26 sept 2011

MARCELINA Y LA EDUCACIÓN AMBIENTAL EN COMUNIDADES INDÍGENAS




Pequeña, de manos fuertes y edad indefinida. Tan silenciosa que a veces pareciese que no estuviese presente. Cuando tuvo la oportunidad se presentó como artesana Warao. 

Al hablar de su trabajo se le iluminan los ojos y la sonrisa. Nos contó que ha logrado buenas ventas de sus productos. Habló también de su labor de enseñanza de artesanía usando materiales naturales en las comunidades de sus hermanos Waraos.

Aparentemente no le interesaron mucho las exposiciones de un taller de educación ambiental al cual  asistía. Quizás eran demasiado abstractas para su gusto. Pero pareció estar atenta a las intervenciones de los presentes. Al final nos regaló una despedida en su idioma, y nos cantó – y bailó – canciones tradicionales de su cultura.

Su presencia me dio mucho que reflexionar sobre la educación ambiental en comunidades indígenas.

A menudo, al hablar de educadores ambientales nos viene a la mente la imagen de una persona con un título universitario en educación o en ciencias ambientales impartiendo lecciones sobre temas ecológicos.

Esta idea resulta poco adecuada en muchos casos, y es totalmente contraproducente cuando hablamos de educación ambiental en el ámbito de comunidades indígenas.

Los conceptos ecológicos son herramientas teóricas imprescindibles para el trabajo en las ciencias ambientales. Pero con frecuencia éstas no son útiles para concebir propuestas prácticas para vivir de manera sana, segura y responsable  –  el propósito  final de la educación ambiental. Además, estos conceptos tienen muy poco sentido en la visión del mundo de los pueblos autóctonos.

Pero por otra parte, el mundo indígena también se está transformando de manera acelerada. En estas circunstancias, actualmente tampoco son adecuados algunos de sus conocimientos tradicionales para enfrentar los cambios que están sufriendo sus ambientes, sus culturas y sus sociedades.

Por ello se necesitan nuevas propuestas y nuevos enfoques para incorporar los temas ambientales a la educación en sus comunidades y territorios.

Una ruta posible, es el desarrollo de programas que permitan a estas comunidades empoderarse para afianzar el control cultural de su sus vidas. Esta acción puede motivarles a crear, de manera autónoma, nuevas visiones y nuevas rutas para alcanzar futuros sustentables, basados en la reflexión crítica sobre sus realidades.

Trabajar con estos enfoques puede parecer complejo. Pero principalmente necesita de mujeres y hombres que puedan tender puentes entre las distintas visiones humanas del mundo, y ayuden a encontrarle sentido a las ideas ambientales en el contexto de los pueblos y comunidades indígenas.

Es allí donde personas como Marcelina serán cada día más valiosas. Ellos utilizarán su sabiduría y sus capacidades de comunicación para ayudar a las comunidades indígenas a discutir sus realidades ambientales y crear nuevas propuestas de solución. Pero también volverán para  traernos a nuestro mundo nuevas visiones que ensanchen nuestros pobres conceptos sobre la vida y la naturaleza.

Al final, casi que estoy seguro que ella coincidiría, a su manera, con las ideas del escritor alemán Hermann Hesse que nos dice en su novela Siddhartha: “Yo lo aprendí del río, a ti también te lo enseñará. El río lo sabe todo y todo se puede aprender de él. Mira, ya te has enterado por el agua de que es necesario dirigirse hacia abajo, descender, buscar la profundidad”.

Foto: Fundación Tierra Viva-Delta

 Notas:
  • Marcelina Bermúdez trabaja en la Fundación Tierra Viva – Delta, en Tucupita, edo. Delta Amacuro.
  • Waraos: Son un grupo indígena que habitan en los caños o brazos que forman el delta del río Orinoco en Venezuela.
  • Las ideas presentadas sobre la educación ambiental en comunidades indígenas provienen de: Álvarez Iragorry, A. y M.A. Ortega. 2007. Comunidades Indígenas y Educación Ambiental: Un Modelo de Control Cultural. En: La Educación Ambiental Frente al Desafío Ambiental Global: Una Visión Latinoamericana. González Gaudiano, E. (Coordinador) Plaza y Valdéz / CREFAL. México.

5 comentarios:

  1. me ha encantado la reflexion que hace el articulo acerca de la educacion ambiental en las comunidades, y estoy interesada en leer el libro que se menciona al final del articulo, donde lo puedo conseguir? si fuese en formato pdf mucho mejor para no imprimirlo o comprarlo impreso. felicitaciones desde Ecuador por el apoyo en el trabajo.
    Gabriela Vallejo
    Educadora ambiental.

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  2. Hola Gabriela. Muchas gracias por tu comentario. Conseguí tu dirección en la base de datos de G-IDEA y te voy a enviar el capítulo del libro. Un abrazo. Alejandro

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  3. Que buena nota; la cual me hizo pensar mucho en la necesidad de la etnobiología por ejemplo para el caso de aplicación de programas de conservación, es interesante como expones en la nota que la señora Marcelina no le llamo la atención muchos conceptos en el taller; es por ello la necesidad de conocer la cosmovisión de comunidades aborígenes que permitan realizan estructuras educativas que sean no solo de interés sino respetando su cosmovisión (de allí lo que plantea por ejemplo el área en la que estoy al etnobiología) y en base a ello adaptarlo a programas de divulgación que permitan realizar educación ambiental, formando con valores ambientales pero que no se pierda la cosmovisión de estas comunidades. Muy buena la nota.

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  4. muy buen artículo.No podemos perder de vista que las comunidades waraos de hoy están plagadas más de necesidades básicas que de ansias por conservar la naturaleza de la cual dependen para sus artesanías:el moriche, la bora y el sangrito, recursos que usan para elaborar múltiples artesanías no están siendo resembrados o cuidados por estas comunidades por muy diversas circunstancias y creo que la educación ambiental aún con cosmovisión y respeto a su cultura podría quedarse muy corta. Por ej. el moriche se encuentra rio adentro,en zonas inhóspitas y los waraos de hoy viven en las vertientes más comerciales y visibles de los caños o en tierra firme en ciudadelas hechas en concreto, adentrarse a los caños para resembrar y hacer crecer el moriche hasta que alcance la adultez,tendria que hacerse con intervención y recursos de terceros y un acompañamiento perenne para que no decaigan en la iniciativa.

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