7 may 2017

Ambientalismo de emergencia (2): La democracia como condición para el ambientalismo


Foto Plataforma contra el Arco Minero


En la primera parte de este artículo, concluimos que en la actual crisis venezolana la acción principal de las organizaciones ambientalistas debería centrarse en la defensa de los derechos ambientales de todos los ciudadanos. Asimismo que esta acción tiene una enorme importancia como parte de la construcción de un país democrático, pacífico, libre y sostenible, a la vez que es la única garantía de la protección y conservación del ambiente a largo plazo.

Estas consideraciones son de enorme importancia en el contexto de la crisis actual de Venezuela que está llevando a la población hacia una crisis humanitaria compleja sobre la cual están incidiendo factores ambientales que agravan los problemas de salud, alimentación y seguridad existentes (1) En tal sentido, las organizaciones ambientales deben asumir un fuerte compromiso con la población venezolana y con el rescate de la democracia como único camino a la construcción de una sociedad sustentable.

Pero para muchos, este trabajo de defensa de la democracia es exclusiva responsabilidad de los políticos y los defensores de los derechos humanos, pero nunca de los ambientalistas. Esta idea está fuertemente arraigada en muchas organizaciones venezolanas de las que podemos llamar “técnicas” (2) en contraposición con los movimientos ambientales de base que frecuentemente han tenido un enfoque político más definido y militante.

Esta perspectiva está relacionada con la historia de estas organizaciones en el país, principalmente las que se crearon a partir del modelo de las grandes ONG de conservación ambiental de alcance global (3). En función de ello, una parte importante de las mismas trabajaron apartadas de todo activismo o conexión con los temas políticos y de las situaciones de conflicto socio-ambiental que se han venido produciendo en el país.

En contraste con estas circunstancias, la historia y propósitos de las organizaciones y del movimiento ambiental en gran parte del mundo han estado – y están – directamente ligadas al crecimiento y fortalecimiento de los espacios de democracia y de ampliación  de la vigencia de los derechos humanos.

En el presente artículo vamos a revisar la relación entre la democracia y el origen del movimiento global ambiental y las organizaciones que lo conforman. Así como el por qué éstas tienen – y deben tener – un papel importante en la defensa de las libertades, garantías y procesos que definen esta forma de gobierno.

De la democracia al ambientalismo

Al describir la historia del ambientalismo algunos autores citan hechos y personajes que a lo largo de la historia humana realizaron acciones o propuestas en pro de la conservación ambiental o señalan a distintos personajes tales como investigadores y divulgadores en temas ambientales (4).

Estos autores confunden la historia de las ideas, preocupaciones y el conocimiento ambiental con la historia del ambientalismo como movimiento social. Por supuesto que hay conexiones entre ambos procesos, pero el ambientalismo es un fenómeno social  y por lo tanto no surge hasta tanto la sociedad civil se organiza para actuar en los temas ambientales que le afectan (5). En ese sentido, ese movimiento se inicia en algunos países del mundo a mediados del siglo XX.

El origen de este movimiento puede trazarse a partir de los años 1960 y comienzos de los años 1970 del siglo pasado. Época en la cual se generó una profunda reacción en grandes sectores de la sociedad como producto de una serie de denuncias y alertas sobre los efectos de la degradación ambiental.

Algunos de los hitos importantes de ese momento fueron: Libros como la “Primavera Silenciosa” de Rachel Carlson en 1962, “The population bomb” de Paul Ehrlich de 1971 y la publicación del Informe del Club de Roma “Los Límites del Crecimiento” en 1972. Igualmente, eventos como la Conferencia de la Naciones Unidas sobre Medio Ambiente Humano en 1972, así como el extenso trabajo divulgativo y político de científicos como Barry Commoner y Murray Bookchin (6) entre muchos otros.

Como consecuencia de esta toma de conciencia social, se formaron una importante cantidad de organizaciones ambientalistas (7) principalmente en Norteamérica y Europa, las cuales posteriormente lograron incidir en el desarrollo de las primeras leyes dirigidas al control de la contaminación y la preservación de ecosistemas. A partir de este origen, los movimientos ambientalistas del mundo crecieron y se diversificaron de acuerdo con las características sociales y culturales particulares de cada país y región (8).

Ahora bien, la pregunta que resulta importante en este caso es ¿cuáles fueron las condiciones que permitieron el surgimiento del ambientalismo en esa época y en esos países? Del análisis de ese momento y sus circunstancias es posible extraer al menos cuatro factores:

  • La existencia de una ciencia fuerte y comprometida. El ambientalismo tiene una importante deuda con científicos profesionales bien formados, que a partir de sus logros académicos tuvieron la conciencia y las posibilidades de dar a conocer al público los efectos destructivos del crecimiento económico y la responsabilidad de empresas y gobiernos sobre estas situaciones. Es importante enfatizar que estos científicos actuaban en países con un desarrollo científico sólido y que tuvieron los medios para divulgar información de interés pública hacia audiencias cada vez más grandes fuera de los círculos académicos.
  • La existencia de sociedades con medios de comunicación autónomos basados en el derecho a la libre expresión de las ideas. La información proveniente de los científicos y  organismos internacionales fueron discutidos y divulgados por muchos medios de comunicación. Esto ocurrió en muchos casos, aun cuando las noticias difundidas no fueran favorables a los grandes intereses económicos y políticos.
  •  La existencia de sociedades con un nivel educativo avanzado. La expansión de la instrucción, particularmente la científica, en cada vez mayores sectores de la sociedad, tuvo como consecuencia que la sociedad tuviera una alta valoración de la ciencia y sus productos. Debido a ello, los aportes de los científicos que alertaron sobre el deterioro ambiental fue aceptado y valorado por sectores importantes de la población.
  • El reconocimiento de los derechos ciudadanos a la participación y la libre asociación. Todas las condiciones anteriores facilitaron el desarrollo de organizaciones sociales ambientales únicamente en países que reconocían, tanto el derecho ciudadano a participar en la toma de decisiones en los temas que afectan a la ciudadanía, como a su vez el de hacerlo a través de organizaciones autónomas creadas con ese fin.
Tales circunstancias se dieron en países con un nivel económico alto (9) pero particularmente en aquellos donde los derechos humanos y las libertades individuales y colectivas estuvieran protegidos por leyes e instituciones.

Podemos corroborar esta afirmación cuando observamos que, por el contrario, no se produjeron movimientos ambientales relevantes en países con regímenes autoritarios, sin importar su enfoque ideológico.

Posteriormente, estos vínculos fueron reconocidos por distintos gobiernos con propósitos diferentes: desde aquellos que han procurado promover una mayor conciencia ambiental en la población, hasta aquellos que buscan restringir la capacidad de los ciudadanos para incidir en temas ambientales que afecten intereses económicos o geoestratégicos.

Infortunadamente estos últimos han sido mayoría y los ejemplos abundan, desde el proceso de desinstitucionalización y de retroceso en materia de gestión ambiental sufrido por nuestro país en los últimos años (10) hasta el avance del anti-ambientalismo en los EEUU (11).

En resumen: el origen y crecimiento de los movimientos ambientalistas nacionales parece relacionarse de manera importante con la consolidación de espacios de democracia.

Asimismo, queda claro que para que estos movimientos puedan alcanzar y mantener una masa crítica social suficiente para incidir en las políticas públicas de los países, será ineludible defender y promover la existencia y desarrollo de los factores antes mencionados en cada uno de los países (11).


Del ambientalismo a la democracia

Esta historia parece tener moralejas: Los ambientalistas venezolanos, en primer lugar debemos promover el desarrollo de vínculos fuertes con los hacedores de ciencia, comunicadores, educadores y organizaciones de defensa de los derechos humanos.

Para generar estos vínculos se deben superar las tradicionales relaciones funcionales (intercambio de información, asesoría profesional, etc.) y convertirse en un movimiento interdisciplinario de rescate de los derechos ambientales venezolanos.

Pero a la vez esta acción deberá articularse con: 
  1. La lucha por una ciencia de calidad en el marco del derecho humano al desarrollo. Sin una ciencia nacional fuerte el ambientalismo se hará inefectivo y banal
  2. La lucha por la defensa de la libre expresión y la libertad de pensamiento. Sí la información ambiental no llega a todas las personas sin trabas, ni condicionamientos ideológicos sectarios o de otro tipo; no habrá comunicación ambiental posible.;
  3. La lucha por una educación de calidad para todos. Sin educación no habrá más que miseria y destrucción ambiental, y
  4. La lucha por el derecho a la participación y asociación. Sin participación ciudadana la gestión ambiental es una herramienta de dominación y sin libertad de asociación simplemente no existirá ningún movimiento ambiental.


Vincularse de esta manera tendrá como consecuencia que el ambientalismo nacional se convierta en un factor democrático y democratizador en un marco de defensa de los derechos humanos. A la vez, que nos permita participar activamente en la tarea de construir el país que necesitamos.

Y esta es una tarea urgente.


NOTAS

(1) Sobre la crisis ambiental actual es posible mencionar: El grave desabastecimiento de agua que es el peor sufrido por el país al menos en los últimos cincuenta años y que está afectando principalmente a los sectores más pobres de la sociedad. Asimismo, son importantes los efectos sobre la población de situaciones como la existencia de importantes focos de contaminación, degradación de ecosistemas que son la base de servicios ambientales y la destrucción de la biodiversidad.
(2) Organizaciones dirigidas al desarrollo de proyectos implementados bajo criterios técnicos en temas de interés para la conservación ambiental principalmente desde un enfoque global.
(3) Al respecto de las ONG internacionales. En el artículo en Mongabay: "Organizaciones Internacionales para la Conservación" describe a las organizaciones internacionales como: "...como consultores ambientales para los gobiernos y las grandes corporaciones interesadas en disminuir la contaminación, establecer áreas protegidas y conservar la biodiversidad".
(4) Algunos autores citan a diversos personajes incluyendo santos (San Francisco de Asís), gobernantes, científicos e intelectuales como iniciadores de la ideas ambientales. En el caso de Venezuela este es el enfoque utilizado en la popularización de Simón Bolívar como pionero del conservacionismo venezolano a partir del Decreto de Chuquisaca de 1825 (ver: http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/27598/1/capitulo2.pdf)
(5) En estos artículos hemos definido al ambientalismo o ecologismo como un movimiento sociopolítico que propugna la defensa de la naturaleza y la preservación del medio ambiente.
(6) En el caso de estos dos autores y precursores del ambientalismo, su contribución literaria es extensa y ocupa un período que abarca desde los años sesenta, hasta prácticamente sus muertes, a principios de la segunda década del siglo XXI.
(7) Uso el término actual de ambientalista. Pero para esa época era más común el de ecologista.
(8) El ambientalismo en algunos países de Latinoamérica se desarrolla a partir del tronco común pero posteriormente sigue una ruta propia en gran parte ligada a las luchas de sectores populares, tanto indígenas, campesinos y sectores urbanos, como producto de los conflictos sociales generados por situaciones de injusticia ambiental.
(10) En Venezuela en los últimos años se ha incrementado un proceso de destrucción intencional de las instituciones ambientales; un estrangulamiento económico de las instituciones académicas y científicos que generaban la mayor parte de la información ambiental;  la marginación de toda organización y experto que sea disidente frente a las políticas gubernamentales, así como la desacreditación y desprecio de la ciencia como factor importante en el desarrollo de políticas y programas de gestión ambiental. El último de estos fenómenos puede observarse en el enfoque dado a la Estrategia Nacional de la Conservación de la Biodiversidad 2010-2020 
(11) En el caso de los EEUU, desde científicos hasta activistas han denunciado como intereses corporativos han intervenido de manera fraudulenta y antidemocrática en las decisiones gubernamentales para evitar los controles ambientales que limitarían sus beneficios y poder. En tal sentido estas prácticas han sido denunciadas en libros tal como “Merchants of Doubt” de Naomi Oreskes y Erik Conway, o el documental “Before the flood” producido por Leonardo Di Caprio y Martin Scorseze. Este proceso destructivo  logró recientemente un avance importante debido al ascenso al poder de Donald Trump como representante de las corporaciones que han promovido el ataque contra la credibilidad social de la ciencia y las organizaciones ambientales.
(11) Más adelante necesitaremos preguntarnos cuáles fueron las condiciones para el origen de movimientos de base que incluyeron elementos ambientales, tal como ocurrió en diversos países de América Latina a partir de la reivindicación de territorios, acceso a recursos o la defensa de los derechos de las comunidades frente a la acción de degradación ambiental y expoliación de recursos por parte de empresas y gobiernos.


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