El Junquito fueron zonas cubiertas de agua que los campesinos que bajaban con sus cosechas de la Colonia Tovar usaban para descansar y darle agua a sus animales de carga.
Todos ellos fueron humedales,es decir ambientes terrestres que están cubiertos de agua de manera permanente o temporal. Ellos fueron parte de la naturaleza de esta ciudad, pero el desarrollismo que antes llamaban "terrófago" los destruyó. Muchos de ellos tenían una gran importancia para la biodiversidad urbana y la recreación de los humanos. Pero la codicia no tomó en cuenta estas características.
Muchos años después de ese tiempo de crecimiento urbano sin límites ni responsabilidad volvemos a esa situación y actualmente los humedales venezolanos son destruidos por razones ilegítimas y frecuentemente ilegales impuestas por los que anteponen el lucro a los verdaderos intereses del país.
Así entonces, por ejemplo, en este momento el Refugio de Fauna de Cuare, en el estado Falcón está siendo destruido para construir un complejo hotelero por empresarios irresponsables en conjunto con funcionarios corruptos.
Los humedales tienen una enorme importancia para todos. Su existencia es beneficiosa para el mantenimiento de la salud ambiental, muchos tienen importancia para la conservación de muchas especies y son fuente de recursos para muchas poblaciones humanas. Igualmente, bien gestionados pueden tener un enorme valor económico como paisajes naturales y sitios de recreación de importancia turística.
Pero volvieron los terrófagos de la mano de los mafiosos y vuelven a destruir nuestros humedales.
Por ello, debemos actuar de manera urgente para resistir esos actos criminales.
Pero más aún, tenemos que luchar juntos por lograr que los venezolanos tengamos gobiernos democráticos y responsables que conserven la Naturaleza como única forma de garantizar la salud, prosperidad, cultura y felicidad de los habitantes de este país.
Interesante historia Alejandro. Gracias. Me entero así de que pasé mi infancia sobre el lecho de la laguna de Boleíta... Crecí en El Marqués...
ResponderEliminarCuando sea demasiado tarde será cuando puedan entender la importancia de preservar nuestro medio ambiente. Lamentablemente
ResponderEliminarAcertado artículo amigo Alejandro.
ResponderEliminarFelicitaciones
Importante tener conocimiento de estos estropicios para entender cómo los mafiosos han estado destruyendo nuestra naturaleza, que es como decir, destruyéndonos a todos nosotros.
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