6 jul 2010

Educadores Ambientales de Venezuela (La gente que está trabajando para hacer un mejor país) 16 – Zulay Poggi


Muchos educadores ambientales y ambientalistas ven con cierto romanticismo lo de “ir a trabajar con una comunidad”. Pero lo cierto es que esta es un trabajo extraordinariamente duro y a ratos frustrante. Las comunidades de personas menos favorecidas, y a ratos excluidas, tienen enormes problemas y su prioridad es sobrevivir cada día. Entonces por qué deberían prestarle atención a unos problemas ambientales que contados de forma académica les suenan tan lejanos y abstractos.

Por eso admiro profundamente a aquellas personas luchadoras que se “echan al hombro” el trabajo de llevar el mensaje ambiental a las comunidades en todos los rincones del país. En particular admiro a todos aquelos que han reflexionado a partir de la experiencia para realizar acciones significativas y pertinentes a los ojos de los pobladores de esas comunidades.

Dentro de este contexto, son extraordinarios los esfuerzos en las áreas de comunidades rurales y pescadores. Allí en ese frente de batalla de la vida, en el que grupos humanos bregan cada día por cosechar los recursos a la naturaleza, es donde se consiguen las situaciones más intensas de la relación entre los humanos y su entorno, es allí donde el ambiente no es un concepto escolar,  si no una vivencia intensa y a veces cruel.

Por todo eso me enorgullece traerles las vivencias y reflexiones de Zulay Poggi, una educadora mención biología egresada de la UCAB y con una maestría en innovación tecnológica del CENDES; institución de la cual es investigadora y desarrolla un doctorado. Miembro de la ONG Asociación Punto Verde de la cual es su presidenta.

Espero disfruten de esta entrevista.

¿Puedes decir por qué eres educadora ambiental?
Porque me preocupa mucho la pasividad de la gente ante la problemática ambiental local y mundial. Creo que es muy importante que a través de una serie de actividades recreativas y educativas, lograr que la gente reflexione sobre el impacto que tiene las actividades que realiza (económicas, del hogar, etc.) en el ambiente.


¿Cómo llegaste a convertirte en educadora ambiental?
En el año 2000 el Ministerio de Ciencia y Tecnología, nos financió un proyecto de educación ambiental dirigido a poblaciones cercanas a la laguna de Unare en el Estado Anzoátegui. Comenzamos realizando estudios ambientales y socioculturales y nos dimos cuenta que uno de los factores que más afectaba la laguna de Unare, era la intervención humana. Por ello iniciamos un programa educativo dirigido a  niños y maestras de las escuelas de Boca de Uchire, el Hatillo y La Cerca, trabajo que fue sumamente difícil. Posteriormente,  incorporamos al programa a las amas de casa de la zona, lo que nos costó bastante trabajo, ya que no encontrábamos la forma de motivarlas para que asistieran a actividades tradicionales como charlas. De esta manera terminamos diseñando un programa de artesanía y ambiente, basado en la enseñanza de técnicas de arcilla y papel mache (que son ambientalmente compatibles y cuyos recursos se encuentra en la zona) para elaborar diferentes tipos de piezas, haciendo hincapié en figuras de aves y peces de la laguna. Mientras ellas elaboraban la artesanía, aprovechábamos de conversar sobre la importancia de preservación de la biodiversidad de la laguna. Durante el programa organizamos charlas con estudiantes de ingeniería ambiental de la UGMA de Barcelona y planificábamos obras de teatro ambiental con los niños de las escuelas (principalmente sus hijos), exposiciones, el autobús de la ciencia de Fundacite Anzoátegui y otras actividades más. Y finalmente, más difícil aún, incorporamos a los pescadores de la zona, mediante un programa de formación sobre  Ley de Pesca y la Ley Orgánica del Ambiente. De esa manera logramos compartir con ellos muchos conocimientos  y  experiencias, lo que sin duda alguna enriqueció nuestro programa.

Creo que durante todo ese proceso, “me convertí” más que en una  educadora ambiental en una promotora ambiental comunitaria. En ese proyecto los educadores ambientales para los niños y para nosotros, fueron realmente los pescadores, las maestras y las amas de casa.

¿Cuál es el proyecto más significativo en materia de educación ambiental en el cual has participado o participas?
 Creo que el más importante fue este que mencioné sobre la Laguna de Unare. No obstante actualmente llevamos a cabo un programa de artesanía y ambiente con la Corporación de Turismo del Estado Anzoátegui CORANZTUR, que ha contado con la participación de más de 1000 personas de las escuelas, la comunidad organizada, productores, pescadores y amas de casa,  que son capacitados en artesanía ambientalmente compatible. Mientras se dictan los talleres, se incorpora el tema ambiental. Este programa lo hemos dictado durante 3 años y a medida que pasa el tiempo lo hemos ido perfeccionando, con la retroalimentación de los participantes. Hemos ido al menos a 25 poblaciones del estado Anzoátegui. Considero que la artesanía es una buena forma de llegarles a las comunidades para incentivarlas a reflexionar sobre los problemas ambientales que los afectan directa o indirectamente.

¿Cómo ves el estado actual de la educación ambiental en Venezuela?
La situación de la educación ambiental la veo bastante grave.
 
A pesar de que en el país “están de moda” los temas del  cambio climático, el ahorro del agua y la energía, más por la escasez,  que por la afectación del problema en sí mismo (el hombre se preocupa por el ambiente sólo cuando el problema le afecta de manera directa), no hemos internalizado estos grandes problemas ambientales y nos limitamos a hacer cambios en nuestras actividades rutinarias muy pequeños,  no ahondamos en el impacto que tienen todas las actividades que hacemos en la casa, en la calle, en nuestro lugar de trabajo.

Por ello se requiere de programas educativos más profundos. Los medios de comunicación juegan un papel muy importante en todo esto. Creo que ellos deben incorporarse con seriedad en el desarrollo de campañas que promuevan la reflexión sobre las modalidades de consumo que tenemos, que es un aspecto relevante que se menciona en el convenio de diversidad biológica.

En el caso de las escuelas, sobretodo en zonas rurales del país, vemos como el tema de la educación ambiental ha cobrado bastante auge en los últimos años. En las, al menos, 40 escuelas rurales, que hemos tenido la oportunidad de visitar,  durante los trabajos de educación ambiental,  observamos  carteleras, avisos, trabajos, proyectos de aula,  etc.,  relacionados con la preservación del ambiente,  sin embargo en los alrededores de las escuelas la problemática de la basura sigue siendo bastante grave. Esto quiere decir que muchos de estos programas que pretenden ser educativos realmente no cumplen con su objetivo. Se quedan muchos en el mensaje y no interfieren en cambios de actitud.

Por eso creo que nuestra tarea es bastante dura y que debe reflexionarse también sobre la forma que promovemos la educación ambiental

¿Qué sería lo más importante que habría que hacer para mejorar la educación ambiental en el país?
Como señalé anteriormente, creo que la participación de los medios de comunicación en el desarrollo de campañas informativas, que sean impactantes y contundentes, que promuevan la reflexión sobre nuestro comportamiento es importante. Igualmente las empresas deben desarrollar más actividades dirigidas a que sus empleados realicen actividades ambientalmente compatibles. En cuanto a los educadores, deben seleccionar y diseñar estrategias que realmente promuevan la reflexión en estos temas tanto a los estudiantes como a los padres.

Un comentario final
Finalmente quiero comentar que no solo los gobiernos, los industriales, los empresarios son los únicos responsables  directos de la problemática ambiental local y mundial (obviamente que tienen una participación importante), sino que  cada uno de nosotros tenemos una cuota de responsabilidad en ello. Por ello los invito a que nos convirtamos en verdaderos educadores ambientales en nuestra casa, en nuestro trabajo y  en la calle.

6 jun 2010

Educadores Ambientales de Venezuela (La gente que está trabajando para hacer un mejor país) 15 – Jesús Delgado



Desde hace algunos años, la educación ambiental abandonó el enfoque conservacionista y comenzó a caminar el camino de la sostenibilidad. Para ello necesitó abrirse a nuevas perspectivas y nuevos enfoques en las relaciones entre los seres humanos y nuestro entorno.

Una de esas nuevas perspectivas llevó a realizar una amalgama entre la educación ambiental y la educación para la gestión de riesgo. Es decir a desarrollar propuestas educativas para formar a las personas y las comunidades a mitigar las vulnerabilidades producto del deterioro ambiental, a través del desarrollo de ambientes humanos más sanos y seguros.

En Venezuela uno de los pioneros de ese enfoque ha sido desde hace muchos años Jesús Delgado. Este geógrafo, investigador, profesor universitario y promotor de procesos comunitarios de gestión de riesgos, ha desarrollado un currículo impresionante generando y promoviendo reflexiones, propuestas y acciones dirigidas a entender nuestras vulnerabilidades y a promover  la conciencia de que debemos trabajar de manera organizada, cooperativa y responsable por una mayor seguridad para todos.

Por todo ello, estoy seguro que esta entrevista le resultará muy interesante para muchas personas y le abrirá, como a mí, la necesidad de trabajar mucho más en la gestión de riesgos socionaturales.

¿Puedes decir por qué eres educador ambiental?
Porque en el ejercicio de la docencia y en la larga carrera de la vida me he dedicado a observar y divulgar cómo es y cómo debería ser la interdependencia entre el Hombre y su Entorno, particularmente su expresión territorial, mostrando cómo impactamos al territorio con nuestras intervenciones y cómo esas intervenciones, hechas de manera inadecuada, se revierten en nuestro hábitat como desastres ambientales, que no naturales.
¿Cómo llegaste a convertirte en educador ambiental?
Ya desde estudiante en la escuela de geografía, un grupo de buenos estudiantes y mejores soñadores, creamos a principios de los ochenta, el “Movimiento en Defensa del Hombre y el Ambiente” (MEDHA) que devino ser un foro y una acción en la defensa de las comunidades autóctonas, de los parques nacionales, pero siempre con esa característica que le daba su nombre, de interpretar por qué se usaba un espacio geográfico de tal o cual modo. Lo demás fue estudiar educación y tener la fortuna de trabajar con gente tan valiosa y especial, que en la medida que uno se iba educando, inevitablemente terminaba educando.

¿Cuál es el proyecto más significativo en materia de educación ambiental en el cual has participado o participas? 
 Creo y ojalá no me equivoque, que el Proyecto denominado “Comunidad de Práctica. Capacitación Integral en Gestión Ambiental, Reducción de Riesgos y Ordenamiento Territorial” puede ser el más importante proyecto que haya desarrollado, particularmente porque aplica una tesis transformada en estrategia de articulación de actores en la reducción de riesgos ambientales, la “Estrategia V.I.D.E.O.” o Vinculación de la Investigación, la Docencia, la Extensión y las Organizaciones.


¿Cómo ves el estado actual de la educación ambiental en Venezuela?
Cualquier calificativo que le ponga no es el más adecuado, sin tener unos parámetros para decir que es el “estado” en Educación. Yo diría qué, cuando menos, hay un error de concepción, se sigue viendo a lo ambiental como un tema separado entre un conjunto discreto de temas de estudio, es como si todavía no estamos muy lejos del concepto decimonónico de “Naturaleza”, en donde quedaba muy claro al menos, que ésta era todo lo no creado por el Hombre. Eso es preocupante, porque se ha descuidado precisamente un hecho fundamental, y es que el Ambiente es esencialmente humano, se puede intervenir en él, es sujeto a pronóstico, a deterioro, pero todo ello porque somos conscientes de ello.
Y me temo que la Educación formal poco hace para concienciarnos de que eso que nuestros antepasados llamaban el “mundo”, integraba una dinámica de elementos físicos, de factores sociales, de acervo cultural, que termina configurándolo de una manera singular en cada época y en cada región del planeta pero, y tal vez sea eso de lo más importante, el Ambiente termina por modelarnos a nosotros como seres humanos. En resumen, la educación en Venezuela todavía está más cerca de los estudios de la naturaleza que de los estudios integrales del ambiente.

¿Qué sería lo más importante que habría que hacer para mejorar la educación ambiental en el país?
Entender que TODA la Educación es Ambiental, y a partir de ese presupuesto, sincerar nuestros programas educativos para qué, a través de las matemáticas, de la literatura, del arte, de la historia o la geografía, incluso de la Educación Física o de la química y la física, tengamos claro que nos estamos formando para interactuar con el Ambiente, en una interdependencia totalmente dinámica, cambiante, en la cual, cada una de nuestras acciones, repercute en el ambiente y genera – casi como lo plantea la Ley de Acción y Reacción – una consecuencia, proporcional a la magnitud y sentido que le demos a cada interacción. Luego, un ciudadano educado es aquel que entiende al Entorno que lo rodea, lo quiere y lo valora, porque sabe que si en él algo va mal, algo irá mal en su  vida misma.

Un comentario final
Muy pragmáticamente, la educación debe ser Glocal, tomando prestado un término usado por Manuel Castell, para afirmar que, tanto es importante comprender el planeta, ojalá en la manera dinámica que plantea Lovelock, como es importante comprender la dinámica de nuestro vecindario y de donde viene el aire que respiramos, el agua que nos tomamos, así como adonde van los desechos que producimos. Eso debe quedar  tácitamente expresado en nuestros materiales de enseñanza.

Y como siempre, Ambiente y Ética van de la mano…

15 may 2010

Educadores Ambientales de Venezuela (La gente que está trabajando para hacer un mejor país) 14 – Isabel Novo


Después de hacerle la entrevista a Isabel, caí en cuenta que sus virtudes más resaltantes tienen raíces profundas. Cualquiera que la conozca puede decirle que ella es una persona perseverante, paciente, trabajadora y con una enorme determinación, esas son las virtudes que uno puede conseguir en las personas que han aprendido a trabajar en el campo con la naturaleza y sus ciclos.

Asimismo, sus raíces y sensibilidad la llevaron a formarse, primero como bióloga y posteriormente como gerente ambiental, habiendo obtenido una Maestría en ese campo, así como una Especialización en Gerenciamiento de Organizaciones No Gubernamentales Ambientales.

Con todo ese equipaje a cuestas, Isabel ha desarrollado a lo largo de su vida profesional una extraordinaria labor en diversas Organizaciones No Gubernamentales de Venezuela. Asimismo, ha sido un factor de enorme importancia en la creación y consolidación de la Red de Organizaciones Ambientales No Gubernamentales de Venezuela (Red ARA)

Sin más, les invito a leer una entrevista reveladora de las fuentes que llevan a una persona a dedicar su vida a la conservación de nuestro más importante bien común, el ambiente.

¿Puedes decir por qué eres educadora ambiental?
Soy una educadora ambiental porque estoy convencida de la importancia y la urgencia que tenemos de conservar y utilizar racionalmente nuestros recursos naturales, cambiar los patrones de consumo y producción de la sociedad actual y garantizar el bienestar de la población.  Una de las mejores formas para lograrlo es a través de la educación y debemos actuar ahora antes de que sea demasiado tarde. Por ello, trato de compartir y enseñar lo que he aprendido en el área ambiental utilizando las palabras más sencillas y los ejemplos que tenemos a la mano, tomando en cuenta que la educación es un proceso y en consecuencia sus resultados son, en la mayoría de los casos, a largo plazo.

¿Cómo llegaste a convertirte en educadora ambiental?
La “herencia ambiental” viene de mi abuelo quién fue un verdadero conservacionista, construyó un huerto y una granja para obtener todos los insumos que requería para vivir en España durante la II guerra mundial sin utilizar fertilizantes, ni biocidas químicos, y cuando se mudó a Costa Rica, hizo lo mismo. Tengo para escribir un libro con las experiencias de mi abuelo, ya que sin ser agrónomo ni veterinario, sabía cómo hacer para sacar el mayor provecho de los recursos. Producía  abono orgánico con los desechos de la cocina, heces de los animales y restos de plantas, los cultivos eran el hablar de los vecinos que querían el “producto mágico” que hacía crecer las hortalizas y frutas más grandes y sabrosas (naranjas, nísperos, aguacates, guayabas, mangos, entre otras) y los animales desde gallinas, conejos y cabras paseaban por aquel huerto y jardín de muchos tipos de flores. Utilizaba un producto orgánico que producía él mismo, que no era tóxico, para eliminar y evitar las plagas en los cultivos. Hasta de injertos aprendí de él para obtener flores de diversos tonos y colores, cuando tan sólo tenía 10 años.  De sus enseñanzas durante mis vacaciones escolares de niña y adolescente en ese país, surgió mi interés por cuidar la naturaleza y luego estudiar biología.

Las motivaciones más importantes para iniciarme en el área de educación ambiental fueron, además de mis estudios en biología y en particular en ecología, las excursiones con el Centro Excursionista y Conservacionista de Biología (CECOBIO) y la oportunidad de ser “instructora de los Juegos Ecológicos en los Parques” bajo la dirección de la gran maestra, Maritza Pulido. En mi tesis de maestría intenté trabajar en educación ambiental particularmente con los juegos ecológicos, pero el hecho de ser bióloga me impidió hacerlo. ¡Qué contradicciones tiene la vida, mi tutora de tesis era bióloga y docente en educación ambiental y a mí no me permitieron hacer una tesis en este tema! Sin embargo, esta situación en lugar de desmotivarme aumentó mi interés por la educación ambiental. En 1989 el Dr. Stuart Strahl (quién también me motivó a trabajar en conservación ambiental), Clemencia Rodner y yo fundamos la ONG EcoNatura, Asociación Educativa para la Conservación de la Naturaleza, con el lema Educar para Conservar. En los proyectos desarrollados nos percatamos de que los problemas ambientales difícilmente pueden ser resueltos, a pesar de las inversiones que se realicen, si no participan directamente las comunidades involucradas y por ello la necesidad de trabajar en “educación ambiental y participación comunitaria”.

Durante los últimos 15 años he trabajado en el área educativa especialmente con docentes y comunidades. Uno de los principales motivadores para ello fue el Dr. Peter Feinsinger, a través de sus talleres sobre “Enseñanza de la Ecología en el Patio de la Escuela (EEPE)” dirigidos a docentes y con 5 días de duración.

¿Cuál es el proyecto más significativo en materia de educación ambiental en el cual has participado o participas?
Al menos dos han sido los proyectos más significativos en los cuales he participado o participo en materia de educación ambiental. El primero, los talleres Enseñanza de la Ecología en el Patio de la Escuela (EEPE) dirigidos a docentes de la primera y segunda etapa de educación básica. La EEPE es una propuesta que se apoya en la pedagogía constructivista, enfocada hacia la educación de las ciencias naturales y en particular a la ecología, donde los docentes y sus estudiantes construyen preguntas sobre su entorno (natural, social, cultural) y las responden a través de la acción. Esta “metodología” permite enfrentar los retos de dar a los estudiantes una formación de conocimientos y habilidades, y también puede ser utilizada para trabajar con comunidades, guardaparques, y guías turísticos.

El segundo proyecto más significativo y en el cual trabajo desde hace seis años, se titula “Actualización y formación de docentes de la Escuela Básica en nuevas estrategias didácticas para el enseñanza de temas ambientales y la promoción de Ciencia y Tecnología”, el cual cuenta desde el año 2008 con el aval del Ministerio del Poder Popular para la Educación. Esta iniciativa busca contribuir con la formación en valores, conocimientos y comportamientos cónsonos con la conservación ambiental y el desarrollo sustentable de nuestro país, tanto de los estudiantes de educación básica como de sus docentes. Para ello, diseñamos en la ONG VITALIS un calendario ambiental y una guía docente donde están reflejadas las principales efemérides ambientales de Venezuela. Este proyecto también incluye la Juramentación como Ciudadanos del Mundo de niños, niñas y adolescentes de escuelas públicas y privadas y participan los tres capítulos de VITALIS en Barinas, Aragua-Carabobo y el Zulia. A través de los talleres realizados en el marco de este proyecto, se han capacitado 909 docentes pertenecientes a 324 unidades educativas de todo el país. Por otra parte, sólo este año a nivel nacional, se juramentaron como Ciudadanos del Mundo 300 docentes y más de 460 estudiantes de educación básica.

¿Cómo ves el estado actual de la educación ambiental en Venezuela?
Si comparamos el estado actual de la educación ambiental en Venezuela con relación a otros países latinoamericanos, podríamos decir que a pesar de los esfuerzos realizados, la educación ambiental en el país es aún deficiente.

Si bien la Constitución venezolana contempla la obligatoriedad de la educación ambiental en todos los niveles y modalidades del sistema educativo, así como también en la educación ciudadana no formal, se necesita trabajar mucho en este tema tanto en los altos niveles de toma de decisiones como a nivel del público en general. Es lamentable el grado de desconocimiento que tienen algunos políticos, empresarios e inclusive periodistas con relación al tema ambiental.

El trabajo que realizan las organizaciones no gubernamentales en esta materia muchas veces es desconocido y por otra parte, la escasez de recursos económicos y la falta de coordinación entre los diferentes entes que tienen competencia en la materia, no permiten extender el trabajo a los niveles esperados. Sin embargo, son muchas las iniciativas que se vienen adelantando en el país y por eso nos complace saber que cada día somos más las personas e instituciones que estamos trabajando en el área.

¿Qué sería lo más importante que habría que hacer para mejorar la educación ambiental en el país?
Es difícil identificar sólo una acción para mejorar la educación ambiental en el país, por lo cual incorporó varios comentarios a esta pregunta:
  1. Dado que muchos de los problemas ambientales tienen su origen en una deficiente gestión ambiental municipal, según las evaluaciones anuales realizadas por VITALIS, se deben dar a conocer las competencias ambientales de los alcaldes y capacitar a las comunidades para ejercer la contraloría social y evaluar el cumplimiento de dichas competencias. Se debe fortalecer la educación ambiental en las comunidades y las alcaldías deben contar con más recursos para atender sus competencias ambientales.
  2. Aprovechar las contingencias como la escasez de agua y energía eléctrica y la gran promoción de campañas de ahorro de agua y energía eléctrica que se han realizado durante los últimos meses por todos los medios de comunicación social, para colocar el tema ambiental en la palestra pública. En este sentido, los medios de comunicación deben contar con espacios dedicados a dar a conocer y debatir con las autoridades ambientales y los gobiernos locales, sobre los problemas ambientales y las formas en qué cada ciudadano puede participar en la solución de éstos.
  3. Fortalecer la capacitación de los docentes ya que ellos tienen la gran responsabilidad de educar al presente y al futuro de este país, los niños y jóvenes. En este sentido, se debe orientar a los docentes sobre cómo abordar el tema ambiental en los diferentes tipos de proyectos considerados en el diseño curricular (proyecto educativo integral, proyecto de desarrollo endógeno, proyecto de aprendizaje).
  4. Coordinar las actividades e iniciativas educativas entre los distintos sectores: gubernamental, no gubernamental, empresarial y comunidades organizadas. La corresponsabilidad ambiental recae en todos los ciudadanos y tenemos el derecho a disfrutar de una vida y de un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado. Lo difícil acá sería definir quién coordina y cuáles son los mecanismos para hacerlo. Dejo el tema para la discusión de este Foro.
Un comentario final
Finalmente quisiera agradecer a Alejandro Álvarez por la invitación y felicitarlo por esta excelente iniciativa del Foro Tuqueque y de la Red FOVEA, espacios importantes para compartir y divulgar las ideas, propuestas y proyectos en el área de educación ambiental. 

3 may 2010

Educadores Ambientales de Venezuela (La gente que está trabajando para hacer un mejor país) 13 – María Alejandra Faría


Sí por casualidad alguien se encuentra con María Alejandra Faría, quizás le parezca una de esas típicas chicas playeras. Además ese encuentro podría haber ocurrido en el Parque Nacional Los Roques, en Chacachare (Isla de Margarita), en una oficina de una empresa consultora o quizás en una isla perdida en el Indo-pacífico. Pero también podrías asociarla a estudios de conservación de especies marinas, a estudios de impacto ambiental o de ecotoxicología, conseguirla dando clases en varios cursos de postgrado, o incorporada al desarrollo de rutas ecoturísticas y finalmente liderando programas de educación y divulgación ambiental. Definitivamente, ella es una persona que para nada puede considerarse típica.

Es que esta bióloga marina egresada de la UDO Nueva Esparta apenas en el 2001, parece tener el universo como límite y ese universo en particular es marino, diverso, complejo y lleno de retos. Quizás para mí lo que me pareció más interesante es su sensibilidad y voluntad de construir junto con los pobladores locales una nueva relación con sus mares y su extraordinaria diversidad. Así se aparta un poco de su perfil de persona dirigida hacia la investigación y la gestión del ambiente y se sumerge (literalmente) en los temas más complejos del trabajo educativo con comunidades.

Por todo ello, creo que esta entrevista les va a resultar más que interesante, un descubrimiento del mundo marino de María Alejandra.

¿Puedes decir por qué eres educadora ambiental?
Soy educadora ambiental porque soy madre, hija, hermana, vecina, habito en un planeta donde los hombres necesitan explicaciones y orientaciones, y donde la naturaleza está a la espera de iniciativas que van desde recuperación y protección hasta aprovechamiento sustentable. Un educador ambiental no debe limitarse a solamente planificar y coordinar un programa, consiste en vivir el cambio de actitudes, el fortalecimiento de conocimientos y saberes, incluso el de que todo está en constante cambio, en ser participes y en dar el ejemplo a través incluso de cómo ejercer nuestros derechos ambientales, lo que algunos llaman activismo, y yo llamo vivir tus pasiones.
¿Cómo llegaste a convertirte en educadora ambiental?
Luego de mi carrera como bióloga marina (UDO-NE), me di cuenta lo poco que realmente podemos hacer los científicos solos, en laboratorios y con informes y tesis que muchas veces se engavetan. Así que me dedique a hacer una maestría más integradora y tome Desarrollo y Ambiente en la USB, y en ella, gracias a la Agencia Española de Cooperación Internacional con su proyecto Araucaria en el 2003,  logré unir mis conocimientos de  análisis pesqueros con un programa socio –ambiental con los pescadores del Archipiélago Los Roques donde se mantenía una retroalimentación entre los resultados estadísticos pesqueros de langostas y las expectativas y necesidades de la comunidad pesquera. Con ese trabajo me di cuenta lo importante y gratificante de co-construir realidades y soluciones ambientales con los actores, y desde allí hasta la fecha es una gratificación personal el poder trabajar de esta forma. El poder “traducir” la biología, ecología y estrategias de conservación y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales a la población común y llamar la atención para que colaboren ha sido un reto profesional y personal, y de allí han surgido por ejemplo las Guías Didácticas de Tiburones, de Iguanas y próximamente la de Langostas Espinosas, gracias al apoyo de la editorial de Fundación Empresas Polar.

¿Cuál es el proyecto más significativo en materia de educación ambiental en el cual has participado o participas?
Ese proyecto es el proyecto de mi vida. Me he dedicado a hacer de mi vida y orientar las cosas que me gustan hacer dentro del contexto de la educación ambiental. Actualmente ese proyecto de vida lleva el nombre de Oycos, y junto con mi tesis doctoral en Innovaciones Educativas está estableciendo prácticas, modelos y aproximaciones teóricas de educación para el desarrollo sustentable, con especial énfasis en zonas costeras. Otro punto fuerte, es la búsqueda de la integración de las diferentes ONGs, fundaciones, comunidades organizadas a través de una meta común: la educación ambiental.

Oycos es una iniciativa orientada a fortalecer dentro de las instituciones públicas, privadas, cooperativas, consejos comunales, comunidades educativas, organización no gubernamentales, asociaciones, fundaciones, y comunidad organizada en general la educación para el desarrollo sustentable. Con su slogan: “Preservar su población es mantener vivo el planeta” la iniciativa pretender hacer comprender, a través de medios didácticos y estrategias innovadoras de educación, la importancia de preservar la biodiversidad (de especies, de ecosistemas, genética y cultural), y el rol que cada ser humano y comunidades pueden desempeñar para co-construir, planificar y ejecutar proyectos con miras a un desarrollo sustentable y para ejercer sus derechos ambientales.

Hasta los momentos Oycos (www.oycos.org) ha fortalecido iniciativas fundamentalmente en la Isla de Margarita (Venezuela), también en la Isla La Tortuga, Archipiélago Los Roques y Los Testigos, y zonas costeras de Venezuela; y en el Océano Indico (La Réunion y Madagascar). Así entre los temas trabajados están: tiburones (CIT), iguanas (ABRAE), refugio de animales silvestres (Fundanisil), reciclaje (Empresas Polar, Abrae, Econatura 7), langosta espinosa (AECI, IEA, Insopesca), educación ambiental (Gobernación del Estado Nueva Esparta, Zona Educativa Nueva Esparta, Fundación Empresas Polar, Ministerio de Ambiente Venezuela, Cooperativa Transmar, SIGO), cetáceos (Cetamada en Madagascar y SeaVida en Venezuela), protección de animales domésticos (Fundación Josefina Narváez y AAMOR), el agua y plantas de tratamiento de efluentes (Hidrocaribe), humedales (ABRAE, Inparques), alianzas socio-ambientales (Red Socio Ambiental para el bienestar de la Fauna Silvestre del estado Nueva Esparta, Fundanisil), pesca sustentable (Cooperativa Cotrapmar, Insopesca), reforestación y restauración ecológica (Biomacanao, Inparques, Ministerio del Ambiente), manejo de zonas costeras (MinAmb), corales y sus comunidades asociadas (PARETO/ARVAM en La Reunión, Océano Indico), tortugas marinas (Kélonia en la isla La Réunion, Océano Indico, y en Venezuela con Econatura 7 y Fundación Tarbay).

¿Cómo ves el estado actual de la educación ambiental en Venezuela?
La cantidad de iniciativas de educación ambiental en nuestro país ha ido en incremento, algunas veces con bases débiles y otras con esfuerzos aislados, y en otras oportunidades es tomado como bandera de fundaciones o instituciones para “hacerse propaganda” o para conseguir financiamiento a sus proyectos ya que el lineamiento de educación ambiental está “de moda”. Sin embargo, dentro de todas estas causas, existen iniciativas únicas que han demostrado que la educación ambiental se relaciona con el esfuerzo continuo, con la participación de múltiples actores, y si bien sus resultados más esperados se presentan a menudo a largo plazo la garantía es que una vez que se establecen bien sus bases es un proceso que sigue su inercia. Pero tengo fe que la creatividad de nosotros los venezolanos combinada con el trabajo en equipo que debemos aprender a coordinar, permitirá que un futuro no muy lejano podamos disfrutar de nuevas generaciones y un cambio en como interactuamos los seres humanos con nuestro planeta.

¿Qué sería lo más importante que habría que hacer para mejorar la educación ambiental en el país?
  • Fortalecer las políticas nacionales en la materia, y la coordinación de una gestión nacional que se retroalimente de todas las experiencias promovidas a lo largo del territorio nacional.
  • Unión entre las fundaciones e institutos que se dedican a la EA, para unir esfuerzos, recursos humanos, metodologías, discursos, recursos financieros e iniciativas comunitarias. A veces una escuela tiene además de sus actividades normales la visita o iniciativa de una fundación de reciclaje, otra de animales domésticos, otra de energía solar, otra de animales silvestres y es mucha la información que reciben y poco lo que asimilan si tomáramos en consideración unir en un mismo programa bien estructurado estos temas y actividades que refuercen no sólo su aprendizaje sino también las actitudes y sus posibilidades de participación. 
  • Romper paradigmas primero en los educadores ambientales, para poder generar esos cambios que tanto deseamos en las comunidades en general.
  • Generar material de apoyo para docentes y comunidades de forma tal que sirvan de apoyo al proceso de transformación en dichas comunidades.
Un comentario final
“En la desesperación de ver el mundo he querido detener el tiempo de la niñez. Si, al verlos amontonados en alguna esquina, en esas conversaciones herméticas que para los grandes no tienen grandes importancia, he sentido la necesidad de paralizar el curso del tiempo. Dejar a esos niños para siempre ahí, en esas veredas, en ese universo hechizado. No permitir que las suciedades del mundo adulto los lastimen, los quiebren. La idea es terrible, sería como matar la vida, pero muchas veces me he preguntado en cuánto contribuye la educación a adulterar el alma de los niños. Es verdad que la naturaleza humana va transformando los rasgos, las emociones, la personalidad. Pero es la cultura la que le da forma a la mirada que ellos van teniendo del mundo. Es urgente encarar una educación diferente, enseñar que vivimos en una tierra que debemos cuidar, que dependemos del agua, del aire, de los árboles, de los pájaros y de todos los seres vivientes, y que cualquier daño que hagamos a este universo grandioso perjudicará la vida futura. ¡Lo que podría ser la enseñanza si en lugar de inyectar una cantidad de informaciones que nunca nadie ha retenido, se la vinculara con la lucha de las especies, con la urgente necesidad de cuidar los mares y los océanos!” (Ernesto Sábato – La Resistencia)

19 abr 2010

Educadores Ambientales de Venezuela (La gente que está trabajando para hacer un mejor país) 12 – Jaime Bolaños



La imagen que la mayor parte de los venezolanos tenemos de ballenas, orcas y delfines proviene de películas extranjeras filmadas en mares fríos. Sí alguien nos habla de esos organismos en nuestras costas creeremos que nos están tomando el pelo.

Esta situación se debe a que la mayor parte de la población urbana de Venezuela cada vez se aleja más del contacto y conocimiento empírico de la biodiversidad venezolana, y cada vez más nuestra experiencia de contacto con animales y plantas es a través del cine y la televisión. Por eso percibimos a nuestra biodiversidad como un hecho lejano y sin ninguna trascendencia para nuestras vidas.
Pero un grupo de venezolanos está buscando cambiar esa situación, y han trabajado fuertemente por llevar a las comunidades el conocimiento de su biodiversidad. Así encontramos personas trabajando con osos frontinos, tiburones, cotorras margariteñas, dantas, iguanas, tortugas marinas, jaguares y cetáceos, para sólo nombrar a los que trabajan en la conservación de especies animales.

Entre ellos, resulta de enorme valor y trascendencia el trabajo que desde hace nueve años viene realizando la ONG Sea-Vida en las costas del estado Aragua. Este equipo de trabajo es liderado por Jaime Bolaños, su fundador  y director ejecutivo. Jaime es un biólogo y conservacionista con una visión integral de su trabajo conservacionista.

Más allá de un currículo impresionante como especialista y referencia nacional e internacional en la conservación de cetáceos, su trabajo le ha llevado a desarrollar un proyecto educativo cuyo foco está en promover la apropiación afectiva y responsable de las comunidades costeras con su biodiversidad costera y en particular con esas maravillas de la naturaleza que son los cetáceos en sus múltiples especies.

Sin más presentaciones, aquí les coloco la entrevista a Jaime Bolaños:

¿Puedes decir por qué eres educador ambiental?
Bueno, fíjate que aunque fui formado como investigador, llegó un momento en el cual me di cuenta de que la información que estaba en capacidad de generar debía ser dirigida no sólo para consumo de los lectores de las revistas indexadas, sino también a los miembros de las comunidades que me ayudaban a hacer mi trabajo o que de alguna manera podrían estar interesados en las mismas especies estudiadas. En mi caso particular, poseo algo de vocación docente y por eso pienso que dar el paso de científico básico a educador ambiental tal vez no me costó mucho trabajo. Soy un admirador de los docentes que realizan su trabajo por verdadera vocación y valoro enormemente el poder multiplicador que poseen para formar ciudadanos ambientalmente sensibles.

¿Cómo llegaste a convertirte en educador ambiental?
Mi primer encuentro formal con la educación ambiental fue durante mi formación como Guardafauna, en la época en que para ingresar al Cuerpo Nacional de Guardafaunas del entonces Servicio Autónomo Profauna, se requería de la realización de un curso de entrenamiento. Durante mis primeros cinco años al servicio del Ministerio, mi trabajo consistía en detectar infracciones a la Ley de Protección a la Fauna Silvestre e instruir expedientes sancionatorios relacionados con tales especies. Allí aprendí que el Estado no tenía suficientes guardafaunas ni funcionarios para prevenir todas las infracciones, por lo tanto, adquirí la convicción de que una buena parte de los esfuerzos debería ser dirigida a dotar a los ciudadanos de la motivación necesaria para que, por su propia cuenta, mantuvieran una conducta ambientalmente responsable, aún sin estar vigilados. Eso se puede lograr mediante la educación y sensibilización ambiental.

¿Cuál es el proyecto más significativo en materia de educación ambiental en el cual has participado o participas?
Más que un proyecto, yo te diría que esto ha sido una evolución, producto de varios proyectos. En los actuales momentos, después de 14 años de trabajo con la comunidad ocumareña y, producto de nuestra inserción como unos miembros más en la comunidad local, hemos establecido una serie de alianzas institucionales e individuales con las que le hemos dado forma a una iniciativa conjunta que hemos denominado “Educando Educadores para el conocimiento y conservación de especies y hábitats marinos en el Municipio Ocumare de la Costa de Oro”, proyecto para el cual tenemos financiamiento de la Fundación Rufford. Va fundamentalmente dirigido a sensibilizar a docentes y estudiantes para la conservación de SUS delfines, SUS ballenas, SUS bosques de manglar, SUS arrecifes coralinos, SUS praderas de Thalassia, SUS larvas y alevines de peces, en fin, de su entorno marino-costero. Uno de los factores de motivación en los que más énfasis ponemos es que allí se crían las larvas y alevines de esas especies de peces de los cuales algún miembro de la familia depende para llevar el sustento a su casa.

¿Cómo ves el estado actual de la educación ambiental en Venezuela?
La percepción que tengo, y aclaro que puedo estar equivocado, es que a una cierta proporción de los educadores nos hace falta un mayor nivel de coherencia entre nuestro discurso y nuestras acciones. Me explico: si le hablo a mis alumnos de la importancia de mantener el aula limpia, pero después me ven arrojando la colilla de un cigarrillo a la calle, en primer lugar, no me van a respetar y, en segundo lugar, van a repetir esas acciones.
 
¿Qué sería lo más importante que habría que hacer para mejorar la educación ambiental en el país?
Con la base de mi experiencia en la costa de Aragua, te diría que un mayor apoyo, entrenamiento y sensibilización para los docentes de los centros de ciencias de las instituciones educativas, y que se les reconozcan las horas dedicadas al Centro como horas académicas. Más salidas al campo o a los alrededores de la escuela, para explorar su entorno con ojos de científico. Mayor articulación entre docentes y el sector científico. Para mi equipo, la naturaleza se convierte en un aula y hemos encontrando que en una sola “expedición pedagógica”, podemos cubrir tópicos de Biología, Física, Química, Matemáticas, Castellano, Inglés, en fin, cada docente puede lograr algunos de sus objetivos académicos abandonando su aula y explorando su entorno inmediato.

Un comentario final
Indudablemente, en lo que respecta al campo en el cual me desenvuelvo, hace falta un mayor apoyo de varios entes gubernamentales para con el trabajo y las iniciativas de las ONG y no estoy hablando sólo de la parte financiera. La gran mayoría de las organizaciones no gubernamentales somos o podemos ser las mejores aliadas de las autoridades en el logro de fines comunes y, para el caso de los cetáceos, lo hemos demostrado con la producción de más de la mitad de la información científica generada en el País desde los años 70 hasta la fecha. Ese me parece que es un logro no sólo enorme, sino gigantesco, dado que la mayoría de las organizaciones que estamos en esto, contamos con presupuestos extraordinariamente exiguos. Algo más de apoyo y articulación redundaría en mejores resultados a favor de nuestra diversidad biológica.

5 abr 2010

Educadores Ambientales de Venezuela (La gente que está trabajando para hacer un mejor país) 11 – Gustavo José Mendoza Reyes


Luego del paréntesis para hacer un resumen con los primeros diez, me propuse la idea de encontrar nuevas voces y distintas miradas sobre el tema de la educación ambiental en Venezuela.

En esa búsqueda me encontré con Gustavo José Mendoza Reyes, un educador ambiental de Barquisimeto, Edo. Lara. Lo primera particularidad de Gustavo es que sólo tiene diecisiete años y una trayectoria por demás interesante.

Ustedes dirán que en este caso estoy empujando demasiado el concepto de educador ambiental y caí en el error de considerar como tal a cualquiera que se considere más o menos ambientalista y haya dado cuatro charlas. Eso no sería nada raro en un país donde CUALQUIERA se considera educador, sin haber realizado ningún esfuerzo de desarrollarse como tal. Pero en este caso permítanme presentarle a Gustavo y ustedes se harán su propia opinión.

Este joven bachiller en Ciencias y estudiante de la carrera Ing. Agronómica de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) es miembro fundador del Huerto “Los Ayamanes”, Centro de Educación Ambiental para Niños y Jóvenes; forma parte del equipo del programa radial “El Baúl de Jacinto” transmitido por Gente 89.7 Fm con un espacio de ambiente y ecología llamado “En Contacto con la Conservación”; ha participado en canales de televisión regionales, en programas como  “Cosas de Niños” transmitido por Telecentro y “Una Buena Mañana”, por Promar TV, con micros y espacios ambientalistas, y cómo parece que aún le sobra tiempo, ha sido monitor de programas vacacionales para niños y es practicante de Karate Do, 3er Kyu, cinta azul, perteneciente a la Organización Nippon Budo Sosei Kai.

Gustavo es el ejemplo claro que la educación ambiental es una vocación que puede expresarse a cualquier edad y que resulta de un proyecto de vida que nace de la sensibilidad ambiental y se traduce en la necesidad de trabajar para que a cada vez más personas les llegue el mensaje ambiental. Además a este joven lo que le falta en edad y formación, lo compensa con sensibilidad, voluntad y el hecho de ser parte de un núcleo ambientalista que es su propia familia.

Disfruten de esta muy interesante entrevista.

¿Puedes definirte como educador ambiental?
Desde muy pequeño me ha gustado todo lo relacionado al ambiente, siempre he creído que los animales, la vegetación, los ríos, las montañas, en fin toda la naturaleza, son importantes y juegan un papel fundamental en este planeta. Mis padres, siempre han manifestado mucho amor y respecto por la naturaleza, y ello definitivamente nos ha marcado tanto a mis hermanos como a mí desde muy pequeños, por eso considero que mi vocación como ambientalista viene desde mi infancia, y como anécdotas podría contarte desde los trabajos de campo a los que mi mamá me llevaba, hasta las clases a las cuales tantas veces la acompañé cuando ella hacia su carrera universitaria, e incluso sus profesores llegaron a convertirse en los míos también.

De igual forma fue también importante, el hecho de participar permanentemente en planes vacacionales con sentido ecologista, para luego convertirme en monitor o facilitador, en esos mismos espacios en los cuales me formé, lo que me ha permitido compartir con niños y jóvenes, ese amor y aprecio hacia nuestro ambiente.

Me considero un educador ambiental porque aprendo y facilito eso que aprendo. Resulta extraordinario cuando te das cuenta que tienes el compromiso, no sólo contigo mismo, sino con la propia naturaleza,  de  compartir lo que sabes con toda esa cantidad de gente que quiere que le enseñes

¿Cómo llegaste a convertirte en educador ambiental?
Un buen día me senté a reflexionar lo que hacía, fue como un tanto difícil porque realmente no comprendía si estaba enseñando, si estaba siendo un verdadero educador ambiental,  pero las palabras sabias llegan en el momento oportuno, y mi madre, a quien le comenté sobre esa confusión me hizo comprender que si era cierto, que esos conocimientos estaban llegando a los niños, y ellos estaban dispuestos a aprender de mi, aprender lo que yo sabia y quería que ellos comprendieran; fue así como realmente entendí y puedo decir con mucho orgullo que soy un Educador Ambiental, a Dios le doy gracias por esta gran oportunidad.

¿Cuál es el proyecto más significativo en materia de educación ambiental en el cual has participado o participas?
Yo diría que me encuentro marcado por tres proyectos, los cuales tienen un importante valor para mí.

En primer lugar, el Huerto Los Ayamanes, sembrando por el Planeta, un Centro de Educación Ambiental conformado por niños, adolescentes y jóvenes, donde realizamos muchísimas actividades como talleres, charlas, jornadas, festivales, círculos de discusión, y actividades ecológicas y recreativas, todas relacionadas con temáticas ambientales y de conservación. Inicialmente, nació con la  idea de  poder comunicar, y mostrarle al resto del mundo lo importante y valioso que es la protección y conservación de nuestro planeta y todo lo que en él habita, es así como lo refleja nuestro eslogan. Dirigiéndolo a niños y jóvenes, porque somos la generación de relevo, y debemos luchar para proteger esta gran casa donde vivimos, la cual nos proporciona y nos regala muchísimos beneficios.

Cuando lo fundé, quise colocarle un nombre que exaltara nuestros raíces y antepasados, nuestros ancestros, y para ello consulte muchísimo material acerca de los indígenas, encontrando en un libro de poesía e historias, un grupo maravilloso el cual era nombrado por casualidad, que destacaban por la gran afinidad y acercamiento con la naturaleza y todas las cosas maravillosas que ella podía brindarles: “Los Ayamanes”, tribu de indígenas que pobló nuestro estado Lara hace muchísimos años. De igual forma, el hecho de llamarse “Huerto” también tiene un significado, porque este es el lugar donde se cultiva, y particularmente aquí, se siembran conocimientos, iniciativas, valores; “El Huerto los Ayamanes”, es parte de mi vida y lo seguirá siendo por siempre.

En segundo lugar, la realización de mi  proyecto de investigación de 5to año,  que siendo un requisito de grado, significó mucho más que eso, por cuanto se convirtió  en una experiencia única y un gran aprendizaje. Éste tuvo como objetivo principal determinar el grado de conocimiento que tenían las docentes de educación básica de la Unidad Educativa Colegio “José Rafael Pocaterra” acerca de la Educación Ambiental, para ello se involucraron a las maestras y sus alumnos en la ejecución de las III Jornadas Ambientales Protege Nuestro Planeta del Huerto Los Ayamanes, y se creó el I Festival Ambientalista 2009 del colegio,  el cual tuvo como tema central “Especies Venezolanas en Peligro de Extinción”. Lo más importante y valioso de esta actividad, fue el trabajo conjunto y sostenido de estos niños y sus facilitadoras, lo cual fue comprobado mediante el seguimiento de toda la serie de actividades efectuadas, donde no solamente los alumnos aprendieron y conocieron sobre muchas especies en peligro y su situación actual, si no, que cada maestra trabajó con mucha entrega, entusiasmo y dedicación. Al observar esas cosas, sientes que has sido recompensado, y confirmas tu verdadera pasión como un educador.

Finalmente, y no por eso menos importante, mi paso por algunos programas televisivos como “Cosas de Niños”, con micros como “Cuidando tu mundo” y “Animales Asombrosos”; y luego, la oportunidad que tuve de participar con una sección de corte ambiental en “Una Buena Mañana”, programa cuyo público era completamente diferente, lo significó un verdadero reto para mí, porque estaba dirigido a adultos, especialmente amas de casa, y donde se daban consejos de cómo con actividades sencillas y prácticas podíamos contribuir al cuidado y mejoramiento del ambiente.

En la actualidad, tengo a mi cargo la sección “En Contacto con la Conservación”, trasmitida todos los lunes por el programa radial “El Baúl de Jacinto” a través de Gente 89.7 FM, la cual cuenta con un equipo excelente de producción y dos extraordinarios locutores, Froilán Álvarez y María Lovera, quienes me han dado esta fabulosa oportunidad y de quienes he aprendido mucho. Esta sección está orientada al desarrollo de temas ambientales con una visión educativa, cuyo fin último es el de promover valores hacia la conservación de nuestro planeta y todos los recursos y maravillas que en él se encuentran.

¿Cómo ves el estado actual de la educación ambiental en Venezuela?
Esta es una interrogante que siempre ha sido de gran preocupación para mi grupo familiar, al encontrarnos involucrados en esta área, siempre estamos en una constante búsqueda de la vía más acertada hacia una efectiva educación ambiental. Mi mamá, por ejemplo, es una luchadora incansable, ambientalista de profesión que se dedicó a la enseñanza y que al trabajar con sus alumnos de nivel superior, permanentemente se plantea el reto de dejar en ellos la inquietud, la preocupación por el ambiente; mi papá, abogado y también docente universitario, se ha dedicado a estudiar y promover todo el marco legal ambiental venezolano, como una forma de que la gente conozca que en este país si existen leyes que protegen a la naturaleza y sus recursos.

Particularmente considero, que la educación ambiental en nuestro país está comenzando a tener un espacio importante, de hecho la información se está difundiendo y poco a poco ha ido llegando a los distintos niveles, ahora la tarea más importante para nosotros es que se logren verdaderos cambios de conductas, por ello es  importante que podamos trabajar todos para este fin común.

¿Qué sería lo más importante que habría que hacer para mejorar la educación ambiental en el país?
Lo resumiría en dos palabras: “Deconstruir” para luego “Construir”, todo ello en pro de un mundo mejor.

Un comentario final
Primeramente quiero agradecer la oportunidad de participar en esta serie de entrevistas, me siento honrado por haber sido seleccionado. Además quiero felicitarlos por trabajo de divulgación que efectúan a través de la red, a la cual espero poder sumarme, con el esfuerzo conjunto, podemos lograr grandes cosas y de seguro nuestra “Pacha Mama” lo agradecerá.

Mil Gracias y muchos éxitos.

22 mar 2010

Educadores Ambientales de Venezuela (La gente que está trabajando para hacer un mejor país) Los primeros diez




“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles”
Bertolt Brecht

He decidido hacer un alto en las entrevistas de los educadores ambientales de Venezuela para hacer una primera mirada a las entrevistas publicadas hasta ahora, y así tratar de conseguir algunos patrones e ideas comunes, quizás incluso algunas pistas acerca de las tendencias e identidad de la educación ambiental en Venezuela.

En beneficio de los que no hayan leído las entradas anteriores, les resumo cómo va esto: En julio pasado comenzamos a publicar en este blog una serie de entrevistas a educadores ambientales de Venezuela. El cuestionario de la entrevista era sencillo, formado por cinco preguntas abiertas y un comentario libre al final. Las preguntas se repitieron en todas las entrevistas de tal manera de poder tener una base común de comparación.

Otro elemento importante fue el criterio de selección de los participantes. En particular se quería contactar con personas que estuvieran ligadas a proyectos educativos ambientales de largo plazo; que estuvieran laborando en los distintos ámbitos del territorio nacional y que usaran temas y enfoques novedosos e interesantes.

Estos criterios  excluyeron (al menos en esta etapa) a las personas que trabajan únicamente como docentes de educación formal. Pero además de esta, no había ninguna otra limitación referida a edad, formación profesional, orientación ideológica o tema de interés en el campo ambiental.

Con esta idea en mente, publicamos las opiniones, ideas y querencias de Esmeralda Mujica, Maritza Pulido, Pablo Kaplún, Carelia Hidalgo, Anita Reyna, Cecilia Gómez, Nay Valero, María Eugenia Gil, Jordana Ayala y Marisabel Santana.  Sus respuestas fueron variadas, nos contaron sobre importantes proyectos y nos hablaron sobre su visión de la educación ambiental en Venezuela.

¿Qué elementos comunes o interesantes conseguimos?
El primero que salta a la vista, es que en esta muestra, la enorme mayoría son mujeres (Pablo: vaya compromiso el tuyo de representar a todo el gremio tú solo) No es que no invitáramos a más hombres a hablar, pero quiénes aceptaron la invitación con mayor entusiasmo fueron las mujeres. Por otra parte, no estoy seguro sí esta tendencia pueda estar relacionada con que la educación en nuestro país, al menos en los niveles iniciales, sea una profesión mayoritariamente femenina o también al enorme crecimiento de la profesionalización y visibilidad social de las mujeres en Venezuela en las últimas décadas. En todo caso son el grupo que ha estado más dispuesto a expresar sus ideas y valorar los esfuerzos que han realizado.

Igualmente, hay variados sitios de trabajo, principalmente ONG y universidades. Incluso los que combinan más de un sombrero (todavía no logro vencer la reticencia a hablar libremente de los que trabajan en la administración pública)

Así mismo parece que es posible transitar el camino de la educación ambiental desde muy variados inicios. Si nos atenemos a la formación inicial de este primer grupo encontramos a tres educadoras, dos ingenieras: una agrónoma y otra en conservación de recursos naturales renovables, una bióloga, un geógrafo, una actriz de teatro, una periodista y una TSU en administración e informática. Muchos caminos conducen, no a Roma, si no a la educación ambiental. Lo que finalmente importó no fue donde se iniciaron, sino la pasión con que transitaron sus caminos. Para la mayoría, como nos cuenta María Eugenia, hacer lo que hacen es celebrar la vida.

A pesar de los diferentes orígenes, la mayoría nos habla de cómo ha buscado desarrollarse como profesionales de la educación ambiental, algunos incluso con un alto nivel de formación. No importa dónde se iniciaron lo que importa es que se están preparando continuamente para la acción educativa ambiental.

Lo que los une, es una fuerte vocación de servicio: Casi todos hablan de la necesidad de educar, de ayudar, de actuar frente al deterioro de la naturaleza,  así como también como nos dijo Pablo, “poner la ciencia al servicio de la gente”. La educación ambiental es una pulsión que empuja y transforma, es, como dice Nay,  comprender que ser educador ambiental es un proyecto de vida.

La mayoría tuvieron grandes influencias que los marcaron: padres, maestros, profesores, hasta figuras de la conservación. Muchos tuvieron contacto temprano con la naturaleza y los problemas ambientales. Así Cecilia nos habla con orgullo de la influencia que tuvieron su padre y sus profesores y Anita y Jordana nos cuentan de las excursiones y campamentos que realizaron cuando eran niñas.

Muchas de estas personas son aún jóvenes, pero en su mayoría tienen una larga trayectoria de trabajo educativo y activismo ambiental y social, tal como nos relató Jordana que viene trabajando en el ambientalismo desde la época de Río 92.

Es muy interesante ver que muchos de los entrevistados hablan de que al inicio de sus carreras un proyecto en el que se involucraron, los impactó de tal manera que los impulsó hacia la educación ambiental. Es dramático oír a Marisabel recordar como la visión de aves muertas y niños asustados que vio en un operativo contra la extracción ilegal de fauna silvestre, la empujó hacia la educación ambiental de las comunidades.

Un alerta que nos dejan, es que muchos de los proyectos de gran importancia en los cuales nuestros entrevistados fueron actores principales, ya no existen o fueron desvirtuados.  Un ejemplo triste nos lo trajo Esmeralda al contarnos como el proyecto del Ecomuseo de San Esteban, es ya "historia"  a pesar del extraordinario trabajo de desarrollo social que nació de relacionar el patrimonio histórico-cultural con el patrimonio ambiental. Pero a la vez, muchos siguen luchando, hasta con las uñas, por mantener a largo plazo sus proyectos "imposibles"; y así sigue adelante, a pesar de todo,  proyectos como el  CenecoAgro y “Mi pequeño planeta” como nos cuentan Carelia y Marisabel respectivamente. Igualmente, es hermoso sentir el enorme orgullo con que Jordana y Anita nos hablan de los proyectos de la Fundación Tierra Viva.

¿Hay alguna conclusión preliminar en este primer corte?
Me quedó claro que hacer educación ambiental en Venezuela es asunto de una pasión por la naturaleza y por el ser humano. Es también tratar permanentemente de responder con acciones a la pregunta con que nos interpela Esmeralda: “¿de verdad la educación ambiental sirve? O es algo que inventamos, pero no lo sabemos expresar a los demás seres humanos lo que queremos”

Finalmente entiendo que la educación ambiental en nuestro país está siendo hecha por  personas luchadoras, tercas y con una visión de servicio en la vida. Todos luchan contra las dificultades, a veces de manera muy intensa y dura, pero todos parecen creer vivamente en la extraordinaria frase que nos regaló Maritza: “el pecado más grande es no hacer nada porque piensas que solo puedes hacer muy poco” E. Burke (1729-1797).

Hasta las próximas diez.

8 mar 2010

Educadores Ambientales de Venezuela (La gente que está trabajando para hacer un mejor país) y 10 – Marisabel Santana


Al principio me parecía un proyecto un poco complicado conseguir a diez personas que estuvieran haciendo proyectos educativo-ambientales en Venezuela. Por supuesto que sabía que existen muchísimos educadores ambientales en el país, pero buscaba a aquellos que estuvieran relacionados con proyectos trascendentales, profesionales y sustentables en el tiempo que sirvieran como ejemplo de lo posible. Quizás me dejé llevar por el pesimismo de una época en que tantas crisis nos asaltan. Pero ahora me doy cuenta que mi temor era infundado, que son innumerables, que la mayoría realiza esfuerzos callados y constantes. Me encontré con personas voluntariosas, solidarias y positivas que no se dejan arredrar por las dificultades y que todos los días avanzan un poco más y nunca se resignan al "no se puede". A pesar de eso,  no son reconocidos por las instituciones, ni los medios de comunicación social, ni conocidos por una mayoría de nosotros los educadores ambientales. Ahora sé que puedo traer a este blog a a muchos más para que todos los conozcamos y reconozcamos. Por esto, luego de esta entrevista número 10 voy a hacer un breve alto para hacer un resumen de lo más importante que hemos encontrado en esta experiencia y luego seguiremos con los próximos veinte o treinta, quién sabe, educadores ambientales que están trabajando, de verdad, para hacer un mejor país.

Hoy les presento a Marisabel Santana, artífice del programa “Mi Pequeño Planeta” que durante veinte años se ha venido desarrollando en el Zoológico Paraguaná. Marisabel es como antes se decía con mucho orgullo: “una maestra” y así se formó desde muy joven al haberse formado como Maestra Normalista en la Escuela Normal Miguel Antonio Caro. Posteriormente se graduó como Licenciada en Educación en el Instituto Pedagógico de Caracas y comenzó a especializarse en educación ambiental a través de múltiples cursos y programas de especialización. Actualmente es la referencia más importante en educación ambiental en el estado Falcón, territorio con una larga tradición e historia de formadores y gente luchadora.

¿Puedes definirte como educadora ambiental?
Soy maestra por vocación, convicción y profesión; es mi forma de vida, si llegase a reencarnar no dudaría en volver a convertirme en educadora.

Mi comunión con la naturaleza comenzó en la población de Jadacaquiva, pueblo del Estado Falcón en el año 1980, en esos momentos cumplía funciones ad hoc, para el Ministerio del Ambiente, como apoyo educativo  a la guardería ambiental de la región.

En un decomiso ejecutado a un grupo de pescadores que traficaban con aves canoras (turpiales, arrendajos, cardenales) entre otros,  atrapados para ser vendidas en las Antillas Neerlandesas de Aruba y Curazao; observe con asombro sobre el suelo de la embarcación, una alfombra de pájaros muertos deshidratados  y a un grupo de niños de muy corta edad asustados;  pues ellos eran los principales actores del ecocidio. Impactada por estas vivencias decidí utilizar los conocimientos adquiridos en la docencia para ejercerlos en el universo ambiental. 

¿Cómo llegaste a convertirte en educadora ambiental?
Para ejercer la docencia, me preparé como Maestra Normalista, luego curse estudios para lograr la Licenciatura en Educación; como Educadora Ambiental me formé a través de vivencias en ambientes naturales y talleres fuera del país; ya que la especialidad tiene poco tiempo en  nuestras universidades. Hace 2 años me dieron el título de Monitor Ambiental, después de ejercer como tal desde hace 26 años.

En el año 1985, Petróleos de Venezuela inauguró en la Península de Paraguaná, el Parque Zoológico Gustavo Rivera (hoy Zoológico Paraguaná), por mi condición de educadora, me designan directora de la institución. El perfil de esta nueva organización estaba planificado para desarrollar programas educativos por la comunidad. Nuestra primera estrategia fue mostrar en las exhibiciones sólo animales de la fauna autóctona, porque percibimos que la ciudadanía conocía la africana, pero desconocía la nacional.

En la práctica los promotores del primer de las instalaciones, nos convencimos que es fundamental en los parques, que sus visitantes tengan a su alcance la interpretación de las colecciones de animales vivos, de manera de que sean fáciles de atraer, inspirar y permitir al público de todas las condiciones sociales, para que interpreten de una manera positiva todo lo relacionado con los animales ex situ.

¿Cuál es el proyecto más significativo en materia de educación ambiental en el cual has participado o participas?
Para emprender cualquier proyecto primero hay que diseñar las herramientas necesarias para ejecutarlo. Soy la autora del programa de Educación Ambiental denominado “Mi Pequeño Planeta”, su filosofía es sencilla “nadie cuida lo que no conoce”, su potencialidad radica en que se inicia como una necesidad de los habitantes de la región.

Fue un gran reto preparar el material didáctico con las estrategias idóneas, que lograran alcanzar los objetivos de enseñanza propuestos. Los módulos los confeccionamos de acuerdo a los ecosistemas de la región, siguiendo los lineamientos de su objetivo principal, concientizar a la comunidad sobre la imperiosa necesidad de defender el equilibrio de nuestras interacciones con nuestros espacios naturales, como el único camino para preservar las especies.

En la fase inicial utilizamos como método el adiestramiento de los docentes de las escuelas urbanas y rurales, de manera de que éstos actuaran como facilitadores. Después de 20 años  hemos ido cambiando los procedimientos para adaptarnos a los nuevos tiempos; en la actualidad hemos entendido que debemos responsabilizarnos de manera directa por la enseñanza de los participantes, de manera de aprovechar al máximo, el tiempo que pasan los niños en la Ecoaula.

¿Cómo ves el estado actual de la educación ambiental en Venezuela?
Hemos hecho grandes esfuerzos a partir de los años setenta, época en la que en Venezuela, se le dio  prioridad a esta asignatura; pero cada día nos esperan nuevos retos, por la dinámica con que se mueve la problemática de la biosfera. Tenemos el tiempo en contra para hacer entender a los humanos, que debemos cambiar el modelo de desarrollo, los malos hábitos de derrochar nuestros recursos, esta mala praxis está poniendo en riesgo la supervivencia.

En la actualidad se han preparado en las instituciones educativas muchos jóvenes, con la mirada puesta en el futuro y la misión de custodiar miles de hectáreas de parques nacionales, monumentos naturales, reservas, santuarios y/o instituciones ambientales, que deben resguardar como el patrimonio tangible de las generaciones que continuaran.

¿Qué sería lo más importante que habría que hacer para mejorar la educación ambiental en el país?
Los educadores percibimos que falta voluntad política del Estado, se refleja en la irracionalidad ecológica de los patrones dominantes de producción y consumo, aún estamos a tiempo de marcar los límites, para el crecimiento económico sustentable. Estamos obligados a formar una cultura ambiental en el ciudadano, los seres humanos que se sienten parte de la naturaleza, son capaces de disfrutar el ambiente y utilizar sus bondades. Un hombre que sabe convivir con su entorno no tendría los problemas cotidianos que nos afectan, energía eléctrica, agua, desechos, contaminación etc.

Un comentario final
En nuestra época ser educador ambiental no es tarea fácil, porque nuestras propuestas están apoyadas sobre la ética del comportamiento; competimos con la vorágine tecnológica en que estamos sumergidos, ésta apabulla nuestros intentos pedagógicos; por lo que estamos obligados a innovar con toda nuestra capacidad de crear, con el objeto de captar la atención con tácticas atractivas, que nos lleven a alcanzar captar a la población, para que perciba en una forma contundente la importancia de nuestros mensajes.
Al respecto, la Madre Teresa de Calcuta, señalaba “A veces sentimos que lo que hacemos es tan sólo una gota en el mar, pero el mar sería menos, si esa gota faltara”.

17 feb 2010

Educadores Ambientales de Venezuela (La gente que está trabajando para hacer un mejor país) 9 – Jordana Ayala


Siguiendo con el ciclo de entrevistas del Foro Tuqueque, traigo en esta ocasión a una persona que se mueve como pez en el agua de la Cuenca del Lago de Valencia: Jordana Ayala.

Jordana es un caso particular entre los educadores y educadoras ambientales que hemos entrevistado. Eso lo digo porque la mayoría tienen formación previa en alguna carrera de educación o en ciencias ambientales o biológicas. Ella por su parte empezó desde una perspectiva muy distinta ya que es TSU en Ciencias Administrativas y Gerenciales mención Logística y también TSU en Informática. Ustedes dirán esto no me suena nada a educación, ni a ambiente. Pero Jordana es persona de retos y compromisos y se lanzó a formarse como educadora a través del Componente de Capacitación Pedagógica. Universidad Pedagógica Experimental Libertador y a tomar una enorme cantidad de cursos en el área ambiental. Así se formó a sí misma para convertirse en el motor de la Fundación Tierra Viva en sus programas en la cuenca del Lago de Valencia.

Por eso y con orgullo, aquí les presento la entrevista a Jordana:

¿Puedes definirte como educadora ambiental?
Me gusta pensar que contribuyo acercando ideas y experiencias a la gente que les hace pensar y reflexionar en la manera como perciben la realidad, cuanto saben sobre el estado de su ciudad, su país, nuestro mundo, la manera como están haciendo las cosas y en la necesidad de un cambio que al final es un cambio en el estilo de vida. Desde ese punto de vista, me considero una educadora ambiental que trabaja en diversos contextos, participando como aprendiz, como facilitadora, como conectora y catalizadora de equipos de trabajo, acciones y proyectos.

¿Cómo llegaste a convertirte en educadora ambiental?
Creo que tiene que ver con dos aspectos importantes de mi infancia, por una mi contexto familiar dónde viví muchas experiencias de excursiones al aire libre y de contacto con la naturaleza y dónde participé y disfrute mucho del hacer docente de mi mamá, una maestra comprometida e innovadora que definitivamente me contagio de su amor por la educación. También forme parte de las Guías Scouts de Venezuela dónde aprendí el valor del servicio y apoyo a los otros.

Fui excursionista y tomé parte de grupos de activismo ambiental, durante los años de pre y post de "la Cumbre" la Cumbre de Rio de Janeiro en el 92 que fue un evento que nos movilizó a muchos hacia la causa ambiental. Entendí el rol de la educación para la transformación de la sociedad y el ambiente y me enganche en esa tarea.

Estudié informática, logística y obtuve el componente docente para profesionales no docentes en la UPEL. Desde 1997 formo parte del equipo de trabajo de Fundación Tierra Viva una organización que tiene como misión contribuir al desarrollo sustentable, organización a la que me siento muy identificada porque –siempre lo digo- me permite trabajar en lo que me gusta!.

He tenido y tengo muchos maestros con los que he compartido el quehacer de la educación ambiental, aprender es parte del viaje de la vida, siempre estamos aprendiendo, en ese sentido continúo aprendiendo.

¿Cuál es el proyecto más significativo en materia de educación ambiental en el cual has participado o participas?
Tengo más de una década trabajando en Fundación Tierra Viva, son muchos y variados los proyectos en los que he trabajado, todos han tenido aspectos significados bien sea por lo aprendido, por lo logrado por la gente, por lo logrado por el equipo de trabajo. En todo caso, ser parte de esta organización es lo que es significativo para mi porque es la evidencia de que los cambios son posibles, de que la gente tiene la posibilidad de movilizarse en una dirección común y lograr lo que se propone; bien sea desarrollando un proyecto ambiental escolar o comunitario, actuando desde equipos interdisciplinarios e interinstitucionales, divulgando información ambiental o produciendo de manera sustentable. Todos estos son ejemplos concretos de como los ciudadanos ponemos nuestro grano de arena y ayudamos a tener un mejor lugar para vivir, nosotros y las generaciones futuras.

¿Cómo ves el estado actual de la educación ambiental en Venezuela?
En materia de educación ambiental el marco legal es favorable pero no suficiente. Pienso que hay educadores ambientales –incluyendo aquí no sólo al profesional de la docencia- haciendo el trabajo desde diversos espacios académicos, comunitarios y hasta desde medios de comunicación social, sin embargo, estamos poco articulados de allí que sea difícil estimar a ciencia cierta cuánto somos, que información nueva se está produciendo sobre el estado de los recursos naturales y la sociedad y, sobre las maneras de hacer educación ambiental. Adicionalmente, considero que nos hace falta una agenda común y consensuada que nos permita empujar a todos en la misma dirección.

¿Qué sería lo más importante que habría que hacer para mejorar la educación ambiental en el país?
Como comenté antes la articulación y el intercambio de experiencias es clave en la medida de que hace posible la construcción de balances sobre el estado de la educación ambiental en el país, la identificación de temas o áreas críticas y la promoción de buenas prácticas. Así también, la formación permanente del educador ambiental y el intercambio a nivel de Latinoamérica y resto del mundo, somos parte de un grupo humano que desde sus países también está contribuyendo y del que estamos aislados.

Un comentario final
Celebro la idea de este blog como espacio para conocernos y compartir, te le felicito por ello y gracias por la invitación.

24 ene 2010

Educadores Ambientales de Venezuela (La gente que está trabajando para hacer un mejor país) 8 – María Eugenia Gil



En este primer post de este año 2010, continuo con la serie de entrevistas con educadores ambientales de Venezuela. En esta ocasión con una pequeña modificación, ya que en vez de una persona dedicada a la educación ambiental conseguí (finalmente) entrevistar a una periodista ambiental.

La comunicación ambiental en el país tiene una larga e importante trayectoria que nos lleva desde los trabajos de Francisco Tamayo, hasta las actúales generaciones de periodistas que están trabajando por informar y divulgar los valores ambientales con mística y formación en las herramientas comunicacionales que nos ponen a nuestra disposición los medios de comunicación masivos.

María Eugenia es para mí sinónimo de persona luchadora y constante. Su determinación la ha llevado a no contentarse con lo poco y siempre exigirse al máximo. Comunicadora Social egresada de la UCV, con un post grado en la Universidad de Columbia (USA) y actualmente cursando el doctorado en FACES- UCV.

Ella comparte su tiempo entre el activismo en la Fundación Aguaclara, la conducción de un programa de radio, una columna ambiental en un medio impreso y una permanente labor de formación de las nuevas generaciones de periodistas dedicados al tema ambiental.

Luego de esta muy breve presentación, les presento las ideas de esta periodista y ambientalista a dedicación exclusiva.

¿Puedes definirte como comunicadora ambiental?
Cada persona tiene sus aptitudes, me la llevo bien con la comunicación, creo que comunicándonos es como nos podemos entender y el ambiente me da lo que quiero compartir, que es básicamente la vida, sus procesos y sus maravillas.
Ser una comunicadora dedicada a la fuente ambiental me proporciona el material que quiero compartir, que quiero comunicar, es un material que celebra la vida que es lo que más me gusta hacer.

¿Cómo llegaste a convertirte en comunicadora ambiental?
Primero fui verde y luego comunicadora. Desde muy tempranito estuve siempre en contacto con animales, plantas y cerca de profesionales y amantes  del ambiente que compartieron conmigo el milagro de la vida y me enseñaron mis primeras lecciones de biología, de ecología, de entender la vida como un proceso más allá del fenómeno en un espacio maravilloso: el Parque Nacional Henri Pittier, un privilegio que definitivamente me marcó.

¿Cuál es el proyecto más significativo en materia de educación ambiental en el cual has participado o participas?
El tema ambiental aunque está de moda es una fuente muy mal tratada por los medios venezolanos, a pesar del esfuerzo de algunos colegas. Por eso creo que "el Ambiente como Fuente de Noticias" es un proyecto que a largo plazo puede contribuir a cambiar ese mal trato que actualmente recibe la fuente. Este proyecto es un seminario electivo, a nivel de pregrado, que a manera de ensayo se dio por varios semestres en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central, gracias a que contamos con el patrocinio de Conservación Internacional (CI). Se parte del ambiente como el bien común planetario que nos permite disfrutar de derechos individuales, pero que por supuesto genera deberes individuales y colectivos.

El pasado semestre (septiembre –diciembre del 2009) se suspendió por la salida de CI del país y por otras condiciones de la misma escuela, pero gracias al proyecto de Tierra Viva de fortalecimiento a las ONG ambientales, a partir del 2010 volvemos a tener financiamiento y se dictará de nuevo. Algunos de los puntos importantes de este seminario es que permite hacer una reflexión sobre tres puntos básicos: 1) El ambiente como gran proveedor y procurador de vida (bien común), 2) el comunicador social y su rol en la sociedad y 3) el individuo como factor de cambio social. Logramos motivar muchísimo a las estudiantes y por primera vez, después de 63 años de vida, la escuela de comunicación de la UCV cuenta con un grupo "verde" que se llama "Ecomunica". Los estudiantes que participaron salen a los medios muy pronto, así que esperamos ver algunos cambios. Lo que más nos interesa es que el ciudadano se reconozca como factor de cambio en la sociedad y creemos que los medios definitivamente deben brindar la información y las alternativas que todo ciudadano tienen derecho a saber para entender su entorno y actuar en consecuencia. Esto equivale a ejercer su ciudadanía, hacer su contraloría social sobre el bien común y por su puesto profundizar la democracia.

¿Cómo ves el estado actual de la comunicación ambiental en Venezuela?
Aunque ha tenido "mejoras" aun falta que el ambiente tenga su espacio propio como las otras fuentes: economía, internacionales, deportes. Es triste ver como hasta la farándula tiene mucho más espacio que la fuente ambiental. Quiero hacer una aclaratoria porque no quiero que los lectores piensen mal de nuestros medios, lo pueden hacer, y sin pretender defenderlos ni justificarlos, creo que es importante entender de donde viene la industria de la prensa: los medios se generan en un ambiente urbano totalmente intervenido, profundamente antropocéntrico y dentro de unas condiciones de productividad determinadas. Por eso, a la industria no le es fácil entender que el  ambiente urbano también es ambiente y que aunque parezca lejano el ambiente está presente donde estemos. Por otra parte los tiempos de la industria y sus exigencias (inmediatez, cercanía, antropocentrismo, etc.) no tienen nada que ver con los tiempos de los procesos biológicos (aunque todos los periodistas seamos mamíferos). Eso ha traído como consecuencia que las noticias que tienen que ver con ambiente por lo general se refieran a fenómenos naturales y cuando implican perdidas de vida humanas. Esa es la visión que hay que cambiar, por una que nos permita entender que somos parte de un proceso o sistema de vida mucho más grande, donde no somos los únicos habitantes del planeta, y que nuestro bienestar depende de la salud de todo ese sistema. Hay otros países donde la fuente ambiental, lo verde, también vende, que también tiene su público. Ahora afortunadamente los medios electrónicos permiten otro flujo de información al cual los medios se han tenido que plegar, ojo esto no quiere decir que todo lo que se encuentra en la Internet sea válido. Lo que quiero decir es que al igual que las demás fuentes, el ambiente está aprovechando la tecnología, pero no todos los venezolanos tienen acceso al Internet ni a la información ambiental que fluye por la red.

¿Qué sería lo más importante que habría que hacer para mejorar la comunicación ambiental en el país?
No tengo recetas, los medios como ya mencioné anteriormente son generados por una industria que a veces olvida su función: permitir que la información fluya dentro de los miembros de una comunidad para que puedan compartir saberes, sus miembros se puedan integrar, expresar sus diferencias, manejar sus alternativas y actuar en consecuencia. Tenemos razones muy venezolanas para tratar mejor esta fuente: somos un país dependiente de un solo recurso natural, somos un país megadiverso, con casi la mitad de su territorio protegido en Áreas Bajo Régimen de Administración Especial, algunas de ellas son lugares estratégicos para la seguridad nacional, como el parque nacional Canaima. Si bien es cierto tenemos que mejorar las escuelas donde se forman los futuros periodistas, también como ciudadanos debemos exigir a los medios que proporcionen información ambiental, porque los medios son servidores públicos y no voceros de las parcialidades de sus dueños.

Un comentario final
Creo que hasta ahora los periodistas y los ciudadanos hemos visto el ambiente desde un punto de vista muy técnico, muy de especialista, creo que es tiempo que lo veamos como ese bien común que nos permite vivir y sobre el cual todos tenemos derecho y por supuesto deberes. La información ambiental por lo tanto es pública, es nuestra y de ella depende nuestro bienestar individual, social, económico y político.

14 dic 2009

Educadores Ambientales de Venezuela (La gente que está trabajando para hacer un mejor país) 7 – Nay Valero


Para finalizar con las entrevistas por este año le traigo una muy particular. Y digo particular, porque ella les presenta a una persona que su vida es una lucha. A la batalla de la vida, le une la valentía de hacerlo por su vida, por la vida y por todas las vidas.

Nay es una educadora que no se acobarda por trabajar donde tiene que ser la absoluta pionera, donde las cosas no están dadas por hechas, y para ese camino se ha preparado constantemente, y aún sigue haciéndolo. Ella es licenciada en educación, mención biología graduada en la ULA, ha realizado especialización y maestría en educación ambiental y se desempeña como docente e investigadora en la Universidad Nacional Experimental de Guayana (UNEG) Su acción no se ha limitado a la educación ambiental y tiene una larga e importante trayectoria promoviendo el desarrollo del conocimiento ambiental en la región de Guayana.

Sin más aquí les presento las ideas de esta compañera y luchadora por un país cada día mejor.

¿Puedes definirte como educadora ambiental?

Pudiera decir, como dijo algún filósofo, que soy humana y, por lo tanto, nada humano me es ajeno. Mi constante preocupación por un mundo mejor y las ganas de dejar para la humanidad futura un planeta que cobije me hicieron seguir la senda de la Educación Ambiental. Me considero una educadora ambiental porque identifico oportunidades de apropiación del conocimiento y valoración de lo ambiental desde los problemas ambientales. Es decir, intento explorar con los actores el significado de una situación de amenaza colectiva para revertirlo o por lo menos hacernos conscientes de ella y promover un cambio de conducta.

¿Cómo llegaste a convertirte en educadora ambiental?
Por intuición e instinto en mi formación de Pregrado había “algo” particular en aquellas asignaturas relacionadas con la ecología que me apasionaban. Luego en mi práctica profesional estaba muy pendiente de los procesos en el aula y su vinculación con el entorno. Admiraba el trabajo de la Dra. Katty Phelps y veía que ella era como una luz que orientaba algunas de mis acciones. Finalmente, el día maravilloso que concreté el primer proyecto en la Alcaldía de Caroní sobre el “Manejo de los residuos sólidos en las escuelas” (1997) materialicé mis sueños sobre el pasar de una teoría utópica a una realidad concreta en EA. De ahí, se dispararon una serie de eventos y procesos de aprender y reaprender desde la Educación Ambiental, que hasta hoy corre por mis venas el sueño de ir preparando el terreno y abonando semillas para lograr comprender nuestro rol como seres humanos en este planeta y la contribución que desde lo individual estamos comprometidos a realizar para establecer una red con el colectivo en armonía con el significado de vida. En síntesis, comprendí que ser educadora ambiental es mi proyecto de vida.

¿Cuál es el proyecto más significativo en materia de educación ambiental en el cual has participado o participas?
Realmente son dos, uno el que mencioné anteriormente porque ahí contribuí con la formación de maestros y maestras de las escuelas, organizamos una Brigada Ecológica en cada escuela del Municipio Caroní y se generó una dinámica interesante alrededor de las escuelas y sus comunidades en materia ambiental, que aún hoy en día algunos maestros practican. Fue el comienzo de una espiral…

Mi segundo proyecto es uno que recientemente concluí en una comunidad ribereña llamada “Las Galderas”. El proyecto se denominó “Investigación pedagógica en el Corredor Ribereño del Orinoco” y en él descubrí el significado práctico del reconocimiento de los saberes y la integración de éste en el discurso científico; así como cuáles son los diversos caminos de la participación y el cómo emergen los líderes después de un proceso de empoderamiento. También comprendí la dócil y compleja tarea que tenemos como maestros al recibir niños y su comunidad para orientar un proceso de aprendizaje desde el contexto más próximo “su lugar a orillas del Orinoco” y la dinámica socio-económica y cultural en la cual ellos interactúan, y cómo la escuela integra o desintegra el aprendizaje, activa la creatividad o cercena a ésta; abre oportunidades para continuar o cierra el camino porque descontextualiza o subvalora las potencialidades de sus actores. Es hoy mi proyecto, para evaluación profesional de mi hacer en EA; es mi referencia sobre las potencialidades de hacerlo diferente por convicción y con utopía, pero con una profunda responsabilidad que al ingresar a una comunidad el tiempo no es definido, pero la claridad de lo que ahí se puede generar debe ser la referencia y el compromiso para empoderar a la comunidad y fortalecer sus capacidades para la independencia y no para la dependencia. En conclusión, son dos proyectos que marcan mi hacer desde la EA en la vertiente de lo educativo institucional y lo comunitario, haciendo de ellos un híbrido, que potencia el centro de la EA y abre un abanico de arcoíris.

¿Cómo ves el estado actual de la educación ambiental en Venezuela?
Considero que hay regiones en el país que están muy fortalecidas en el hacer de la EA, que cuentan con suficientes profesionales formados y con claridad en el proceso que desde ella se promueve. Sin embargo, aquí en este gran nicho de la Región Guayana y con las particularidades ambientales que ella tiene, considero que tenemos una debilidad, la existencia de pocos profesionales y de proyectos académicos para la formación de ellos; situación que nos hace vulnerables en el abordaje, porque entonces se asume como una actividad puntual y como una asignatura sin impacto.

Para mí, al igual que para todos los que estamos en este proceso, considero que el marco legal que hoy en día ampara la EA debe ser el orientador de una dinámica más integral e integrada a los procesos educativos en todos los ámbitos, desde una EA práctica, que realmente genere revisión y valoración de los procesos de deterioro y degradación de los ecosistemas que sostienen la vida de todos en el planeta y que somos los únicos responsables como individuos sociales de lo que ocurre. Tenemos mucho aún por hacer, y debemos concentrar los esfuerzos en el hacer y sistematizar para evaluar el avance y conectarnos en red para monitorear las semillas e identificar en dónde debemos sembrar para irradiar las acciones e ir cultivando y transformando. Se debe asumir la EA no como una acción puntual, sino como un proceso que transita un tiempo y debe generar cambios desde la aprehensión y el empoderamiento.

¿Qué sería lo más importante que habría que hacer para mejorar la educación ambiental en el país?
Además de lo anterior, considero que debemos activar los eventos estadales y regionales de la EA para intercambiar enfoques y metodologías y sistematizar lo que estamos haciendo en el país, además de divulgarlo. Así como también, debemos como equipo de EA elaborar propuestas viables en el corto y mediano plazo que permitan disminuir la brecha del cómo hacer EA en nuestras regiones, ya sea por la falta de profesionales formados en el área o por la falta de sistematizar o desarrollar proyectos que minimicen los problemas en algunas comunidades.

Finalmente, considero que debemos reflexionar: 1) Sobre nuestro radio de acción como educadores ambientales y los impactos que el hacer de la EA genera. 2) Cómo estamos formando la generación de relevo. 3) Cuáles son los ejes temáticos que estamos abordando y hasta dónde realmente estamos asumiendo el enfoque de la interdisciplinariedad y el logro de los objetivos de la EA. 4) Cómo podemos abrir un espacio mayor y de reflexión práctica en las instituciones de educación superior, para que la EA se posicione en la formación de todos los profesionales.

Un comentario final
Primero darte las gracias por la invitación y por la oportunidad de reflexionar sobre mí hacer en EA. Esta experiencia en el transitar por la EA en esta tierra llena de oportunidades abre las puertas para conocer, comprender y aprehender desde un hacer utópico. Desde la utopía me atreví a diseñar una propuesta para formación y actualización, el Diplomado de EA, que próximamente (2010) se ofertará a la comunidad desde la Universidad Nacional Experimental de Guayana.